El reactor 2 emite altos niveles de radiación. Una nube de vapor sale del reactor 3. Daños del 70% y el 33% en las varas de combustible en los reactores 1 y 2 hacen temer su fusión. Comienza la refrigeración de los reactores 5 y 6 para evitar nuevas explosiones en ellos.
Kaos. Internacional y Ecología | Agencias/Prensa | Hoy a las 13:10 |
Nuevos incidentes en la central de Fukushima, afectada por el terremoto y el tsunami del pasado viernes, complican de nuevo la situación en Japón. Hay problemas de distinta índole en cuatro de los seis reactores de la central. Lo peor está en los reactores 2 y 3, que parecen tener dañadas sus estructuras de contención, segunda de las tres capas de protección de un reactor. Durante la noche (mañana en Japón), se ha desencadenado un nuevo incendio en el reactor 4, el segundo en 24 horas. Al poco, ha comenzado a salir humo blanco del reactor 3, probablemente vapor causado por el líquido refrigerante que habría entrado al reactor a través de las grietas en la estructura de contención. La empresa que gestiona la central, TEPCO, ha tomado al reactor 3 su máxima prioridad. También ha habido problemas en el 2, que también tiene afectada la estructura de contención y durante la noche ha emitido tales niveles de radiactividad que han tenido que ser evacuados durante unas horas los 50 trabajadores que intentan controlar la situación en la central. Los operarios ya están de nuevo en el interior de la central para trabajar en la refrigeración de los reactores. Helicópteros militares han despegado para lanzar agua sobre los reactores, pero la operación ha tenido que ser abortada por los altos índices de radiactividad. No obstante, el Gobierno nipón mantiene la zona de evacuación en 20 kilómetros a la redonda de la planta y sostiene que los niveles radiactivos detectados no son perjudiciales para la salud.
El estado de los cuatro reactores afectados en la central cambia constantemente y las informaciones que facilitan tanto las autoridades niponas como la empresa TEPCO no contribuyen demasiado a hacerse una idea de la situación. El portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, citado por la agencia nipona Kyodo, ha informado de que la estructura de contención del reactor número 3 puede estar dañada, por lo que el vapor blanco que ha comenzado a emitir por la noche podría estar expandiendo partículas radiactivas al exterior. Por ello, y porque muestra a su alrededor altos niveles de radiactividad, la empresa que gestiona la central ha tomado este reactor como su máxima prioridad.
El reactor 2, que tiene dañada la estructura de contención, tiene un 33% de las barras de combustible afectadas. Se cree que su núcleo pueda haberse fundido en parte. Esta unidad sufrió una explosión el martes. Según la TEPCO, en el dos ha bajado drásticamente la presión, lo que podría indicar que las tareas de refrigeración están teniendo éxito o que hay alguna grieta en el contenedor o incluso un fallo de las lecturas.
Durante la noche (mañana en Tokio), se ha declarado un nuevo incendio en el reactor número cuatro, aunque ha sido sofocado rápidamente. Ayer, este reactor sufrió una explosión que dañó la estructura que recubre la piscina donde se almacena el combustible gastado. Por ello, se está inyectando agua en esta piscina para que las barras de combustible gastado no entren expuestos a la atmósfera.
En el reactor 1, un 70% de las barras de combustible están dañadas. También puede haber sufrido una fusión en el interior del núcleo. Los daños en las barras de combustible serían el primer paso para que se funda el núcleo, ya que las barras de combustible se calientan y comienzan a fundirse con los elementos metálicos de las varillas que los contienen. Se forma entonces un magma metálico muy radiactivo. Si la contención aguanta puede quedar dentro del edificio (lo que ocurrió en Three Mile Island, en EE UU en 1979). Si la contención falla y esa radiación sale fuera, la tragedia podría alcanzar consecuencias imprevisibles.
Finalmente, se está inyectando agua en los reactores 5 y 6, los únicos no afectados, dado que la temperatura del agua de las piscinas de combustible gastado estaba subiendo.
