domingo, 17 de marzo de 2013

Estados Unidos: histórico incremento de la pobreza


Redacción
Indigente en Los Ángeles

No se registraba un nivel de pobreza similar desde 1993.

Una cifra récord: 46,2 millones de habitantes de Estados Unidos son pobres, según los datos del año 2010 dados a conocer este martes por la Oficina del Censo de ese país. Este es el número más alto jamás recolectado por el organismo desde que comenzó a ejercer sus funciones en 1959.

Las estadísticas que revelan el descalabro son múltiples y uniformemente malas. En términos porcentuales, la tasa de pobreza es la más alta desde 1993: 15,1%. En el año 2000, la cifra era de 11,7%.

 

Mientras tanto, el ingreso anual de los hogares promedio cayó en un 2,3%, hasta llegar a los US$49.445.

Para EE.UU. una familia pobre es aquella que posee un salario anual de US$22.314 o menos. Si se trata de una sola persona, el monto anual debe ser igual o menor que US$11.139.

Por otra parte, el número de habitantes sin seguro médico supera los 50 millones de personas.

Los analistas consideran que más que alarmantes, estas son cifras "esperadas", pues según ellos, la pobreza siempre aumenta en tiempos de recesión, y esta ha sido la más profunda y extensa desde la Gran Depresión de 1929.

Razones

Sheldon Danziger, director del National Poverty Center (Centro Nacional de la Pobreza) de la Universidad de Michigan, explicó a BBC Mundo algunas de las posibles causas de estos resultados.

"Nuestros índices de pobreza son mayores que en Canadá y algunos países del norte de Europa por dos razones: la primera es que desde hace 30 años los salarios reales de los que no tienen un diploma de secundaria han disminuido considerablemente, en especial para aquellos que trabajan en la construcción", dice Danziger.

"En segundo lugar, nuestras políticas sociales hacen muy poco por aumentar los salarios de los trabajadores en épocas de bonanza económica o para ayudar a los desempleados durante las recesiones", agrega.

Otro dato que resalta Danziger es que el 21% de los niños en EE.UU. son pobres. Según él, ese es un porcentaje similar al del año 1965.

"La mayoría de ellos no tiene acceso a la educación superior, por lo que es más probable que continúen siendo pobres cuando sean adultos", agregó.

Entre los hispanos

El nivel de pobreza entre los hispanos resultó ser bastante más alto que los blancos no hispanos: 26,6% frente a un 9,9%.

Su media anual de ingreso es de US$37.800, mientras que más del 30% de ellos no tiene seguro médico. Ni público, ni privado.

En 2010, un portavoz de la organización Pan para el Mundo (BFW, por sus siglas en inglés) explicó a BBC Mundo que una de las causas de la pobreza de los hispanos era el área y las industrias en las que trabajan. Además, el nivel de desempleo en sectores como la construcción y los servicios es mucho mayor al promedio general, dijo entonces.

Durante los últimos meses, la tasa de desempleo en EE.UU. ha continuado por encima del 9%. En un intento por bajar esa cifra, el presidente Barack Obama dio a conocer la semana pasada un clicplan de empleoclic que aún deberá ser aprobado por el Congreso.

De cualquier manera, según las perspectivas del National Poverty Centerde la Universidad de Michigan, para que la tasa de pobreza general regrese a los niveles de 2000 (11,7%) tomará por lo menos unos seis o siete años.

BBC Mundo - Martes, 13 de septiembre de 2011

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Ser niño y pobre en EE.UU.

Kaylie

Según las últimas estadísticas, casi 17 millones de niños en EE.UU. no siempre tienen acceso a suficiente comida saludable.

La comida está siempre en los pensamientos de Kaylie Haywood, una niña estadounidense de 10 años y de su hermano Tyler, de 12.

En un banco de alimentos organizado por entidades de caridad en la ciudad de Stockton, en Iowa, Estados Unidos, los hermanos debaten con su madre acerca de los 15 productos que pueden llevarse. No les queda mucho dinero para gastos extras.

 

Por eso, la elección es importante: ya han metido en su cesta salsa de manzana y probablemente hagan lo mismo con los espaguetis enlatados, las albóndigas y los raviolis.

Pero cuando Kaylie pide carne molida, se rechaza su propuesta ya que la habitación de motel en la que vive no tiene nevera. Así que cuando quieren mantener un producto fresco lo meten en un lavadero con hielo. Tampoco tienen un lugar para cocinar.

No es la primera vez que la familia está en dificultades para conseguir comida.

"No hacemos tres comidas al día: desayuno, comida y cena", lamenta Kaylie. "Cuando tengo hambre, me siento triste y decaída".

Vivir en un motel

Kaylie y Tyler viven con su madre Barbara, que trabajaba en una fábrica. Tras perder su empleo, comenzó a recibir una subvención del gobierno y cupones que podía intercambiar por comida, lo que hace un total de US$1.480 al mes.

Niños que pasan hambre en EE.UU.

    ·                                 16,7 millones de niños viven en hogares con "inseguridad alimentaria".

    ·                                 Los estados más afectados son el Distrito de Columbia, Oregón, Arizona, Nuevo Mexico y Florida.

    ·                                 Los hogares encabezados por madres solteras son más vulnerables al hambre infantil.

    Fuente: Feeding America

    Pero ya no se podían permitir vivir en su casa, ya que tenían que pagar US$1.326 mensuales, lo que les dejaría muy poco para comida y gasolina.

    Kaylie ayudaba a aumentar los ingresos familiares recogiendo latas en los alrededores de su antigua casa, en un camino que está al lado de la vía del tren. Por cada lata le daban entre dos y cinco centavos.

