Leonor Corea, directora del Programa Usura Cero, muestra con satisfacción los resultados de ese proyecto impulsado por el Gobierno Sandinista y que ya ha conseguido cambiar la v ida de muchos miles de mujeres nicaragüenses.
En entrevista concedida al programa En Vivo, Corea subrayó que esa realidad puede verse fácilmente en cada entrega de los créditos ya recibidos por mas de 80 mil mujeres o en las visitas realizadas para comprobar como marchan en sus emprendimientos.
Por ejemplo, una compañera me comentaba hace pocas semanas, aquí en Managua, que ella andaba en las calles ofreciendo sus servicios de belleza, y ahora, después de tres créditos, tiene un módulo en el mercado donde trabaja, pero además, trabaja con su hija, y ella, con mucho orgullo nos decía: “y pago mis impuestos”. Eso es muy importante. Y decía: bueno, después de tres créditos, gracias al Programa Usura Cero que impulsa el Comandante Daniel Ortega, ya no ando en las calles, estoy ahí en el mercado, explicó la entrevistada.
Una de las características positivas de Usura Cero es la de que no existen límites para la obtención de los créditos, una orientación concreta del Comandante Daniel Ortega, según señala Corea.
Solo es necesario el pago del crédito obtenido para inmediatamente poder solicitar otro a fin de consolidar el trabajo que se esté haciendo y mantener estabilidad en la economía de las familias.
“El Programa es para las mujeres, y mientras ellas paguen, tienen el siguiente crédito en su Grupo Solidario; siguen avanzando, y eso les permite planificar. La compañera mencionada nos decía: yo sigo comprando todos los instrumentos que necesita mi salón de belleza, y eso me permite ofertar más servicios a la población, y voy mejorando el ingreso. Pero además, ella está trabajando con su hija, la cual también tiene así un ingreso”.
Corea subrayó que hay muchas compañeras que con el Programa iniciaron, no tenían un negocio y arrancaron. Ahora ahí están los negocios, ellas van mejorando. Nos decían las compañeras de pulperías que se han abierto, pequeñas pulperías que han arrancado en los barrios, y que después de uno, dos, tres créditos, las encontramos que ya trabajan con su marido, que efectivamente su nivel de venta ha mejorado, que además de abarrotes están vendiendo carne, pollo, y todo eso genera más ingresos, recalcó.
Otro caso interesante es el de las mujeres que nunca habían trabajado y ahora se encuentran ante una posibilidad de incorporarse a la vida laboral en condiciones favorables y como su propia empresaria. La directora de Usura Cero así lo explica:
Muchas compañeras que nunca habían trabajado y que dependían del marido, ahora con mucho orgullo, en las capacitaciones dicen: ya tengo mi propio ingreso, ya no tengo que depender de mi marido; yo compro con mi dinero, con mis ganancias, lo que yo quiero, puedo regalarle a mis hijos lo que yo quiero, porque tengo un ingreso. Van mejorando, cada una de estas compañeras, a lo largo de todos los barrios y de todo el país.
Aseguró que en la medida en que va visitándolas, va encontrándose que todo ha cambiado. Han mejorado su casa, se han vuelto compañeras distribuidoras tal vez de pollo, ya tienen más comodidades. “Hay una compañera en San Juan de Río Coco, que empezó con nosotros, con una pulpería, y tenía su casita mala; después del tercer crédito ya mejoró también su casita. Esos son los cambios que se van viendo en la medida que el Programa va avanzando; y como decía el Comandante Daniel en su informe a la Nación, van insertándose ellas en la economía del país, porque se están moviendo en su barrio, están generando ingresos, se están incorporando”.
Otro caso interesante sirve de ejemplo:
En Masaya teníamos una compañera que había logrado comprar su máquina para hacer zapatos, pero no había conseguido financiamiento para la materia prima. Después de 3, 4 créditos, esta compañera ya trabaja con su marido; él queda viendo el taller y ella anda vendiendo sus productos en otros Departamentos del país. Ahí es el marido, ella y los hijos que van cambiando, y eso les va permitiendo a la madre darles mejores oportunidades a sus hijos, subrayó.
Con cada crédito viene una capacitación, y ahí se les enseña cómo ir viendo sus ingresos, controlando su inventario y, obviamente, viendo cuánto es la utilidad, la ganancia que van obteniendo, y poco a poco van ahorrando, pero también invirtiendo y van ampliando su negocio. De repente, si empezaban con ropa también le agregan cosméticos; empezaron con ropa nueva, también venden ropa usada; algunas empezaron con una venta pequeña y le agregan venta de leche, de pollo, o van comprando mantenedora, y van haciéndose de su capital y su cambio. Ahí vamos viendo el cambio que van teniendo, expresó.
Finalmente, Leonor Corea toca un tema muy sensible que también representa una satisfacción para quienes están a cargo del Programa porque es, en la práctica, un objetivo del sandinismo solidario:
“Algunas compañeras que tienen hijos pequeños, madres solteras tal vez, que antes tenían que dejar a sus hijos solitos o con alguien que se los cuidara, ahora, a través de estos créditos que han empezado con el Programa, tienen un negocio y también están cuidando a sus hijos. Una compañera decía el otro día: una de mis mayores ganancias es que ahora estoy pendiente de mis hijos, de su formación, porque el negocio lo tengo en la casa, estoy pendiente de mi hijo y estoy ganando”.
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