Japón no logra enfriar los reactores
Fukushima se muere. La central nuclear que mantiene al mundo en vilo parece vivir sus últimas horas. Autoridades, expertos y gobiernos, incluyendo el japonés, califican la situación de"apocalíptica", una auténtica "pesadilla" que no muestra atisbo de frenar.
Explosiones, fusiones parciales del núcleo, incendios, expulsión de partículas radiactivas a la atmósfera... Los seis reactores que configuran la central japonesa, con graves problemas desde el terremoto del viernes, siguen su camino hacia la catástrofe nuclear. Y lo que muchos intentaban controlar se va de las manos.
La situación de los reactores es "gravísima". El reactor número 1, el primero que explotó, se encuentra sin refrigeración, se ha producido una fusión parcial del núcleo y su vasija está dañada.
El 2, uno de los más afectados, no tiene prácticamente refrigeración, mientras que su vasija de contención resultó dañada tras la explosión de hidrógeno que se produjo en la madrugada del martes. Los reactores 5 y 6 también viven problemas de refrigeración ya que la temperatura de sus piscinas se ha incrementado considerablemente, aunque se encuentra en niveles normales.
Pero, sin lugar a dudas, los reactores más peligrosos son ahora el 3 y el 4. El primero de ellos, dañado por una explosión desde el lunes, tiene graves problemas de refrigeración, ha producido una fusión parcial del núcleo y su sistema de contención está gravemente dañado y está expulsando partículas radiactivas a la atmósfera, lo que junto al escape del reactor 2 ha elevado los niveles de radiación hasta los 10 milisievert por hora, por lo que las labores de refrigeración se han parado hasta que desciendan dichos niveles.
En este reactor se han medido tasas de dosis muy elevadas(400 milisievert) junto a una de las paredes del edificio del reactor.
Estos valores podrían estar relacionados con la situación en la que se encuentra el núcleo del reactor, que está descubierto, con su recinto de contención o con el estado de la piscina de combustible tras la deflagración sufrida.
Por su parte, el reactor 4, que se encuentra en estado "crítico", según la compañía TEPCO. Desde ayer se han producido dos incendios y la piscina que enfría las barras de combustible está completamente vacía.
Tal es la situación que el Gobierno ha ordenado a la empresainyectar agua en la piscina "tan pronto como sea posible para evitar un desastre nuclear importante".
Aunque las llamas en el reactor 4 fueron controladas rápidamente, la detonación provocó dos orificios de ocho metros cuadrados en el muro del edificio exterior del reactor, dejando en contacto con el aire la piscina de combustible. Además, el techo se ha agrietado.
En resumen, se estima que un 70% de las barras de combustible nuclear han resultado dañadas, de las que un 33% pertenecen al reactor 2. Además, se cree que los núcleos de los reactores se han fusionado parcialmente ante la falta de refrigeración.
Ante el aumento de la radiación y pese a que las autoridades han permitido niveles de hasta 250 milisievert para los trabajadores, la central obligó a evacuar a los últimos empleados que permanecían en el recinto, que regresaron horas después. Durante ese tiempo, las operaciones para enfriar los reactores se paralizaron.
Un helicóptero ha estado sobrevolando la zona con carga de agua para poder enfríar el reactor dañado, pero los altos niveles de radiactividad han impedido cumplir el objetivo.
Las medidas tomadas por el Gobierno de momento han incluido la evacuación de los ciudadanos en un radio de 20 kilómetros, el establecimiento de una zona de exclusión aérea de 30 kilómetros y la petición a los vecinos de Fukushima que se queden en casa y no salgan a la calle.
Pero, los problemas no sólo parten de la central. La escasez de energía tras el seísmo ha obligado a realizar cortes de luz en determinadas horas del día, momentos en los que el sistema informático utilizado para medir la propagación de la radiactividad en torno a Fukushima deja de funcionar.
