miércoles, 6 de marzo de 2013

En memoria de Hugo Chávez

En memoria de Hugo Chávez: El progreso en Venezuela y la envidia de las clases altas




El historiador Michael Parenti comentaba en un artículo, escrito en mayo de 2005(1), su experiencia en el viaje que hizo a Venezuela. Y comenzaba relatando esta experiencia ya en el mismo vuelo que le condujo de Miami a Caracas. En él coincidió con una dama elegantemente vestida, que no tardó, una vez entablada cierta conversación, en hablar mal del presidente del Gobierno de Venezuela, Hugo Chávez. Recurriendo a algo que la llamada oposición y el poder económico han repetido una y otra vez, que estaba "arruinando el país"; un discurso muy manido, pero no acompañado de evidencias fiables. Ante esta reacción, el historiador preguntó a la mujer si este gobierno había perjudicado a su negocio, dedicado a la moda femenina teniendo contactos con altas firmas de Estados Unidos. Su respuesta fue que "en absoluto", pero indicaba, sin precisar, que había arruinado muchos negocios, que estaba arruinando la economía, volviendo a repetir el discurso comentado. Parece que más que contar realidades, la mujer, transmitía una campaña de difamación preparada hacia el gobierno venezolano, al que había que presentar como un verdadero desastre y una ruina.
En un estudio llevado a cabo por expertos y titulado: Índices de pobreza en Venezuela: En búsqueda de las cifras correctas,1 de Mark Weisbrot, Luis Sandoval y David Rosnick,  que analicé y comenté en el capítulo dedicado a Venezuela en mi obra Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países,3 se indicaba como la "información" aportada por los grandes medios de comunicación no reflejaba la realidad de los datos económicos de Venezuela o la reflejaba de una forma tendenciosa, sin analizar el contexto o tomando los datos que interesaban. Acusando con ello a Chávez de haber empobrecido al país en el periodo desde su llegada al poder, en febrero de 1999, hasta una fecha elegida a propósito por ellos, por los medios, el primer semestre de 2004. En ese periodo, indicaban los medios de comunicación corporativos, que la pobreza había aumentado de un 43 (43,9 en realidad) a un 53%, diez puntos porcentuales, medido en hogares en situación de pobreza. El "fallo" del estudio estaba en no considerar dos factores fundamentales que ocurrieron en el país en el periodo estudiado y que influyeron de forma decisiva en los resultados económicos: el golpe de Estado de abril de 2002, que ellos mismos apoyaron, y el paro petrolero, de diciembre de 2002 a febrero de 2003, también propiciado por ellos, que paralizó la economía y los ingresos del gobierno, causando un retroceso en los avances que se habían producido los primeros años. Antes del golpe, a final de 2001, la pobreza se había reducido en casi cinco puntos, al 39%. No obstante, si avanzamos en el tiempo, como un economista con  rigor hubiese hecho, vemos que en el año 2005, una vez corregidos los problemas y estabilizada la situación, hay una recuperación muy notable; vemos  de hecho que la pobreza en el segundo semestre de 2005 estaba en el 38 %, una reducción de seis puntos respecto al 44% que teníamos a finales de 1998 y de once puntos respecto al 49% que había a mediados de 1998: este último dato incluso más fiable que el del 44 %, ya que lo habitual era este valor o mayores en los años precedentes, todo ello antes de que llegase Chávez. Ya a finales del año 2009 se había reducido la pobreza a un 23,8%, veinte puntos porcentuales menos que al final de 1998. La pobreza extrema pasó de un 21 o un 17%, según se tome la mitad o el final del año 98, hasta un 6% a fines de 2009. Los resultados desde entonces no han hecho sino mejorar, el país no está por tanto en absoluto mal, como lo quieren presentar estas élites ricas, sino todo lo contrario. Si tenemos en cuenta la pobreza medida por personas, en vez de por hogares, como habíamos mostrado antes, tenemos que la pobreza pasa de un 50,4-50 % en 1998 a un 28.5 % a final de 2009, llegando a ser menor al 28% en 2011. Sin embargo, los titulares de los medios de comunicación de la élite económica occidental, basándose en el estudio indicado, señalaron lo siguiente respecto a Venezuela (téngase en cuenta también la fecha de publicación, finales de 2005 y 2006, lo que justifica menos aún su actitud):
Jorge Castañeda en Foreign Affairs de mayo/junio de 2006 indicaba:

Las cifras de pobreza y el índice de desarrollo humano de Venezuela se han deteriorado desde 1999, cuando Chávez tomó el poder.