    Su hermano Tyler también ayudó: "Por cortar el césped de algunas casas me daban US$10. Me gastaba seis en combustible y el resto se lo daba a mi madre para que comprara comida", explica.

    En lugar de comprar en el centro comercial, la ropa de Kaylie es de la tienda de la organización benéfica Salvation Army donde, para su vergüenza, las camisetas de US$0,60 están permitidas pero las que cuestan US$2 son "demasiado".

    A uno de sus dos perros, Nala, le tuvieron que llevar a la perrera para reducir aún más los gastos.

    El alquiler de la habitación de motel en la que viven cuesta en torno a los US$700 mensuales, pero tratar de equilibrar los gastos supone sacrificios.

    Tyler dice que hay días buenos y malos: "A veces, cuando tenemos cereales no tenemos leche y los tenemos que comer así, secos; otras veces, tenemos leche pero no cereales".

    "En ocasiones, cuando hay un programa de cocina en la televisión, me da más hambre. Quiero meterme en la pantalla y comer la comida", señala.

    Uno de cada cinco niños

    Camión de reparto de comida

    Se cree que unos 47 millones de estadounidenses dependen de bancos de comida.

    La familia de Kaylie y Tyler está entre los 47 millones de estadounidenses que se cree que dependen de bancos de comida. Eso significa que uno de cada cinco niños recibe ayuda alimentaria.

    En el área donde viven los hermanos, un proveedor, el banco de comida River Bend, ha visto como el número de necesitados ha crecido abruptamente en los últimos tiempos.

    "Ha cambiado dramáticamente desde que empezó la recesión. El número de gente que viene ha crecido entre un 30% y un 40%", asegura Caren Laughlin que ha trabajado en bancos de comida en los últimos 30 años.

    "Eso no se debe sólo a que la gente ha perdido sus trabajos. Es también porque los empleos que les están sustituyendo están peor pagados. No da para alimentar a la familia", explica.

    Pese a que la habitación de motel de Kaylie, Tyler y Barbara está lejos de las casas de sus amigos y es muy pequeña para tres, la mudanza ha hecho su vida más fácil en algunos aspectos.

    El padre de los niños no está y aunque la abuela vive cerca y ayuda en lo que puede, la madre tiene muchas dificultades. "Nunca lo he visto tan mal. Conseguir trabajo es muy difìcil", asegura Barbara.

    La mujer está haciendo cursos para ser peluquera pero no tiene muchas esperanzas en el futuro.

    "He ido al médico... por depresión. Me recetó antidepresivos y Xanax para los ataques de pánico. Ni siquiera sé si podré encontrar un trabajo cuando acabe los cursos, ni si la situación mejorará", lamenta.

    Preocupación por el futuro

    Tyler

    Tyler, de 10 años, hace algunos trabajos para ayudar a su madre a comprar comida.

    En febrero, el presidente Barack Obama, aseguró en el discurso del Estado de la Unión que subiría el salario mínimo a US$9 la hora.

    "Esa medida incrementaría los ingresos de millones de familias trabajadoras. Podría significar la diferencia entre depender de la caridad para la comida e ir a una tienda a comprar su comida; entre pagar un alquiler o sufrir un desahucio; entre no llegar a fin de mes o salir adelante", afirmó el presidente entonces.

    Pero familias como la de Barbara, en la que los padres perdieron sus trabajos y los hijos pasan hambre, siguen preocupando a los bancos de comida.

    Según Laughlin, muchas personas no saben dónde buscar ayuda y a otras les da vergüenza pedirla. "Mucha de la gente que viene nunca imaginó que acabaría en esta situación", señala.

    Estos problemas se reflejan en todo EE.UU., según la organización no gubernamental Feeding America (Alimentando a América) que gestiona 200 bancos de comida y ayuda a 37 millones de personas cada año, entre las que están 14 millones de niños.

    Según la organización, cerca de 17 millones de niños estadounidenses viven en hogares donde no se puede asegurar el consumo de comida saludable.

    Para algunas familias, la comida barata y fácil de preparar puede significar algunas elecciones poco saludables como la pizza, que incrementa la probabilidad de obesidad y problemas de salud en el futuro.

    En algunas zonas, las escuelas participan en un programa denominado "mochila" por el que se reparten paquetes de comida a los niños más vulnerables los viernes para que tengan qué comer el fin de semana.

    "Los niños se concentran mejor así", explica Laughlin. "Si estás preocupado por lo que vas a comer cuando llegues a casa, vas a estar pensando en eso y no en lo que está en la pizarra".

    Por la mente de Kaylie también pasan los estudios. Y es que, últimamente, la niña de 12 años no está yendo al colegio ante el destino incierto de la familia.

    En los últimos tiempos, su familia dejó un motel y se fue un breve periodo a una casa. Apenas podían pagar el alquiler y tuvieron que mudarse de nuevo cuando la abuela no pudo seguir ayudándoles. Desde entonces, se han quedado en tres moteles más, lo que impide que Kaylie se inscriba a un colegio.

    Ahora las esperanzas de Barbara están en conseguir un trailer para establecerse mientras que, para Kaylie, volver a la escuela es vital.

    "Realmente quiero ir a la escuela. Si no tienes educación, no tienes dinero, ni consigues un buen trabajo y acabas durmiendo donde tu mamá". "Te acaban echando de tu casa por no poder pagar la renta y terminas sin casa y sin comida".

    BBC - Viernes, 15 de marzo de 2013

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