La Agencia de Seguridad Nuclear japonesa no cuenta con que el sistema vuelva a funcionar al cien por cien, puesto que muchos de los puntos de medición no funcionan por culpa de los cortes de energía.
En este contexto, el jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, ha admitido que podría ser necesario la ayuda de terceros países. Así, ha barajado la posibilidad de solicitar la intervención de las fuerzas militares estadounidenses para atender la emergencia, desatada tras el terremoto de nueve grados en la escala de Richter que el pasado viernes azotó la costa nororiental.
A pesar de esta advertencia, Edano ha dicho que los niveles de la radiación liberada a la atmósfera, no suponen un riesgo inmediato para la salud. También ha solicitado a la población que mantenga la calma y frene la compra compulsiva de combustible, ya que esto podría provocar un desabastecimiento general que empeoraría la ya de por sí grave situación que atraviesa el país.
Por su parte, el emperador de Japón, Akihito, se ha dirigido en un discurso televisado al país. Cinco días después del grave seísmo y posterior tsunami, ha pedido calma. A través de la cadena de televisión pública NHK, Akihito, de 77 años, ha dicho al pueblo nipón que reza por "el bienestar del máximo número de supervivientes posible tras el desastre". A su vez, ha explicado que los problemas en los reactores nucleares de Japón son impredecibles.
Los japoneses huyen de Tokio
Un masivo éxodo se registra en la capital de Japón ante la preocupación de que se repita la historia de Chernobyl. Ya se produjeron cuatro explosiones y los niveles de contaminación radiactiva superan diez veces lo normal. El plan para refrigerar los reactores no funcionó
En medio de rezos para evitar lo peor, los habitantes de Tokio abandonan la capital por miedo de quedar envueltos en otra pesadilla nuclear. Los niveles de radiación superan la normalidad diez veces, por lo que el pánico se impuso en las calles.
Encima, este éxodo comenzó a registrarse antes que acontezca la cuarta explosión, la que ya advierte con más fuerza sobre la posible caída de lluvia radioactiva.
Las autoridades japonesas ordenaron que las centrales sean evacuadas dado los altos niveles de contaminación registrados; sin embargo ya circulan rumores que los trabajadores estarían volviendo a sus funciones para lidiar con la catástrofe.
Además, desde la central eléctrica aseguraron que los índices de radiación registrados en el reactor 3 de la planta de Fukushima ya alcanzaron niveles de alto impacto, de acuerdo al diario The Sun.
El secretario de Gabinete Yukido Edano indicó que los niveles de radiación parecieron disminuir anoche, pero por la mañana de hoy comenzaron a ascender de manera imprevista e impactante. Además, afirmó que los expertos detectaron columnas de humo blanco que salían de los reactores y que no podían descifrar de qué se trataba.
"Estamos buscando la causa de este humo blanco y estamos estudiando si está relacionado con la fluctuación nuclear", aseguró Edano.
Las averías y escapes en la central nuclear de Fukushima Daiichi, cuyos reactores se vieron afectados por el terremoto y posterior tsunami del pasado viernes, han generado una amenaza de consecuencias imprevisibles.
La central de Fukushima entró en funcionamiento en 1971 y cuenta con seis reactores, al menos cuatro de los cuales han sido dañados y en uno de ellos se declaró un incendio anoche, por segunda vez en tres días, como consecuencia del sobrecalentamiento del combustible nuclear.
Fukshima Daiichi, unos 250 kilómetros al norte de Tokio en un recinto de 350 hectáreas creado a orillas del Pacífico, tiene una capacidad de 4.696 MW.
Las barras de combustible de los reactores uno y dos están dañadas al 70% y 33%, respectivamente
La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha informado este miércoles de que las barras de combustible de los reactores uno y dos de la central nuclear de Fukushima-1 están dañadas al 70 y 33 por ciento, respectivamente, según recoge la agencia de noticias Kiodo.
La compañía, encargada de la gestión de la planta, teme que estos daños hayan provocado una fusión parcial del núcleo de los reactores, lo que supondría la emisión de nuevas partículas radiactivas a la atmósfera.
Los operarios han tratado de enfriar los reactores desde que el pasado viernes un terremoto de nueve grados en la escala de Richter sacudiera la costa noreste de Japón. Sin embargo, sus esfuerzos se han visto frustrados por la falta de refrigerante y las dificultades técnicas para bombear agua de mar.
Como consecuencia de este fracaso, la presión en los reactores continuó elevándose. Así, el sábado explotó el número uno, el lunes el número tres y el martes el dos y el cuatro, lo que ha disparado los niveles de radiación en el entorno de la central.
La radiactividad en Japón podría entrar en la cadena alimentaria
"El vapor que se emite al aire terminará nuevamente en el agua y la vida marina se verá afectada (...) una vez que llueva, el agua para beber también se contaminará", añadió.
Por otra parte, Emily Chan, experta en tratamiento de emergencias y profesora asistente de salud pública de la Universidad China, dijo que la exposición a la radiación también está relacionada con abortos espontáneos e infertilidad tanto en hombres como en mujeres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el martes que Japón está tomando las medidas correctas para proteger a su población de la radiactividad, incluidas las evacuaciones y la acumulación de reservas de yoduro de potasio, un antídoto contra la radiación.
NIÑOS EN RIESGO
La radiación es peligrosa porque puede provocar cambios o mutaciones en el ADN, lo que luego avanzaría hasta generar cáncer.
El cuerpo humano puede reparar los cambios o daños en el ADN, pero una persona sólo está segura si el proceso de reparación se produce más rápido que el tiempo que le lleva multiplicarse al material mutado o dañado de ADN.
La mayoría de los expertos coinciden en que los niños en crecimiento y los fetos corren el mayor riesgo porque sus células se dividen a un ritmo más veloz que las de los adultos.
Además, los pequeños consumen más leche de vaca que los adultos, lo que incrementa su riesgo, señaló un científico japonés que trató a víctimas de la bomba atómica de Hiroshima.
"Las vacas son como aspiradoras, toman el yodo radiactivo que se encuentra en una zona amplia de pasto y luego esas partículas se concentran rápidamente y pasan a la leche", explicó el especialista, que pidió no ser identificado.
Trabajadores abandonan brevemente planta nuclear Japón
TOKIO (Reuters) - Trabajadores recibieron el miércoles la orden de retirarse brevemente de una dañada planta nuclear en Japón luego de que repuntaron los niveles de radiación, reportó la agencia de noticias Kyodo, un desarrollo que sugiere que la crisis se está saliendo de control.
Sólo horas más temprano otro incendio se registró en la instalación, que ha enviado bajos niveles de radiación hacia Tokio en las últimas 24 horas, desencadenando tanto el temor en la capital como alarma internacional.
Francia instó a sus ciudadanos a abandonar Japón o a dirigirse hacia el sur del país y pidió a Air France a que provea aviones para evacuarlos. En un comunicado, la embajada francesa en Tokio dijo que dos aviones se dirigen hacia la capital.
Académicos y expertos nucleares dijeron que las soluciones que han sido propuestas para reducir las fugas de radiación en la planta nuclear Daiichi en Fukushima son esfuerzos de último minutos para controlar lo que bien podría ser recordado como uno de los peores desastres industriales del mundo.
"Esta es una pesadilla de lento avance", dijo el doctor Thomas Neff, un investigador afilado del Centro para Estudios Internacionales, que forma parte del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Trabajadores trataban de construir una vía para que los camiones de bomberos puedan alcanzar el dañado reactor número 4 que ardió en llamas el miércoles.
La cadena pública NHK dijo que las llamas ya no eran visibles en el edificio que alberga al reactor, pero imágenes de televisión mostraban humo o vapor surgiendo desde la instalación cerca de las 0100 GMT.
Funcionarios japoneses dijeron que estaban hablando con el Ejército estadounidense sobre cualquier ayuda posible a la planta, ubicada a 240 kilómetros al norte de Tokio.
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