Los allegados de los que sufrieron las decisiones del fundador del PP durante la dictadura revisan su biografí
La biografía de Manuel Fraga no está completa sin el relato
del sufrimiento que provocó su participación política durante la
dictadura. Los allegados de Julián Grimau, fusilado por orden de un
Consejo de Ministros del que formó parte; de Enrique Ruano, cuyo
asesinato a manos de la Policía fue disfrazado por Fraga en la prensa
como un suicidio; y las familias de los trabajadores de Vitoria, muertos
por disparos de la Policía siendo Fraga ministro de Gobernación,
recuerdan el pasado oscuro del fundador del PP.
Enrique Ruano
Los
agentes de la Brigada Político Social buscaron por toda la casa de
Enrique Ruano cualquier documento que disfrazara su muerte como un
suicidio. "Encontraron en el bolsillo de una americana una carta que iba
a enviar a su psiquiatra", recuerda la hermana del joven estudiante
asesinado, Margot Ruano, de 61 años. Cuando la misiva llegó al
Ministerio de Información, dirigido entonces (enero de 1969) por Manuel
Fraga, comenzó una de las estrategias más sombrías de la biografía del
político gallego. El documento que Enrique iba a enviar a su psiquiatra,
Carlos Castilla del Pino, fue manipulada por los hombres de Fraga en un
diario personal que supuestamente desvelaba las tentaciones suicidas de
Ruano. El diario ABC publicó las frases textuales que Enrique
relataba a su psiquiatra y acompañó la filtración de una columna
titulada: "Víctima sí, ¿pero de quién?", en la que critican la supuesta
utilización por parte de la izquierda de la muerte "de un pobre muchacho
tocado de una clara y típica psicopatía". "Fraga lastró la memoria de
mi hermano influyendo en la prensa de la época para justificar un
asesinato calificándolo como un suicidio", recuerda Margot.
"No se es demócrata sin ser antifranquista", critica un excompañero de Julián Grimau
Enrique Ruano fue disparado en un hombro y cayó desde un séptimo piso
durante un interrogatorio. Los médicos que le hicieron la autopsia
ocultaron el rastro de la bala en la clavícula. Cuatro médicos
reconocieron en 1996 en la Audiencia Nacional haber manipulado la
autopsia por presiones del Gobierno. La Audiencia absolvió a los tres
policías que interrogaron a Ruano por no poder identificar al autor. "No
pudimos hacer nada más. La impunidad fue absoluta, pero el hecho de que
la Audiencia reconociera que mi hermano fue disparado ya es más de lo
que consiguieron otras familias. Fue un asesinato político", añade
Margot. "Fraga tiene las manos manchadas de franquismo", resume la
hermana de Ruano, asesinado a los 21 años.
"Fraga llamó a mi casa,
mientras trataba de arrastrar por el lodo a mi hermano, para dar el
pésame. Tenía 18 años, pero sabía qué estaba pasando. Me dijo que le
pasara a mi padre pero me negué. Bastante tenía mi padre como para
escuchar a este miserable", recuerda Margot justo 43 años después. Quien
sí consiguió hablar con su padre fue el presidente del Tribunal
Supremo, Francisco Ruiz-Jarabo, que le espetó la siguiente amenaza por
si trataba de hurgar en el Anatómico Forense: "Ya ha muerto un
estudiante, no sería bueno que murieran más".
Trabajadores de Vitoria
El
3 de marzo de 1976, la Policía asesinó a cinco personas en una huelga
en Vitoria: Pedro María Martínez Ocio, Francisco Aznar, Romualdo
Barroso, José Castillo y Bienvenido Pereda. "¡Buen servicio! () Aquí ha
habido una masacre... Pero, de verdad, una masacre ", dejó grabado un
mando policial. La Justicia nunca sentó en el banquillo a los
responsables de la "masacre", como Manuel Fraga, entonces ministro de
Gobernación.
"No se es demócrata sin ser antifranquista", critica un excompañero de Julián Grimau
José Luis Martínez Ocio, hermano de Pedro María, recuerda que él
también acudió a la asamblea disuelta por la Policía franquista, pero
media hora antes de su comienzo "la iglesia ya estaba llena". "Me fui a
casa porque mi mujer estaba embarazada y estaba preocupada. A los diez
minutos me llamaron. Ver a mi hermano muerto en el hospital de Santiago
fue muy duro, pero fue peor tener que decírselo a mis padres". José Luis
integra la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo, que lleva años
intentando recibir el reconocimiento del Estado como "víctimas del
terrorismo". Martínez critica las alabanzas a Fraga de los dirigentes
del PP y del PSOE. "¿Qué pensaríamos si un nazi fuera al presidente de
honor del partido del Gobierno alemán?", se pregunta.
A su lado
asiente Eva Barroso, hermana de Romualdo, otra de las víctimas. Se
siente dolida por los elogios a Fraga como los que le ha dedicado el
exsecretario general del PCE Santiago Carrillo. "Recuerdo que, tras la
legalización del PCE, Carrillo vino a Vitoria a dar un mitin y,
entonces, se presentó ante la gente junto a mis padres. Lo digo por la
utilización de las víctimas".
Julián Grimau
"Rebelión
militar continuada". Ese fue el delito que llevó al paredón a Julián
Grimau, dirigente del PCE, en la madrugada del 20 de abril de 1963 a sus
52 años. Un día antes, se reunió durante horas el Consejo de Ministros
presidido por Franco. El dictador quiso compartir con sus ministros,
entre ellos Fraga, que ocupaba la cartera de Información y Turismo, la
responsabilidad de la condena a muerte de Grimau. Según se ha podido
comprobar después, todos votaron a favor.
Víctor Díaz-Cardiel,
histórico militante del PCE, conoció a Grimau en París en 1960.
"Teníamos una relación como de padre a hijo, porque nos llevábamos
bastantes años", recuerda. El mismo día de su detención Grimau había
estado reunido con él y otros compañeros, entre los que se encontraba el
escritor de la Generación del 27 Valentín Andrés Álvarez. "Le acompañé
hasta la calle Ibiza [en Madrid] y él tiró hacia su casa, primero, y me
dijo que luego iba a reunirse con dos contactos que le iban a facilitar
papel y una máquina para hacer octavillas. En el autobús lo detuvieron y
ya no lo volví a ver", recuerda.
"Me enteré de su muerte por la
radio y me sumí en un llanto enorme. Era un año clave, la dictadura
tenía miedo. El fusilamiento de Grimau quería amedrentarnos, pero no lo
consiguió", sentencia Díaz-Cardiel. "No se puede considerar un demócrata
a alguien que no ha sido antifranquista", destaca el militante
comunista al respecto de los honores recibidos por Fraga durante toda la
semana.
Publico.es
Publico.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario