foto Jairo Cajina |
Ruanda ocupa el primer lugar en el ranking mundial de países con mayor proporción de mujeres en la Asamblea Nacional (56,3%), seguido de Andorra (50%), Cuba (45,2%) y Suecia (44,7%) y Nicaragua en el puesto número 9, con 40.2%.
Cuba y Nicaragua son las únicas del "área americana" ubicadas entre las 10 primeras del mundo con mayor presencia de féminas en sus órganos legislativos nacionales. Incluso están por encima de Islandia y Noruega, dos de los cuatro nórdicos (junto con Finlandia y Suecia) situados a la cabeza de la nómina.
La estadística muestra a Cuba en el tercer lugar entre todos los países del mundo con más alta proporción de féminas en su Asamblea Nacional, con un 45,2% en diciembre de 2011. Y destaca el caso de Nicaragua, donde ese medidor aumentó del 18,5 al 40,2% en las elecciones realizadas el año pasado.
Los 10 primeros de la relación mundial los encabeza Ruanda con un 56,3%, seguida de Andorra (50), Cuba, Suecia (44,7), Seychelles (43,8), Finlandia (42,5), Suráfrica (42,3), Holanda (40,7), Nicaragua (40,2%) e Islandia (39,7).
Por Latinoamérica y el Caribe luego aparecen Costa Rica en el puesto 14 (38,6), Argentina (17 con 37,4), Ecuador (22 con 32,3), Guyana (25 con 31,3), México (36 con 26,2), Bolivia (37 con 25,4), Perú (58 con 21,5) y República Dominicana (61 con 20,8).
Costa Rica aparece en el puesto 14 (38,6%), Argentina en el 17 (37,4%), Ecuador en el 22 (32,3%), México en el 36 (26,2) y Bolivia en el puesto 37 con 25,4% de representación femenina en el Poder Legislativo.
Aunque a nivel global la presencia de mujeres en los gobiernos y parlamentos todavía deja mucho que desear, la región de las Américas muestra notables avances en esa participación, en particular Cuba y Nicaragua.
El área geográfica que abarca a Latinoamérica y Caribe más Estados Unidos y Canadá es la primera del orbe en cuanto a representación femenina en los órganos legislativos con un 22,7%, por delante de Europa que presenta un 22,3%. No obstante, en el tope fue insertada una zona particular integrada por los Estados nórdicos, con un 42% de escaños con legisladoras femeninas, según el informe Mujeres en la Política-2012, elaborado la Unión Interparlamentaria (UI).
El resto de los países de esa región están por debajo de la casilla 66, salvo Canadá en el lugar 40 (24,8%), y presentan menos de un 20% de mujeres en sus parlamentos. Estados Unidos, que figura en la clasificación de las Américas, ocupa el sitio 78 con un 16,8% en la Cámara Baja y un 17% en el Senado.
A nivel global, las mujeres ocupan el 19,7% de los asientos en las Cámaras Bajas y el 18,7% en las Altas, para un promedio general del 19,5%, solo cinco décimas por encima de lo verificado en 2010.
Para el secretario general de la UI Anders B. Johnsson, esas estadísticas se traducen en que menos de uno de cada cinco escaños parlamentarios del mundo pertenece hoy a las mujeres. "Son datos preocupantes e imposibles de justificar a esta altura del desarrollo humano", dijo durante una conferencia de prensa en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, durante las labores de la sesión anual de la Comisión de la ONU para el Estatus de la Mujer.
Por su parte, la ex presidenta chilena y actual titular de la entidad ONU-Mujeres Michelle Bachelet destacó que la cantidad de féminas Jefas de Estado y Primeras Ministras se incrementó de ocho a 17 entre los años 2005 y 2011. En ese sentido vuelve a destacarse la región latinoamericana con tres de las ocho Jefas de Estados en el poder actualmente: la argentina Cristina Fernández, la brasileña Dilma Rouseff y la costarricense Laura Chinchilla.
Las otras gobiernan en Finlandia (Tarja Kaarina Halonen), India (Pratibha Patil), Liberia (Ellen Johnson-Sirleaf), Lituania (Dalia Grybauskaite) y Suiza (Doris Leuthard).
