• Fue proclamado oficialmente por las Naciones Unidades en 1977
• En 1975, en las mismas Naciones Unidas se dedicaron a “barajar
versiones” sobre si era real o no que las mujeres obreras habían sido quemadas por empresarios “demócratas” de Estados Unidos.
versiones” sobre si era real o no que las mujeres obreras habían sido quemadas por empresarios “demócratas” de Estados Unidos.
• Fue larguísimo el camino para que finalmente fuese proclamado el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras
• Son centenares o miles las mujeres luchadoras por la Liberación Nacional de Nicaragua
El Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras y el Día Internacional de los Trabajadores tienen un origen dramático y sangriento en Estados Unidos, específicamente en Nueva York y en Chicago, en los años 1857, 1886 y 1908, según datos históricos extraídos de libros, revistas, investigaciones históricas y en Internet.
Es muy conocido por el mundo entero que el Día Internacional de los Trabajadores se impuso en memoria de los Mártires de Chicago, masacrados por la Policía norteamericana en la Plaza Haymarket, frente a la fábrica Mc Cormic, los días 3 y 4 de mayo de 1886.
En esa Plaza Haymarket no hay ni una sola placa, ni monumento alguno, indicativo de que allí fueron masacrados los mártires de Chicago por los crueles propietarios capitalistas de las fábricas textiles y otras, que no perdonaban a sus trabajadores que se fuesen a huelga en reclamo de reducción de horarios de hasta 16 horas diarias de trabajo a ocho horas laborables, mucho menos que aceptaran peticiones de incrementos salariales y mejoras ambientales laborales.
Los reclamos de las mujeres obreras textiles de Nueva York eran parecidos, según los datos que hemos encontrado en libros escritos hace casi nueve décadas y algunos comentarios en informaciones escuetas en Internet.
No se precisa la fecha, pero se supone en marzo de 1857, varias centenares de obreras de la fábrica textil Cotton Textil Factory, de Nueva York, reclamaban mejor trato por parte de los dueños de la empresa textilera yanqui, reducción de la jornada laboral de 16 horas a 10 horas diarias, aunmento de salarios y mejorías en el ambiente laboral, que consideraban demasiado caliente mientras operaban las máquinas textiles, es decir, laboraban en telares, los cuales en aquellos años eran de las fábricas más grandes en Estados Unidos e Inglaterra (o Reino Unido), los dos países capitalistas y neocolonialistas salvajes más poderosos, al mismo tiempo.
Estas trabajadoras se declararon en huelga y salieron a las calles de Nueva York, para publicitar lo que les estaba pasando dentro de la fábrica Cotton Textil Factory, y al mismo tiempo dieron a conocer públicamente sus demandas salariales y laborales.
Presuntamente, los propietarios de la fábrica Cotton Textil Factory entraron en cólera, les echaron la Policía a las obreras textiles, las cuales retornaron al interior de la fábrica, pero se negaron a laborar en las máquinas textiles, mientras sus propietarios no les resolvieran sus demandas laborales.
Los propietarios de la fábrica Cotton Textil Factory pusieron candados en los portones de entrada y salida de la fábrica, para que las obreras no volvieran a salir a la calle con sus protestas laborales y demandas de aunmentos de salarios.
Según los datos encontrados en los libros mencionados, se produjeron incidentes confusos dentro de la fábrica Cotton Textil Factory, y de repente estalló un incendio, mientras las mujeres obreras textileras estaban dentro y enllavados los portones de la fábrica.
Los resultados fueron horribles. En estos libros se sostiene que murieron 146 de las obreras textiles, aunque no mencionan cómo se salvaron el resto de mujeres, pero sí se atreven a especular con las sospechas de que los dueños de Cotton Textil Factory le prendieron fuego a la fábrica con las mujeres dentro.
Los datos históricos recopilados añaden más huellas de sangre, sacrificios y muertes de más de un centenar de mujeres obreras que habrían sido quemadas en la misma Fábrica Cotton Textil Factory, ya en los primeros años del siglo 20.
Se indica que el primero de marzo de 1908, también en Nueva York, hubo otra huelga de varias centenares de mujeres obreras textileras, las cuales exigían aunmentos salariales, mejoras en las instalaciones internas y solicitaban impedir el trabajo infantil en la misma fábrica en que ellas laboraban. En estos datos vuelve a aparece el nombre de “Fábrica Cotton”, aunque sin las otras dos palabras: Textil Factory.
Se sostiene que igualmente las manifestaciones de mujeres obreras entraron en choque frontal con la Policía y los propietarios de la Fábrica Textil Cotton. Las mujeres obreras fueron reprimidas en las calles y posteriormente aparecen, sin mencionarse los detalles, otras 129 mujeres quemadas y alrededor de 200 heridas dentro de la Fábrica Cotton.
¿Fueron acusados los propietarios de esta fábrica y los policías por estos crímenes? ¡No!, ¡qué va!, cuando ocurrió la masacre de los mártires de Chicago más bien fueron elogiados los jefes policiales por aquella matanza… mataron a los trabajadores e hicieron desaparecer todas las huellas del crimen de la Plaza Haymarket.
Estos acontecimientos de 1908 fueron algo así como el explosivo que se requería para iniciar una campaña internacional de condena sistemática contra estos hechos sangrientos y salvajes de los capitalistas norteamericanos crueles, especialmente por mujeres obreras, trabajadoras, líderes de organizaciones sindicales textiles y socialistas europeas: alemanas, danesas, austríacas, suecas y rusas, entre otras, la alemana Clara Zelkin.
En 1910, el Socialit Party Of América y Clara Zelkin, promovieron un Congreso Internacional de Mujeres Trabajadoras, en Dinamarca, Europa, donde fue propuesto y aprobado el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, en homenaje a las obreras textileras quemadas en 1857 y en 1908 en Nueva York, Estados Unidos.
La campaña continuó, y en 1911 se efectuaron marchas gigantes de mujeres trabajadoras y hombres trabajadores en condena a los hechos sangrientos en Nueva York, y a la vez proponiendo que se declarara oficialmente el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, en homenaje a las mujeres incineradas por los criminales empresarios yanquis de la Fábrica Cotton, en el “democrático” Estados Unidos de América.
Llama la atención de que la campaña se centró, especialmente, en las mujeres quemadas en la Fábrica Cotton el 8 de marzo de 1908, en Nueva York.
Llama la atención de que la campaña se centró, especialmente, en las mujeres quemadas en la Fábrica Cotton el 8 de marzo de 1908, en Nueva York.
Aunque sin aprobación por ningún organismo oficial, en 1914 (meses antes de la Primera Guerra Mundial por reparto de territorios de países ricachones y colonialistas), en Alemania, Dinamarca, Suecia, Austria y Rusia, hombres y mujeres celebran el ocho de marzo en las calles de las capitales de estos países europeos, dando por hecho que ya se estaba celebrando el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras.
Especialmente las mujeres obreras rusas tomaron en serio el asunto de reclamar la oficialización del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, al calor de que se estaba desarrollando aceleradamente la Revolución Rusa o Bolchevique, en marzo de 1917, varios meses antes del Triunfo de la Revolución socialista soviética.
Como es sabido, en Febrero de 1917, un grupo de oportunistas, aliados de la Embajada Norteamericana en Petrogrado (Capital entonces de la Rusia Zarista), encabezados por Aleksandr Feodorovich Kerenski, se habían apoderado del gobierno burgués ruso, amparados en lo que todavía quedaba del Ejército criminal del Zar ruso o Imperio colonial de Rusia.
Otra masacre de mujeres en Rusia Zarista
En este marco histórico-político, varias miles de mujeres obreras y vecinales, se concentraron el 8 de marzo de 1917 ante las oficinas gubernamentales de Petrogrado, de Moscú y Kiev, celebrando ya, ellas, formalmente el Día Internacional de las Trabajadoras, y reclamando, al mismo tiempo, pan o comida y trabajo o empleo formal, alegando que el pueblo en general se estaba muriendo de hambre en la Rusia zarista inmensa de 22 millones de kilómetros cuadrados de Europa y Asia.
Fueron masacradas. Varias murieron, centenares fueron hechas prisioneras y decenas resultaron heridas por parte del todavía ejército imperial criminal zarista, ahora o en ese momento manejado por Kerenski. La Revolución Rusa o Bolchevique respaldó los reclamos de las mujeres trabajadoras rebeldes inmediatamente después del Triunfo de la Revolución en Octubre de 1917, jefeada por Bladimir Illich Lenin.
La campaña continuó en Rusia y otros países europeos; también en Estados Unidos, donde el gobierno criminal norteamericano nunca aceptó proclamar el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, pero finalmente accedió a que en 1920, por primera vez, quedara establecido en la Constitución Política que las mujeres podían ejercer el voto en las elecciones estadounidenses.
Clara Zelkin (alenama, dirigente obrera socialista) y sus compañeras sindicalistas y socialistas continuaron su trabajo propagandístico de exigencias para que se reconocieran los crímenes o genocidio empresarial yanqui en las obreras textileras norteamericanas. Zelkin falleció y no pudo ver coronados sus planes de que se estableciera oficialmente el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras.
La lucha continuó, ahora en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU). En 1975, en este Foro Mundial de todos los Estados oficialmente incorporados en las Naciones Unidas, finalmente admitieron discutir la denuncia de aquellos crímenes fatídicos en las obreras textiles de Nueva York, pero lo limitaron sólo a revisión y no admitían que se usara como justificación creadora a las obreras textileras quemadas por los empresarios salvajes de Nueva York.
La campaña continuó terca, sin cejar un milímetro. Finalmente, en 1977, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) emitió la resolución No. 32/142, mediante la cual proclamó el 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, en homenaje a las obreras textileras quemadas en Nueva York en 1857 y en 1908
Desde entonces, se celebra el Día Internacional de la Mujer, tal como se le conoce ahora.
Mujeres luchadoras y ejemplares de Nicaragua
Aquí vale la pena mencionar que en la Patria de Diriangén, Andrés Castro Estrada, Benjamín Zeledón Rodríguez, Sandino (General de Hombres Libres), de Carlos Fonseca Amador y de todos los Héroes y Mártires de Nicaragua, existieron mujeres heroicas que entregaron sus vidas valiosas para que la Patria y las Mujeres fuesen libres, como hoy, entre otras: Rafaela Herrera, Blanca Aráuz, Luisa Amanda Espinoza Espinoza, Arlen Siú Bermúdez, Angelita Morales Avilés, Claudia Chamorro, Marta Lucía Corea, Linda Graciela Barreto, Eva Bonilla Zúniga, Marta Angélica Quezada, Mildred Abaunza, María Castil Blanco, la sindicalista Lidia Maradiaga Cáseres, Genoveva Rodríguez, doctora Erlinda López Osorio, Berta Calderón Roque, Yolanda Mayorga, Silvia Ferrufino Sobalbarro, Cleotilde Moreno, Rafaela Padilla, Aura Ortíz Cruz, Urania Zelaya Úbeda, Lucrecia Lindo, Berta Díaz, Lila Velásquez Garay, Francisca Delgado Donaire, Miriam Tinoco, Perla María Norori, Yelba María Antunez, Aracely Pérez, Idania Fernández, Aura Velia y Vilma González, Luz Marina Silva, Candelaria Ocampo, entre otras.
Una de las primeras caídas durante la lucha antisomocista fue Lidia Maradiaga Cáseres, valiente y audaz sindicalista campesina, quien fue asesinada a machetazos por sicarios del somocismo genocida el 22 de abril de 1966, frente al Cementerio de la cabecera Municipal de Santa Rosa del Peñón, al Noreste del Departamento de León.
Los ejecutores del asesinato atroz fueron Humberto Urroz, el alcalde somocista; Juan Ramón Urrutia, el juez; y Abelino Castillo, “el comandante” Guardia Nacional genocida. El “delito” de Lidia Maradiaga Cáseres fue haberse convertido en la dirigente del Sindicato en la Mina Yesera de Santa Rosa del Peñón, propiedad de un sujeto de apellido Cerna, capitalista aliado del somocismo genocida, residente en Managua.
Luisa Amanda Espinoza Espinoza cayó el tres de abril de 1970, en las cercanías de la Ermita de Dolores, en León. Había nacido en 1948, en las cercanías de la Iglesia de El Calvario, en Managua. Era lideresa obrera, enfermera, ama de casa y revolucionaria lúcida en los tiempos durísimos del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Arlen Siú Bermúdez cayó heroicamente, combatiendo por la Liberación Nacional de Nicaragua en 1975, en el Municipio de El Sauce, Departamento de León, durante una emboscada, convertida en masacre, en 1975. Arlen era jinotepina. Tenía apenas 18 años. Era estudiante universitaria, compositora, música guitarrista y cantante, y tenía cualidades revolucionarias sandinistas excepcionales; era cariñosa, profundamente humana y era tan liviana como los pajaritos alzando vuelo cuando iba hacia el combate contra los guardias asesinos de la dictadura somocista.
Mildred Abaunza, licenciada en Trabajo Social, valiente, audaz, rápida para el ataque combativo y la retirada oportuna, cae el 4 de febrero de 1976, en realidad fue asesinada fríamente por cobardes oficiales de la Guardia Nacional genocida cuando ella le cubría la retirada al Comandante Tomás Borge Martínez en los cauces, callejones estrechos y laberintos de muros de la Colonia Centroamérica, en Managua.
Claudia Chamorro, 22 años, hija de granadinos acomodados y con conciencia revolucionaria tan diáfana como los cristales, bella, esbelta, atlética por deportista, de ojos vivaces y palabras certeras, ganadora de concursos de belleza mientras era estudiante de secundaria y universitaria, cayó en combate absolutamente desigual, crucial para la Historia futura y realizó disparos proféticos y de leyenda, con ecos interminables llevando su nombre entre los pájaros y las montañas del Norte de Nicaragua, el 9 de enero de 1977, cuando cubría la retirada de Francisco “El Zorro” Rivera, quien se convertiría asimismo en una leyenda popular mientras derrumbaba las edificaciones de los Comandos supuestamente invulnerables de la Guardia Nacional en Estelí y también destruía los mitos de que los guardias genocidas eran “invencibles” debido al poderoso armamento que tenían para “combatir 100 años, si queremos”, según decían los coroneles y generales asesinos como Nicolás Valle Salinas.
Angelita Morales Avilés, 28 años, estudiaba Trabajo Social, intelectual sandinista en crecimiento rápido, investigadora histórica. De sencillez impresionante y sabiduría tan abundante y revolucionaria como la de su hermano Ricardo Morales Avilés, uno de los ideólogos y miembro de la Dirección Nacional Histórica del Frente Sandinista.
Angelita Morales Avilés era profundamente humana, vivaz, siempre alerta. Estuvo bastante tiempo con Carlos Fonseca Amador, el jefe de la Revolución Popular Sandinista, en Cuba, investigando sobre la Historia del General Sandino. Fue asesinada por sicarios del régimen somocista genocida el 14 de mayo de 1977, en Monseñor Lezcano, en Managua. Con ella cae Merceditas Avendaño.
Lucrecia Lindo, enfermera, bella, dulce y firme al mismo tiempo, no admitía ambigüedades en asuntos revolucionarios, sandinistas y combativos, fue asesinada el 2 de junio de 1979, por la guardia genocida somocista, en Chinandega.
Rafaela Padilla cae el 2 de junio 1979, en Masaya. Marta Lucía Corea, jovencita de 17 años, estudiante universitaria, combatiente popular sandinista de Bello Horizonte, Managua, valiente, audaz, siempre en la primera línea de fuego, participó en la Insurrección Sandinista de los Barrios Orientales de Managua y cae en Nindirí, durante el célebre Repliegue Táctico-Estratégico de Managua a Masaya, el 28 de junio de 1979, en la tarde.
Aura Ortíz, estudiante de periodismo, participante en la Insurrección Sandinista de los Barrios Orientales y del Repliegue de Managua a Masaya, cae combatiendo heroicamente a los guardias somocista asesinos en La Barranca, en Masaya, el 7 de julio de 1979. Ese mismo día caen en La Barranca Eva Bonilla Zúniga, Miriam Tinoco, Francisca Delgado Donaire y Lila Velásquez Garay, cuando todas ellas, cumplían una misión combativa para expulsar a los guardias asesinos de “La Barranca”. Eva Bonilla Zúniga también era de los “replegados de Managua a Masaya”.
Perla Marina Norori, médica, cae en la Insurrección de los Barrios Occidentales, en Managua.
Marzo, 2009.
He querido sólo poner unos cuantos ejemplos. Mis saludos respetuosos, cariñosos y fraternales a todas las mujeres de Nicaragua y del Mundo. ¡Gracias a ellas, Mujeres, se reproduce y desarrolla la Especie Humana sobre la Madre Tierra¡
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