Por Orlando Oramas León*
celebra 55 años en Revolución, que el primero de enero de 1959 inició profundas transformaciones internas, pero también situó al pequeño país caribeño en posición de vanguardia en el concierto internacional.
Pocos podían imaginar entonces que la gesta encabezada por Fidel Castro se convertiría en referente para millones de personas en diversas latitudes.
Faro de libertad, fue una de las expresiones que acompañaron a la nación antillana, la cual despertó esperanzas en otros pueblos mientras concitaba la permanente hostilidad del vecino Estados Unidos, la mayor potencia planetaria.
Profundas reformas agraria y urbana, nacionalización de empresas y de sectores vitales de la economía, campaña de alfabetización, universalización de la educación, entre otras medidas, cosechaban simpatías fuera del país.
Ese apoyo se multiplicaba a nivel popular junto al empeño de Washington por aislar a Cuba, que fue expulsada de la Organización de Estados Americanos, considerada aquí ministerio de colonias de Estados Unidos.
La invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, los ataques piratas, el apoyo a bandas contrarrevolucionarias, los atentados y otras formas de agresión y una permanente campaña de satanización añadían condimentos al caldo de la solidaridad.
Cuba, que tomó medidas para su defensa, estuvo en el centro de la confrontación este-oeste durante la llamada crisis de los misiles.
En la ocasión el líder Fidel Castro marcó pauta al fijar posturas de principios frente a los acuerdos negociados entre Washington y Moscú para poner fin a aquella crisis.
La capital cubana se convirtió en punto de convergencia de luchadores independentistas, intelectuales de vanguardia y otras personalidades que anticipaban un cambio de época en América Latina y el mundo.
En el capitalino hotel Habana Libre (antes Habana Hilton) tuvo lugar la Primera Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina. Amílcar Cabral, Augusto Turcios Lima y otros luchadores anticolonialistas y revolucionarios hicieron aquí un compromiso de lucha y transformación.
A tenor con los acuerdos de aquella reunión, conocida como la Tricontinental, combatientes cubanos se unieron a la gesta liberadora de los pueblos africanos. El llamado Congo belga, Guinea Bissau, entre otros territorios bajo dominio colonial, conocieron del internacionalismo de la isla.
Tropas cubanas fueron determinantes, años después, para preservar la independencia de Angola, conseguir la de Namibia y asestar un golpe decisivo al régimen sudafricano de apartheid.
Personal médico cubano estuvo junto a otros pueblos en momentos de adversidad. Así ocurrió cuando países como Nicaragua, Perú, Chile, Armenia, Indonesia, Pakistán y Haití sufrieron devastadores terremotos.
Desde La Habana se impulsó la Operación Milagro para devolver la visión a personas necesitadas. Desde su inicio, en el año 2004, este programa ha beneficiado a 34 países de Latinoamérica, el Caribe y África.
Fiel a su vocación humanitaria e internacionalista, Cuba constituyó el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, que hasta la fecha ha atendido a más de tres millones de damnificados y realizado más de 33 mil 800 intervenciones quirúrgicas.
En estos lustros la pequeña isla caribeña formó a miles de profesionales de numerosos países del Tercer Mundo. Muchos de ellos hoy ocupan importantes responsabilidades de Estado o gobierno.
Aquí se graduaron, entre 2005 y 2011, nueve mil 960 médicos de 58 países. Baste otro dato en la materia: más de 21 mil estudiantes de 122 naciones se forman hoy aquí como profesionales de la salud.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco) reconoce a este país como el primero de Latinoamérica y el Caribe en erradicar el analfabetismo.
Maestros de esta isla también lo combatieron en Angola, Nicaragua, Venezuela, Bolivia y otras muchas naciones. El método Yo sí puedo, creado por una pedagoga cubana, se ha aplicado en 29 países y en varios idiomas cual antídoto contra la ignorancia.
Pese a ser un pequeño país del Caribe, la República de Cuba desarrolla una activa política internacional, tanto en el seno de las Naciones Unidas, como en otros foros y organizaciones de la palestra mundial y regional.
La diplomacia cubana ha sido defensora de la soberanía y autodeterminación de otros pueblos, y trinchera contestataria contra el imperialismo, el colonialismo, el apartheid, el sionismo y otras formas de opresión y discriminación.
Su voz, amplificada, se escuchó para denunciar guerras e invasiones en naciones del Tercer Mundo. “Por Viet Nam, hasta la última gota de sangre” fue una frase del presidente Fidel Castro que graficó el sentimiento de los cubanos hacia la gesta del pueblo de Ho Chi Min.
En los últimos 55 años la isla representó en dos ocasiones a América Latina en el Consejo de Seguridad de la ONU. También desempeñó febril actividad en la otrora Comisión de Derechos Humanos y ha sido elegida en dos ocasiones para integrar el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra.
Durante 22 años consecutivos la Asamblea General de la ONU aprobó la iniciativa cubana titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos de América contra Cuba.
La última votación, el pasado 29 de noviembre, fue saldada con 188 votos a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y las abstenciones de Palau, Micronesia e Islas Marshall.
Cuba ocupó en dos ocasiones (1979-1982 y 2006-2009) la presidencia del Movimiento de Países No Alineados, integrado por 144 países del Tercer Mundo. La Habana ha sido sede de sendas cumbres del Noal y de la IX Cumbre Iberoamericana en noviembre de 1999.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) tiene a Cuba cual miembro fundador y propulsora de nuevas formas de integración y relacionamiento entre los países.
Caricom, la Comunidad del Caribe sostiene una relación especial con la mayor de las Antillas, que celebró por estos días 40 años de vínculos forjados en la geografía, la historia, la cultura, el aporte en la formación de profesionales y otras formas de colaboración con esas ínsulas.
No es casual que la presidencia pro témpore de Cuba al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) ha tenido entre sus principales propósitos una mayor inserción e integración con las pequeñas naciones caribeñas.
Antes de que termine el primer mes del año 2014, cuando la Revolución Cubana inicia el tránsito de su año 56, La Habana acogerá a los jefes de Estado y de Gobierno de las 33 naciones latinoamericanas y caribeñas.
Será otro hito en la vocación internacional de este pequeño país, cuyo Héroe Nacional, José Martí, suscribió en el siglo XIX que toda la grandeza del mundo cabe en un grano de maíz.
Tomado de Prensa Latina
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