El periódico ABC, de España, ha escogido muy mal día para mentir. Justo cuando se inicia el Año del Dragón en el calendario chino, cuando astrólogos orientales vaticinan energía, prosperidad y coraje para el 2012, sus páginas publican fragmentos de cierto informe confidencial -no mencionan la fuente ni el nombre del documento, por supuesto- según el cual a Hugo Chávez le quedarían entre 9 y 12 meses de vida.
ABC basa sus elucubraciones en pruebas médicas supuestamente practicadas a Chávez el pasado 30 de diciembre, que habrían descubierto “nuevos focos cancerígenos” y darían fe del deterioro de la salud del presidente venezolano. Por si fuera poco, la intensa actividad pública del mandatario en los últimos días parece poco creíble para ABC, cuyos redactores decidieron explicarla a partir de “calmantes” y “estimulantes” presuntamente suministrados a Chávez.
ABC es, probablemente, una de las muestras más irrebatibles de la decadencia actual de la prensa española. En medio de un clima de absoluta impunidad mediática, donde se utilizan cada vez más “fuentes no confirmadas” para echar a correr rumores, el periódico español augura la muerte de uno de los Jefes de Estado más influyentes de América Latina y el mundo, como si se tratara de un ejercicio de entretenimiento periodístico.
No menciona en su artículo la más mínima prueba, ni un solo experto que pueda corroborar sus afirmaciones, pero basta que las publique para que sean reproducidas a viva voz por un coro periodístico desproporcionado. Algo similar a lo que han intentado políticos de baja calaña como Roger Noriega -bastante desvinculado de la realidad, pero bien conectado a los medios de comunicación- quien llegó a pronosticar, en el mismo estilo de entretenimiento, un pronto “escenario regional sin Chávez”.
Pero las “brujerías mediáticas” del ABC parecen chocar contra una realidad muy distinta a la de sus pronósticos. Hace pocos días, por ejemplo, el mandatario venezolano invirtió diez horas en rendir cuentas de la gestión de su gobierno en la Asamblea Nacional, en lo que rápidamente se interpretó como la confirmación de la buena salud del Presidente.
Y es que, ciertamente, su presencia pública ha aumentado en intensidad en las últimas semanas, hasta llegar a una entrevista concedida hace pocas horas al periodista José Vicente Rangel, en un programa de televisión de la cadena Televen.
Pero para algunos analistas, la condición saludable de Chávez no se mide solo por su estado físico, sino también por los resultados que arrojan las encuestas. En la medida que la recuperación del mandatario parece haberse convertido en un objetivo compartido por la mayoría de los venezolanos, su popularidad se ha disparado por encima del 60%.
En ese contexto, encuestadoras de tendencia opositora acusan a los adversarios políticos de Chávez de no conectarse con la gente, cuando restan apenas 8 meses para las elecciones presidenciales. Sin embargo, el mandatario venezolano parece no fiarse de las encuestas y prefiere medir el pulso de la opinión pública en su contacto con las bases.
Allí inaugura misiones, multiplica por cientos las viviendas entregadas a los sectores más pobres, entrega ayudas a madres solteras, discapacitados y población de la tercera edad. Mientras el ABC junto a la derecha mediática trasnacional se regodea hablando de la muerte, Chávez parece más apto que nunca para seguir repartiendo vida.
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