*Lo supimos a través de las revelaciones de Wikileaks: Hace dos años,
Hilary Clinton envió al embajador en Buenos Aires un mensaje secreto
para pedirle que investigue la salud de la Presidenta Cristina
Fernández. Necesitaba saber sus hábitos personales, sus gustos,
cómo ella manejaba el estrés en relación con su trabajo, y muy
particularmente hizo ésta pregunta: ¿Acaso tomaba alguna medicina y
cual sería?
¿Por qué será que la Jefa del Departamento de Estado esté
indagando en secreto semejante información acerca de la salud de una
jefa de Estado?
Extrañas coincidencias: Al poco tiempo, la Presidenta Cristina
Fernández, que hasta ahora había disfrutado de una excelente salud,
de pronto se le detectó un tumor de la glándula tiroidea. Por
suerte, nos enteramos luego que se trató de un tumor benigno. Otro
hecho ocurrió de repente: Su esposo, antiguo Presidente Néstor
Kirchner entonces candidato de nuevo a la presidencia, había tomado
un café en un hotel en la Patagonia donde acostumbraba ir. A las
pocas horas, de noche, fue presa de un repentino malestar y murió
de infarto fulminante del miocardio. Otras noticias no menos
sorprendentes: El Presidente de Paraguay, Fernando Lugo tuvo un
cáncer linfático. También la Presidenta Dilma Rousseff padeció de
cáncer mientras estaba en campaña electoral. Ella era antiguo líder
de un movimiento de liberación nacional en los años terribles de la
dictadura militar apoyada por Estados Unidos, fue detenida y
torturada. A su vez, el Presidente Lula da Silva de pronto sufrió de
cáncer, su pueblo lo reclamaba para presentarse a futuras
elecciones. El Presidente de Venezuela Hugo Chávez quien tenía
perspectivas muy favorables para presentarse por un nuevo periodo
presidencial, sufrió una y otra vez en recaídas de un tumor
canceroso particularmente maligno. En fin, llaman la atención
poderosamente esta verdadera serie de graves accidentes de salud
física fatales en algunos casos. Eran y son jefes de Estado con
antecedentes de buena salud con similares virtudes de ser portadores
de la esperanza de sus pueblos y hasta de continentes del Gran
Sur, aportando el aliento del cambio social, a la vez enfrentándose
con mayor o menor grado a los intentos del imperio de los EEUU por
derrocarlos, desprestigiarlos, alentar conspiradores locales contra
ellos. Nunca dejó esos planes criminales, de allí nace la sospecha
en su contra cada vez que surge un intento de golpe de Estado, una
maniobra artera de sus aliados locales derechistas. En suma, se hace
casi evidente encontrar su mano peluda al descubrir esa cascada
peculiar de canceres persiguiendo jefes de Estado de orientación
patriótica y antiimperialista. De hecho, es de conocimiento público
que hace varios años ya, la CIA y el Pentágono –al igual que su
apéndice Israel- han desarrollado y utilizado en varias ocasiones un
tipo de armamento biológico letal con una variedad de objetivos.
Pocos años atrás, Fidel estando de regreso de un viaje oficial en
Argentina sufrió de pronto de una misteriosa hemorragia interna que
lo puso al borde de la muerte. Resucitó por milagro y gracias al
talento legendario de los médicos cubanos. Anteriormente, Yasser
Arafat acosado durante dos años por constantes disparos de armas
pesadas contra su residencia en Ramallah, cuando se negaba a ser
deportado según lo requería Sharon, fue víctima de envenenamiento
fulminante de sus glóbulos rojos y ni siquiera se pudo diagnosticar
el producto letal en el hospital de París por los expertos médicos
franceses. Murió de repente. Solo recientemente, se está
investigando de nuevo la causa de su muerte.
En los últimos 50 años, Fidel fue blanco de alrededor de 700 y más
intentos de asesinato (ha entrado ya en los anales de Guinness!),
incluyendo medios biológicos sofisticados preparados en laboratorios
de la CIA y el Pentágono, intentos de asesinato revelados tanto por
Wikileaks como por otras fuentes oficiales y periodisticas.*
En la historia no lejana, cuando no se trata de golpe de Estado
militar fomentado por la CIA sea en Chile contra el presidente
Salvador Allende, o más recientemente en Honduras contra el
presidente Manuel Zelaya, sin olvidarnos los intentos frustrados
contra Evo y Correa, el imperio está entonces urdiendo atentados
disfrazados de accidentes de avión como fue el caso del Presidente
de Panamá Omar Torrijos quien nacionalizó el canal (!); o el
Presidente progresista Samora Machel, de Mozambique. En otros
escenarios, fue el vil y cobarde asesinato del Che y recientemente el
horroroso linchamiento de Muammar Gaddafi. Estos grandes líderes
eran dignos patriotas de países del Sur que se oponían todos a la
dominación imperialista de los Estados Unidos.
La tragedia que nos golpeó con la muerte altamente sospechosa de
Arafat, hoy nos sofoca con la pérdida irreparable del Presidente
Chávez, nos obliga a preguntarnos: ¿Como ese odio del enemigo
llega tan cerca hasta atentar de forma insidiosa contra la vida del
líder del pueblo? Mientras la responsabilidad política y moral del
crimen recae directamente sobre las fuerzas de ese imperio, su
responsabilidad penal más temprano que tarde se hará evidente a
plena luz, ante el pueblo y la Historia. Sea por un vil atentado, sea
por una enfermedad cancerosa insidiosa, sutilmente inducida, la
desaparición brutal del líder transforma su existencia en destino
como mártir, héroe nacional, continental y hasta internacional.
Chávez amaba la vida; a la vez entregó su vida entera a su pueblo:
por su lucha y sus ideas imperecederas vive y vivirá para siempre.
Su talla agigantada alumbrará Venezuela y el camino de los pueblos
en busca de su liberación; vivirá en la Historia que lo devuelve
entre los vivos para seguir guiando sus pasos, despertar su
vigilancia hasta la victoria final.
Rashid SHERIF
Shaahidun.wordpress.com
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