El Washington Post, en su editorial del 18 de enero de 2006, decía:
En Venezuela, la pobreza incrementó de 43 a 53 por ciento durante los primeros seis años del mandato de Chávez.
John Tierney el 8 de  noviembre de 2005 en el New York Times en un artículo titulado "Los idiotas  en el extranjero":
La nueva ola de populistas está encabezada por Chávez, quien ha utilizado las recientes ganancias extraordinarias del  petróleo para expandir su gobierno y solidificar su control del poder. Pero aun cuando entran a Venezuela $100 millones diarios en ganancias petroleras (de los cuales $60 millones provenientes de esos terribles gringos al norte del Río Grande), los niveles de pobreza se han elevado a más de 50 por ciento.(2), (3)
Cuando salieron a la luz los datos de 2005 y 2006, y al verse en evidencia los medios de comunicación, no tuvieron la honestidad de corregir, sino que arremetieron contra el gobierno venezolano, por supuestamente apañar las estadísticas, algo que no es cierto, como señalaban los autores de Índices de pobreza en Venezuela: En búsqueda de las cifras correctas (2)
 Pero no solo en Venezuela se ha reducido su índice de pobreza de forma muy notable, además se ha eliminado por ejemplo otro mal crónico, el analfabetismo, lo que demuestra el interés del nuevo gobierno por la prosperidad y el futuro de la sociedad venezolana, muy al contrario a las intenciones de la oligarquía, que tenía abandonada a la población no rica del país. También, y también por primera vez, la asistencia sanitaria gratuita llegaba a las clases más populares, a los llamados barrios, este factor hace que la disminución de la pobreza sea todavía mayor a la indicada, ya que las familias destinaban una parte de sus recursos a sanidad o si no podían  hacerlo padecían las consecuencias, incluida la propia muerte por falta de asistencia. Pero esto poco le importaba ni le importa a la egoísta clase alta, poco le ha importado durante muchos, años de sufrimiento y miseria para gran parte de esa sociedad.
La tasa de desempleo ha pasado de un 14,5% a fines de 1999 a un 6,5% en 2011. Compárenla con España.
El salario mínimo se ha incrementado de 100 bolívares en 1998 a 1.548 en septiembre de 2011, un aumento espectacular, a esto hay que añadirle las ayudas para las familias más empobrecidas, la cesta ticket, con el fin de mantener un salario mínimo legal, así, por ejemplo, en mayo de 2010 el salario mínimo era de 1.224 y la cesta ticket era de 528, haciendo un salario mínimo legal de 1.752 bolívares.
Las mejoras en Venezuela son  además a otros muchos niveles, tenemos el caso del aumento de la matriculación en universidades y de la participación de la mujer. Tales mejoras no  son resultado de la casualidad, como hemos expuesto al comienzo, sino que son el resultado de una política planificada y pensada para mejorar las condiciones de una sociedad, la venezolana, que había sido abandonada a su suerte una vez que les quitaron los recursos y el control de la economía. Algo que le sucede ahora a España.
 Sin duda oirán que en Venezuela hay o puede haber graves problemas económicos, y aquí aparecerá la archiconocida cantinela de la inflación. La inflación a quien hace mucho daño es al sector bancario, por eso se menciona tanto desde el poder económico; a las clases más populares apenas les puede afectar, ya que tienen un control de precios de productos base; además, dicho parámetro, la inflación, se ha mantenido estable durante estos años, siendo bastante más baja con Chávez que con otros presidentes: Carlos Andrés Perez 45,3, Rafael Caldera 59,6, Hugo Chávez 21,4 (datos promedio, hasta el año 2009) (4).
Se podrían seguir contando y detallando muchos otros avances sociales y económicos, pero con estos ya vemos que en Venezuela, por una vez en su historia, en realidad por primera vez en su historia, la mayoría de la población está progresando, los más desfavorecidos están siendo atendidos, la economía se ha enfocado, como debe de ser, no para el enriquecimiento de unos pocos, sino para el enriquecimiento de todos, y no solo materialmente. Todo esto debería ser valorado y elogiado por cualquier persona con un mínimo de honestidad y racionalidad, pero no es así; lo que oímos y vemos  en las grandes cadenas audiovisuales y en la prensa corporativa son continuas descalificaciones e insultos hacia el gobierno de la República bolivariana, y especialmente hacia su presidente. Bueno, no hay más que recordar el golpe de Estado dado en abril de 2012 para acabar con este modo de hacer política y economía, que se salía de la idiosincrasia latinoamericana establecida por sus clases altas y las clases altas de Estados Unidos y Europa. De este modo lo celebraba el diario español El País, un medio portavoz de las corporaciones transnacionales que veían peligrar sus privilegios y  sus jugosos negocios, indicando:

Sólo un golpe de Estado ha conseguido echar a Hugo Chávez del poder en Venezuela. La situación había alcanzado tal grado de deterioro que este caudillo errático ha recibido un empujón. El ejército, espoleado por la calle, ha puesto fin al sueño de una retórica revolución bolivariana.
La gota que colmó el vaso y levantó a los militares fue la represión protagonizada por la policía y francotiradores adictos a Chávez, que causaron 15 muertos y un centenar de heridos el jueves, en la tercera jornada de una huelga general que unió paradójicamente a sindicatos y empresarios (5).
 
