domingo, 26 de mayo de 2013

“Empresas occidentales quieren acabar con Siria”


La UE financia de manera directa a los extremistas islamistas en Siria, según los medios británicos, que señalan que estos grupos están saqueando los recursos del país, con el beneplácito de EE.UU. para venderlos a un precio inferior al del mercado.

En Siria se registra entre los insurgentes una auténtica fiebre del oro negro. El reciente levantamiento del embargo petrolero para la oposición por parte de la UE instigó varios saqueos y la depredación de los pozos petrolíferos del país.




Así varias áreas ricas en petróleo del noreste del país quedaron en las manos del grupo de insurgentes llamado 'Frente al Nusra', que desplaza a la población local buscando su beneficio mientras provoca una crisis humanitaria.

En ese sentido los expertos avisan de que negociando con los rebeldes Occidente realmente estaría fomentando el terrorismo, dado que los grupos que reciben fondos a cambio del crudo están involucrados con la organización terrorista que más rechazo suscita a Occidente.

"Todos los reportes que llegan desde esta zona apuntan a que los pozos petroleros están básicamente bajo el control del batallón Al Nusra, la franquicia de Al Qaeda en Siria", dijo en declaraciones a RT el analista internacional y columnista Carlos Martínez, quien subrayó que los rebeldes que están tomando el control económico de la parte ocupada siria son "un grupo terrorista".

No es una sorpresa para nadie que el comercio con petróleo puede brindar grandes beneficios. Ese dogma empuja a los insurgentes a cometer verdaderas atrocidades y la lucha con el régimen queda en segundo plano. Hay informes de que buscando ganancias que se estiman en millones de dólares, los rebeldes asesinan a quien se interponga en su camino, incluso llegando a eliminar a sus partidarios en la lucha contra Al Assad.

En esta comercialización del conflicto, los más beneficiados en realidad son las empresas y países occidentales que obtienen el oro negro proveniente de Siria a precios irrisorios. Un hecho que no pudo formarse por casualidad y que persigue fines más allá de lo económico, según creen los analistas.

"El posterior comercio con los rebeldes sirios es más bien una táctica de asfixiar económicamente al Gobierno sirio. En este caso el objetivo que persiguen las empresas occidentales con estas medidas es acabar con Siria y tomar posesión de ese territorio de ese Gobierno, de esa población por su posición estratégica", opina Martínez.

Conflicto fratricida, escalada de extremismo y el oro que fluye casi gratis a países de Occidente es un escenario muy típico de Oriente Próximo. Este guion se desarrolló en Libia, un país que está lejos de recuperarse tras su conflicto interno y cuyo destino ahora trata de eludir el pueblo sirio a cualquier precio.

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