viernes, 20 de mayo de 2011

Las elecciones municipales desde Catalunya Las alternativas que también serán presentes en las urnas

Directa


El próximo domingo se celebran elecciones municipales y se presentan más de un centenar de candidaturas asamblearias, vinculadas a los movimientos sociales y a la izquierda independentista. A pesar de la histórica mala relación de las izquierdas alternativas con el sistema electoral -pensado normalmente para evitar los cambios sociales más que para potenciarlos- cada vez son más los colectivos locales que optan por esta vía para hacerse sentir en su municipio.

A las elecciones de 2007 la Directa contó -sin pretensiones de exhaustividad- 64 candidaturas vinculadas a los movimientos sociales en los Países Catalanes y recordaba que en el 2003 se habían presentado 25. En estas elecciones superan el centenar largo por todo Cataluña y el País Valenciano y con unas expectativas de apoyo popular crecientes. Es obvio, pues, que cada vez son más los colectivos y plataformas locales que miran colarse en los ayuntamientos y medir sus fuerzas en el terreno de juego de unos partidos tradicionales acostumbrados a airear sus votos como un cheque en blanco que legitima todas y cada una de sus decisiones políticas. Quien más vertebra esta alternativa municipalista son las Candidatures d'Unitat Popular (CUP), una organización de ámbito de Países Catalanes enmarcada dentro del espacio de la Izquierda Independentista pero que en muchas poblaciones sus núcleos locales superan esta referencia y son puntos de confluencia unitaria de las sensibilidades transformadoras. El domingo estarán presentes en 80 municipios, entre los cuales se encuentran los mayores de Cataluña: Barcelona, Tarragona, Badalona, L'Hospitalet de Llobregat o Lleida, en una apuesta clara para convertir la lucha municipalista en una referencia para buena parte de las resistencias sociales actuales. Ejemplos de esta capacidad de atracción son la Alternativa por la Garrotxa -en Olot y Mieres- que ha roto la alianza con ICV para acercarse a la CUP o la lista Gent del Poble de Montblanc que ahora asume esta marca electoral.
Pero "a pesar de una cierta estructura nacional que la CUP crea a partir de los resultados de las elecciones del 2007, éste sigue siendo las CUPs y no pensamos renunciar a nuestro ADN de confederación de núcleos locales autónomos y asamblearios", explica Joan Teran, miembro de su Consejo Nacional, para quién "esta coordinación tiene que servir para garantizar cierta cobertura jurídica, económica y de experiencia que nos permitan ser más eficientes delante de las maquinarias de los partidos, pero no para imponer una jerarquía a las asambleas". Una lógica parecida pero limitada a ámbito comarcal persiguen otras coaliciones como las Candidatures Alternatives del Vallès (CAV) –que agrupa siete candidaturas locales del Vallès Occidental,- Alternativa Baix Gaià (en cinco municipios cerca de Tarragona) o una coordinadora más informal en La Plana (Castelló). El Col·lectiu Obrer i Popular-Compromís por Ripollet (COP-CpR) es la candidatura decana de las CAV, ya que está presente en el consistorio desde 1979 y desde los años 90 es la segunda fuerza política. Toni Pijuan, del COP-CpR, celebra esta eclosión municipalista de la última década: “fue ver el cielo, ya que era muy duro ser los bichos raros. Antes si queríamos explicar lo que éramos teníamos que ir a Sant Pere de Ribes, Arbúcies o Marinaleda. No había nada más y ahora hay una en casi en cada pueblo". Porque Pijuan tiene muy claro que hay una diferencia cualitativa fundamental entre las candidaturas asamblearias y los partidos políticos: "No todos somos lo mismo, aunque algunos lo digan, porque no es lo mismo rendir resultados en la cúpula que a la asamblea". También encuentra esta diferencia Joan Pastor, miembro de Gent de Gramenet que este año vuelve a presentarse por segunda vez en Santa Coloma, después de que en el 2007 se quedaran sin representación por solo seis votos: "A Gente nadie cobra para hacer su trabajo, si obtenemos cargos los asumiremos de forma rotativa, todo el mundo tiene que firmar un código ético y la base del movimiento es asamblearia y fuera de las instituciones". Por Pastor la diferencia con los partidos no es una cuestión de tamaño sino que va más allá: "al principio vinieron a Gent militantes de ERC, que en el pueblo son cuatro y sin representación. Pero al cabo de poco ya estaban todos colocados en la Diputación y no han vuelto más. Como no tienen ningún compromiso con ninguna base real pueden hacer estas cosas. Nosotros no ".