Bien, esto es lo que les contaron a los españoles y buena parte de ellos lo creyó, lo que no habla muy bien del criterio, de los conocimientos y de la competencia intelectual de estos españoles. Los hechos eran bien diferentes, el ejército en modo alguno fue espoleado por la calle, sino por el poder económico, a quien representa El País. No fueron los seguidores de Chávez, la gran mayoría de la población, los que causaron incidentes o dispararon a manifestantes, sino mercenarios contratados por la élite, esto en conjunción con una manifestación dirigida por la oposición y preparada para crear altercados a propósito. Fue la decisión firme de los venezolanos de no dejarse intimidar por otro golpe militar, junto con la serenidad e inteligencia de su jefe de gobierno y el apoyo de otros países latinoamericanos, la que dio al traste con un nuevo plan de arruinar la democracia en un país de Latino América. El País, como gran parte de los medios de comunicación corporativos, estuvo a favor del golpe y en contra de la democracia, como lo estuvo el gobierno español y el estadounidense.
Luis Britto, el escritor venezolano, señalaba recientemente:

A mí me entristece que tanta felicidad aflija a unos pocos, porque el pesar del bien ajeno tiene un nombre muy feo. Decía el joven Marx que no desearía para sí mismo una dicha que no fuera compartida por millones. (6)
 
La felicidad se indica porque según las encuestas los venezolanos se consideran en su mayoría muy felices y ven que están mejorando. Y aquí seguramente está el problema, hay gente que no tolera la dicha ajena, más si esa dicha y esa prosperidad corresponde a aquellos que hace no tanto tiempo eran considerados unos desgraciados, unos desarrapados, unos muertos de hambre, según el punto de vista de las clases altas.
Si es que hay quien no puede vivir sin tener debajo de su zapato el cuello de alguien. Y los nuevos tiempos no auguran un buen futuro a estas élites antidemocráticas. La reciente victoria de Chávez en las elecciones generales y de su sustituto, Nicolás Maduro, en las locales, tras la enfermedad del presidente venezolano muestran la solidez de un proyecto y su apoyo social. Y eso a pesar de que se enfrentaban no a una oposición en bloque, sino realmente a una coalición internacional del poder económico occidental, encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea.
Un apunte al PP (o al PSOE) en España solo le votan en torno a un 30% de los españoles, a Chávez al menos un 44%,  y el PP, con esa minoría, tiene mayoría absoluta.
¿Por qué los españoles siguen anestesiados ante esta prometedora realidad de la economía en el mundo? ¿Por qué no hacen sino obedecer lo que se dice a través de los medios de comunicación que pertenecen al mismo poder económico que los oprime? ¿Qué futuro pueden tener los españoles así cuando repudian lo que no es sino un logro social enorme en un país como Venezuela? ¿Se merecen los españoles lo que les está pasando, por su egoísmo, por su ignorancia, por su falta de solidaridad? Son preguntas que deberán analizar y a las que deberán de dar una respuesta sincera. De otra forma no harán sino construirse su propia jaula y su propia ruina.
Comportarse como perro del hortelano, que es lo que está haciendo buena parte de la sociedad española en su postura respecto a América Latina, no es sino una muestra más de lo desnortado que está un buen sector de la sociedad en la que vivimos.
Vive y deja vivir, pocas frases han reflejado mejor que esta el camino a la paz y a la verdadera felicidad.

Notas:
1. Michael Parenti. Good things hapenning in Venezuela,. mayo 2005. http://michaelparentiblog.blogspot.com.es/p/articles.html
2. Mark Weisbrot, Luis Sandoval y David Rosnick. Índices de pobreza en Venezuela: En búsqueda de las cifras correctas. CEPR. Mayo 2006.
3. Mikel Itulain. Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países. Libertarias. Abril 2012. 
4.Resumen de indicadores socioeconómicos. Venezuela. Mayo 2010. http://es.scribd.com/doc/35067385/Resumen-de-Indicadores-Socioeconomicos-Venezuela-Mayo-2010.
5. El País. Editorial. Golpe a un caudillo, 13.4.2002.
6. Luis Britto García. Voto por la felicidad. 23.9.2012. http://luisbrittogarcia.blogspot.com.es/

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