Nos enorgullece presentar aquí un escrito que despertará numerosas y valiosas reflexiones en cualquier lector dotado de sensibilidad. Se trata de un alegato comparativo que, bajo forma epistolar, señala el curso superador de las tradicionales miserias que asolaban la Venezuela del periodo pre-Bolivariano. Es repugnante que, tanto en España como en demás países anexos a una pautación de campo imperialista, cierta izquierda se apoye en coyunturas difíciles impulsadas por el propio imperialismo y su fuerza económica, para minar la lucha de un pueblo por dejar atrás aquella miseria a la que secularmente parecía condenado. El paso adelante dado por Venezuela es histórico y ha costado años de lucha; no pasarán -no se impondrán- quienes se empeñan en involucionar al pueblo venezolano hacia la vieja era neo-colonial de Los Nadie, de las lombrices en el estómago y las ensoñaciones alienadas, de los muertos de siempre, de la "paz" del hambre, el silencio y el olvido.
QUE NO SE TE OLVIDE
Que no se nos olvide que comprábamos el papel toalet marrón, marca “maracay”, bastante rudimentario, porque era el que nos alcanzaba.
Sorprendentemente nadie murió por eso. Hoy hasta huelen a durazno y a nadie le pesa demasiado comprar un bulto de ese papel blanquísimo.
Que no se nos olvide que nuestras mamás nos hacían arepas a todos los hermanos con una sola latica de sardinas. Hasta 6 personas comíamos con esa lata.
Que no se nos olviden los comentarios en la casa sobre lo demasiado caro que estaba un pote de leche.
Que no se nos olvide que viajar era sólo un sueño, y que crecimos, con la casi certeza, de no poder hacerlo nunca. Nos enseñaron que eso del avión era para gente exclusiva. Y lo era.
Que no se nos olvide que la barquilla era un lujo y los helados en bolsitas llamados “tetas” eran una alegría no tan cotidiana.
Que no se nos olviden los niños barrigones “millonarios de lombrices”.
Las lombrices les comían la vida. Algunos fueron devorados sin remedio.
Que no se nos olvide que aquí muy pocos se atrevían a hacer política, la valentía no estaba de moda.
Que no se nos olvide que eran muy pocos los que podían comprar un jamón plumrose y poner la sonrisa de la niña de la propaganda con “Santa Claus”.
Que no se nos olvide que el ministerio de educación de Carlos Andrés nos daba unos zapatos de la peor calidad que nos quemaban los pies y que causaron problemas ortopédicos a muchos niños que no tuvieron más remedio.
Que no se nos olvide que salir a la calle era un riesgo porque te podía agarrar la recluta y te metían preso en un cuartel a servir obligatoriamente. A nosotros. No reclutaban en las urbanizaciones
exclusivas. Vimos amigos fingirse lesionados para que no los reclutaran.
Que no se nos olvide que la Universidad era un sueño, un sueño lejano.
Los padres de antes decían “mi hijo entró a la Universidad”, era una
vaina magnífica, un orgullo arrecho. Hoy es un derecho tan común que
se dice con una naturalidad fría. “Va a estudiar ingeniería en la
UNEFA”.
Que no se nos olvide que a nuestros abuelos cuando protestaban por su
pensión los agredían y hasta les lanzaron la ballena. Hoy, noticias
como ésta son comunes, y a veces, no le damos la importancia ENORME
que tienen.
Que no se nos olvide que nuestra gente más jodida moría de mengua, de
hambre, moría de ser nadie, de no tener ningún chance, ninguna luz, ninguna esperanza, ninguna oportunidad, ninguna Misión Robinson, ni Ribas, Ni Sucre. Mucho menos UNEFA. Jamás Madres del Barrio. Ni pensar que te dotaran de unos lentes y mucho menos que los lentes tuvieran tu fórmula. Las personas con discapacidad vivían muriendo, lentamente, una eterna agonía, no le importaban A NADIE del gobierno.
Aquí lo que abundaban eran sueños inalcanzables, frustraciones. Desesperanza tosca y seca, sin más.
Chávez nos sacó de allí.
No vivimos aún como Chávez lo quería. No somos lo que merecemos todavía.
Cuando el gobierno es quien lucha por bajar los precios y por tu acceso a los productos, debes saber identificar que el gobierno de Chávez y de Maduro trabajan por ti, con sus defectos, por supuesto;
pero sus vidas se entregaron a su pueblo por entero y lo sabes. Y ese pueblo también eres tú.
Si no me crees, ¿Qué opinas de que el gobierno esté próximo a entregar un millón de casas que el sector opositor quisiera venderte a 15 millones de Bolívares fuertes cada una?? y el que no los tenga, que se
joda, que se quede en la calle, en los puentes. Que no se nos olvide.
