Han pasado cuatro años de que nos sorprendió la notica del bombardeo que el Estado colombiano ejecutó a un campamento de paz de la guerrilla colombiana de las FARC-EP, que se ubicaba en Sucumbíos, Ecuador. Era sábado 1 de marzo de 2008, apenas transcurrían los primeros minutos de la madrugada, cuando la tranquilidad de la selva ecuatoriana fue violentada por un brutal ataque aéreo que lanzaba bombas de gran magnitud a una zona donde dormían alrededor de una veintena de personas.
El ataque fue certero, quirúrgico, a la zona de dormitorios donde fueron asesinadas 25 personas entre las que se encontraban nuestros cuatro hijos Verónica Velázquez, Soren Avilés, Fernando Franco y Juan González. Ellos eran estudiantes mexicanos que se acercaron a ese lugar llenos de inquietud por conocer la realidad social de Latinoamérica y, que a su vez, era material que ellos utilizarían para elaborar sus tesis de licenciatura.
De aquella fatal noche, sólo sobrevivieron tres mujeres, una de ellas, Lucía Morett, la única mexicana del grupo de cinco estudiantes que logró salvar su vida, pero ahora es víctima de una persecución política que busca criminalizar a quien padeció el horror del terrorismo de Estado colombiano, buscan callar a quien posee el valioso testimonio de lo que ocurrió en ese lugar las horas posteriores al bombardeo y, que son muestra de los innumerables crímenes que cometió el Ejército y la Policía de Colombia.
En estos cuatro años, la lucha ha sido adversa, enfrentamos a uno de los más poderosos Estados apoyado por el poder imperialista norteamericano, nos enfrentamos al poder más conservador de América Latina que busca detener el proceso de liberación de los pueblos y su lucha por justicia, enfrentamos al mismo tiempo la adversidad de la persecución que somete a Lucía Morett por medio de una ficha roja de captura de Interpol que la mantiene alejada de una vida pública, luchando codo a codo con nosotros para lograr el castigo a los principales responsables de la masacre de Sucumbíos, el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, el actual presidente Juan Manuel Santos y seis mandos militares del Ejército y Policía colombiana y que tienen que ser juzgados por el asesinato de nuestros hijos, pero también por una larga lista de crímenes contra el pueblo colombiano que se consideran ya crímenes de lesa humanidad.
A cuatro años de aquel 1 de marzo que destrozó nuestras vidas, nos encontramos en un momento de total trascendencia en nuestra exigencia de justicia, los caminos jurídicos que hemos abierto se encuentran empantanados ante el contexto político que permea en América Latina, la total negativa de apoyo del gobierno mexicano de Felipe Calderón dificulta pero no detiene el camino por la verdad y la justicia, las amenazas del Estado colombiano no detendrán que avancemos lento pero con paso firme para lograr arribar a cortes internacionales por la reivindicación de la memoria de nuestros hijos, por detener la persecución de Lucía Morett, pero también por acercar cada día más la posibilidad de llevar ante juicio a los criminales de Sucumbíos.
¡JUICIO Y CASTIGO A LOS CRIMINALES DE SUCUMBÍOS!
¡JUSTICIA PARA VERÓNICA, FERNANDO, SOREN Y JUAN!
¡BASTA DE PERSECUCIÓN CONTRA LUCÍA MORETT!
¡A CUATRO AÑOS SEGUIMOS ADELANTE!
México, D.F. a 1 de marzo de 2012.
En un refugio guardado en su corazón
Llevan la bandera de Bolívar.
Su rostro la transmite en la sonrisa
Que dejaron en las imágenes del recuerdo.
Hoy desde lo alto suenan las campanas
Ustedes las tocan para mostrarnos el camino.
Juan, Verónica, Soren, Fernando desde lo alto nos miran
Y nos recuerdan que para ser grandes
Hay que saber soñar.
asociaciondepadresyfamiliares
WWW.SANDINOVIVE.INFO
http://difusionrebelde.blogspot.com/
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