Ventajas y peligros Ninguno de estos activistas de los ayuntamientos, sin embargo, esconde que las instituciones no son de su mundo y que comportan una "lógica perversa y muy peligrosa". "Hay un peligro real de integración y cooptación que para evitarlo no hay que despreciarlo y no se puede caer en la ilusión que desde dentro se pueden cambiar cosas", avisa a Joan Teran, quien tiene muy presente el ejemplo de movimientos antes muy fuertes y hoy en día totalmente asimilados como Los Verdes alemanes, y cree que ante este peligro "no hay recetas mágicas". También Toni Pijuan advierte sobre "todo el tiempo que se pierde haciendo trabajo burocrático" y de la lógica institucional totalmente opuesta a la de los movimientos sociales "que no contemplan el asamblearismo, la distribución de tareas o la libre participación y algunos hasta las prohíbe explícitamente". Como la ley que limita los plenarios asamblearios a los municipios con menos de 100 habitantes, una de las más restrictivas de Europa. Pero Xavi Monge, cabeza de lista de la CUP en Barcelona está convencido de que la integración y la profesionalización no son "destinos inevitables y para demostrarlo están todos los compañeros que hace años que son concejales sin renunciar a seguir siendo militantes". Como vacuna Pijuan ofrece "debatir la relación entre participación institucional y movimientos sociales sin cerrarlo nunca, es bueno plantearse estas cosas", aunque después de 30 años sea el más entusiasta de todos: "seguramente, sin la responsabilidad que asumes con toda la gente que te ha votado y ha confiado en ti ahora no estaríamos aquí. Aparte que alguna vez también nos ha servido para ganar", recuerda divertido. Pero más allá de ganar, la mayoría de candidaturas optan, sobre todo, a ser una "voz incómoda" en los Ayuntamientos y a convertirlos en caja de resonancia de las luchas sociales. Aunque a veces haya componentes locales que ayudan a hacer el paso. Es el caso de Santa Maria de Palautordera (Vallès Oriental), donde por primera vez se presenta una CUP. Jordi Pueyo, encabeza la lista y explica cómo ésta es obra de un proceso de oposición al plan urbanístico y al vertedero que llevó, hace cuatro años, a sustituir el gobierno de CiU por uno de PSC y ICV. "Una vez en el poder, sin embargo, las cosas continuaron casi igual y el concejal de Iniciativa nos decía que teníamos que ser comprensivos. La única forma de salir de esta trampa era hacer el paso y presentarnos nosotros". Una experiencia similar es la que tienen en Les Coves de Vinromà, pequeño municipio de la Plana Alta que en el 2007 dio un importante vuelco político cuando el PP perdió la alcaldía en favor de la agrupación de electores "Junts pel Nostre Poble", surgida de la lucha contra un vertedero de basuras tóxicos que se quería instalar. Jacobo Salvador es hoy alcalde de Les Coves y aspira a repetir. Para él, no solamente es importante el hecho de que la amenaza del vertedero continúe viva si el PP vuelve, sino que "el proceso de gestión participativa ha cambiado el pueblo, es imposible que la gente vuelva al sistema de antes". A su parecer "la candidatura ha sido básica a la hora de mantener viva la llama del movimiento social".

De la candidatura al movimiento municipalista Las limitaciones del movimiento municipalista –como del resto de movimientos- son obvias y ninguno de los militantes entrevistados trata de esconderlo, pero también tiene ventajas. Su marcado carácter local –donde la gente se conoce más- y la importancia estratégica que tiene unificar el voto facilita que fuerzas de izquierda, dispersas en otros frentes, sumen esfuerzos. Así, militantes de las CUP trabaja dentro de Gent en Santa Coloma o a Alternativa per la Garrotxa renunciando a impulsar candidaturas con su marca y su coalición con las CAV solo ha sido imposibilitada por motivos jurídicos y no por discrepancias políticas. Aunque no siempre es posible esta confluencia y la coalición Des de Baix y la CUP van juntos en Barcelona y Mataró mientras compiten en Girona. También se presentan separados –después de haberlo hecho juntos- Entesa per Sabadell y la CUP en esta ciudad vallesana. Otras pequeñas formaciones en algunos sitios se han integrado en listas de las CUP, como el Partido Pirata, en otros van por separado. De todas formas, todo el mundo es consciente de que estos procesos son lentos y hay una voluntad general de quitar hierro a los pequeños conflictos locales que hayan podido aparecer. Pero las divergencias no son sólo entre candidaturas. También han sido amargas, en otro plano, las disputas entre la CUP de Berga y una parte del movimiento libertario local. El debate sobre el ordenanza del civismo acabó con una tensa disputa entre la candidatura –que defendía su actuación consiguiendo rebajar algunos de los aspectos más represivos- y algunos colectivos que exigían la derogación total. Una buena muestra que la actividad municipal no está exenta de conflictos y contradicciones pero tampoco de pequeñas victorias.
Más allá de los casos locales, sin embargo, existe una voluntad compartida de construir un amplio movimiento municipalista que rompa el histórico aislamiento de las candidaturas independientes y dificulte su cooptación por las marcas blancas de los partidos. Sean estas las propuestas más ideologizadas como Des de Baix –que busca impulsar un movimiento político anticapitalista usando las elecciones- como las más localistas como las de Les Coves de Vinromà, desde donde Jacobo Salvador destaca que las candidaturas asamblearias de la comarca han pasado de cuatro a seis y que "ésta es una semilla que va germinando".

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