No te pido que te conformes con la situación económica que nos molesta a todos, te pido que sepas identificar quiénes son los que están generando esa situación. ¿O acaso Maduro se dedica a obstaculizar tu acceso a los productos y a generarte descontento?
Te pido sí, que valores la importancia que tiene nuestro proceso para todos los pueblos oprimidos del mundo. Somos luz para muchos.
Anónimo,
En Venezuela
QUE NO SE TE OLVIDE
Que no se nos olvide que comprábamos el papel toalet marrón, marca “maracay”, bastante rudimentario, porque era el que nos alcanzaba.
Sorprendentemente nadie murió por eso. Hoy hasta huelen a durazno y a nadie le pesa demasiado comprar un bulto de ese papel blanquísimo.
Que no se nos olvide que nuestras mamás nos hacían arepas a todos los hermanos con una sola latica de sardinas. Hasta 6 personas comíamos con esa lata.
Que no se nos olviden los comentarios en la casa sobre lo demasiado caro que estaba un pote de leche.
Que no se nos olvide que viajar era sólo un sueño, y que crecimos, con la casi certeza, de no poder hacerlo nunca. Nos enseñaron que eso del avión era para gente exclusiva. Y lo era.
Que no se nos olvide que la barquilla era un lujo y los helados en bolsitas llamados “tetas” eran una alegría no tan cotidiana.
Que no se nos olviden los niños barrigones “millonarios de lombrices”.
Las lombrices les comían la vida. Algunos fueron devorados sin remedio.
Que no se nos olvide que aquí muy pocos se atrevían a hacer política, la valentía no estaba de moda.
Que no se nos olvide que eran muy pocos los que podían comprar un jamón plumrose y poner la sonrisa de la niña de la propaganda con “Santa Claus”.
Que no se nos olvide que el ministerio de educación de Carlos Andrés nos daba unos zapatos de la peor calidad que nos quemaban los pies y que causaron problemas ortopédicos a muchos niños que no tuvieron más remedio.
Que no se nos olvide que salir a la calle era un riesgo porque te podía agarrar la recluta y te metían preso en un cuartel a servir obligatoriamente. A nosotros. No reclutaban en las urbanizaciones
exclusivas. Vimos amigos fingirse lesionados para que no los reclutaran.
Que no se nos olvide que la Universidad era un sueño, un sueño lejano.
Los padres de antes decían “mi hijo entró a la Universidad”, era una
vaina magnífica, un orgullo arrecho. Hoy es un derecho tan común que
se dice con una naturalidad fría. “Va a estudiar ingeniería en la
UNEFA”.
Que no se nos olvide que a nuestros abuelos cuando protestaban por su
pensión los agredían y hasta les lanzaron la ballena. Hoy, noticias
como ésta son comunes, y a veces, no le damos la importancia ENORME
que tienen.
Que no se nos olvide que nuestra gente más jodida moría de mengua, de
hambre, moría de ser nadie, de no tener ningún chance, ninguna luz, ninguna esperanza, ninguna oportunidad, ninguna Misión Robinson, ni Ribas, Ni Sucre. Mucho menos UNEFA. Jamás Madres del Barrio. Ni pensar que te dotaran de unos lentes y mucho menos que los lentes tuvieran tu fórmula. Las personas con discapacidad vivían muriendo, lentamente, una eterna agonía, no le importaban A NADIE del gobierno.
Aquí lo que abundaban eran sueños inalcanzables, frustraciones. Desesperanza tosca y seca, sin más.
Chávez nos sacó de allí.
No vivimos aún como Chávez lo quería. No somos lo que merecemos todavía.
Cuando el gobierno es quien lucha por bajar los precios y por tu acceso a los productos, debes saber identificar que el gobierno de Chávez y de Maduro trabajan por ti, con sus defectos, por supuesto;
pero sus vidas se entregaron a su pueblo por entero y lo sabes. Y ese pueblo también eres tú.
Si no me crees, ¿Qué opinas de que el gobierno esté próximo a entregar un millón de casas que el sector opositor quisiera venderte a 15 millones de Bolívares fuertes cada una?? y el que no los tenga, que se
joda, que se quede en la calle, en los puentes. Que no se nos olvide.
No te pido que te conformes con la situación económica que nos molesta a todos, te pido que sepas identificar quiénes son los que están generando esa situación. ¿O acaso Maduro se dedica a obstaculizar tu acceso a los productos y a generarte descontento?
Te pido sí, que valores la importancia que tiene nuestro proceso para todos los pueblos oprimidos del mundo. Somos luz para muchos.
Anónimo,
En Venezuela
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