Esa cantidades contrastan con la cifra de hombres que ocupan las responsabilidades de Jefes de Estado (144, para un 94,7%) y de Primer Ministro (179, para un 92,7%).
En la misma reunión con los corresponsales en la ONU, Bachelet subrayó que la agencia que encabeza continuará su énfasis en una mayor participación política de las mujeres, como factor clave del reforzamiento de la democracia, la igualdad y la propia economía.
Este año, la reunión de la comisión de la ONU fue convocada bajo el tema central del empoderamiento de las mujeres rurales y su función en el desarrollo, y en la erradicación de la pobreza y el hambre.
Las mujeres se apoderan de la ONU
El empoderamiento de las féminas rurales, su función en el desarrollo y en la erradicación de la pobreza y el hambre acapara el debate anual de la ONU sobre las mujeres. La LVI sesión de la Comisión de Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer concluirán el próximo 7 de marzo, víspera del Día Internacional de la Mujer.
La guía fundamental del trabajo de la organización mundial en esa esfera radica en la Plataforma para la Acción, acordada en Beijing en 1995 con el objetivo supremo de lograr la igualdad de género. Desde el año pasado, toda la actividad hacia ese empeño está a cargo de la agencia ONU-Mujeres, creada a partir de la unión de cuatro organismos que hasta entonces atendían ese sector de la sociedad.
La cita de este año tiene la tarea de evaluar los progresos, compartir experiencias y buenas prácticas, analizar las brechas y los retos y acordar acciones para cumplir con los acuerdos de Beijing. También dedicará atención especial al papel de las mujeres rurales en el desarrollo sostenible, en la antesala de la Conferencia de Naciones Unidas sobre esa materia (Río+20), a celebrarse en Brasil en junio próximo.
Según datos de la ONU, las féminas del campo representan la cuarta parte de la población mundial y realizan aportes vitales para el bienestar de las familias, las comunidades y las economías de sus respectivos países. Además constituyen una importante proporción de la mano de obra agrícola, producen la mayoría de los alimentos que se cosechan, especialmente en la agricultura de subsistencia, y llevan a cabo la mayor parte de los trabajos no remunerados.
La agricultura es el medio de vida del 86% de las mujeres y hombres rurales, y la fuente de empleo para 1.300 millones de pequeños productores y trabajadores que no poseen tierras, de los cuales 43% son femeninas, según la misma fuente.
Un estudio de ONU-Mujeres advirtió hace poco sobre las disparidades de género en la tenencia de la tierra en todas las regiones. Reveló que solo el 5% de los servicios de extensión agrícola son ofrecidos a las mujeres agricultoras y que en África subsahariana la proporción de créditos para pequeños agricultores entregados a ellas no llega al 10% del total.
Por otro lado, el informe criticó que solo el 3% de los 7.500 millones de dólares proporcionados como asistencia oficial para el progreso rural y el sector agrícola en 2008-2009 fue asignado a programas para la igualdad de género.
La directora de la agencia ONU-Mujeres Michelle Bachelet llamó a derribar las barreras estructurales, culturales, sociales y económicas que impiden la participación de las mujeres rurales en la vida de sus países. Ese sector femenino debe estar presente en todos los niveles, desde el local hasta el nacional y en los procesos electorales, en los sindicatos y en las negociaciones comerciales, desde su papel de madre hasta el de ministra y de jefa de Estado, apuntó.
La agenda de la nueva sesión de la comisión de la ONU incluye debates sobre la situación de las féminas palestinas y de las mujeres y niños tomados como rehenes en conflictos armados. Otros puntos se refieren a la erradicación de la mutilación genital femenina, la eliminación de la mortalidad y la morbilidad maternas, el VIH/Sida y las mujeres, y las niñas y los derechos humanos y la violencia contra la mujer.
La comisión está integrada por representantes de 45 países, de ellos Argentina, Colombia, Cuba, El Salvador, Haití, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana y Uruguay por América Latina y el Caribe.
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