Managua. Por Juan José Lacayo, El 19 Digital | 30 enero de 2011
Un Plan que avanza, superando escollos y restituye derechos de miles de mujeres en Nicaragua
El programa Usura Cero que inició en el año 2007 como un proyecto piloto de crédito dirigido a mujeres trabajadoras, ha recorrido desde entonces un largo camino con logros visibles como parte de la política de restitución de derechos que impulsa el Gobierno Sandinista. Sus propias beneficiarias testimonian los avances del programa que se traducen en una cobertura de 144 municipios, 90 mil socias, 150 mil créditos otorgados, en más de tres mil barrios de todo el país.
Las mujeres trabajadoras que participan del Programa están contribuyendo a dinamizar la economía del país y según la directora de Usura Cero, Leonor Corea, ellas mueven más de 200 millones de córdobas mensuales y hasta la fecha se han entregado unos 800 millones de córdobas, en créditos solidarios.
Este Programa, destacó Corea, lo impulsa el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional que preside el Comandante Daniel Ortega para restituir los derechos de las miles de mujeres, pobres, que quieren trabajar, que están en sus hogares, que quieren tener un ingreso propio.
Pero más allá de las cifras y los montos, el Programa está contribuyendo decididamente a cambiar la vida de sus beneficiarias, mejorando su nivel de vida, experiencia que se ha irradiado a sus familias y a sus comunidades.
En una amplia entrevista con El 19 Digital, Corea señala que aún falta por hacer, porque lógicamente la demanda es mayor que los recursos de los cuales se dispone y esa es una realidad que no se puede negar, porque todas las mujeres tienen en mente proyectos que les generen ingresos y cuentan con la disposición de hacerlos realidad con un apoyo financiero, en condiciones favorables.
A pesar de los avances también se tiene el reto grande de llevar este programa de restitución de derechos históricos de las mujeres, al campo, una posibilidad que está en la agenda por resolver.
– En primer lugar, ¿cómo evalúa usted el desempeño del Programa Usura Cero desde que inició, cómo se fue desarrollando y en qué punto está en estos momentos, no sólo en términos de cifras y beneficios, sino también en cuanto a la restitución de derechos de las compañeras mujeres que participan del programa?
El Programa ha venido avanzando paso a paso, barrio a barrio, municipio a municipio, desde el año 2007. Este es un programa, como todos sabemos, dirigido especialmente a las mujeres, sólo mujeres, ese es un planteamiento que nos hacen algunos compañeros, por qué no hay hombres, pero ese es un planteamiento para las mujeres, para contribuir, dar una herramienta, para restituir los derechos de las miles de mujeres, pobres, que quieren trabajar, que están en sus hogares, que quieren tener un ingreso propio.
Empezamos en los barrios de Managua como un proyecto piloto, a ver cómo nos iba. Recuerden es la primera experiencia del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional en términos de un programa de créditos. Se les planteaba el reto a las mujeres, de que es un crédito y hay que pagarlo.
Luego se fue extendiendo hacia el lado de León, Masaya, luego Granada y poco a poco hemos ido cubriendo los municipios del país, de tal manera que en estos momentos estamos hablando de 144 municipios atendidos por el Programa Usura Cero con más de 90 mil compañeras, con más de 150 mil créditos otorgados y con más de 3 mil barrios atendidos a nivel nacional.
Empezamos con una oficina dependiendo del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC) y poco a poco se fueron abriendo delegaciones en todas las cabeceras departamentales, de tal manera que en este momento, también, como parte de la organización del programa, están las oficinas principales en Managua, pero en cada departamento hay un pequeño equipo técnico que está para atender los municipios y a las mujeres de esos municipios, que conforman esos departamentos.
Las mujeres, obviamente con este crédito, ellas están avanzando en su economía, hay muchas compañeras en este programa, no pedimos prendas, garantías prendarias, es una confianza y por eso nosotros en el programa, desde el inicio el Consejo Nacional del Programa planteó que las mujeres eran socias del programa.
Había un reconocimiento a ese trabajo que hacen todos los días miles de mujeres y ellas ante el Programa se presentan como un grupo solidario y su prenda es el compromiso de ellas, de que ese crédito es para trabajar, esa es su fianza, la fianza que presentan ante el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.
– ¿Cómo se expresa la restitución de derechos para las compañeras del campo y la ciudad en la realidad? Usted ha constatado en el terreno esas experiencias, podría comentarnos algunos casos emblemáticos o particulares.
Mire, las mujeres poco a poco van avanzando y efectivamente en estos momentos podemos decir que el programa va acompañando a estas compañeras en ese crecimiento económico que implica un cambio de la familia.
Recientemente estaba en una entrega en Managua y les preguntaba: ¿Bueno, cómo van? ¿Qué han hecho con este crédito? Y es interesante ver cómo de un crédito a otro, las compañeras van mejorando su nivel de vida. Me decía una compañera: 'Bueno, antes yo tenía una pequeña comidería y mis ingresos eran 100 pesos diarios, máxime 150 pesos diarios, ahora yo le inyecté más capital a mi negocio, y ahora estamos hablando que diario a mí me quedan entre 400 y 500 córdobas. Ya mis hijos, tengo dos hijas son madres solteras, ya les puedo dar otra facilidad a mis hijos. Si van a la escuela, ya les doy más para la merienda de la escuela'.
Entonces estos son algunos de los ejemplos, cómo las compañeras han integrado a sus maridos ya en sus negocios. Tenían una pequeña pulpería, que tal vez el ingreso era de 100, 150, 200 córdobas, y ahora ya ellas andan vendiendo alrededor de mil córdobas diarios, cuando ya están con su cuarto o quinto crédito.
– ¿Ese cambio se irradia a la comunidad?
Efectivamente, cuando ya en un barrio se va haciendo uno, dos, tres, cuatro… y de repente usted se encuentra en un barrio que hay 50 mujeres que están en diferentes grupos, ya ellas se juntan, y ya no sólo miran lo de su grupo sino que están tratando de ver lo de su comunidad, lo de su barrio. Y tratando de incidir y de solucionar los problemas de su comunidad. Ya hay compañeras aquí en Managua, cuando son 40, 50 compañeras, y van a hacer gestiones para mejoría de su comunidad.
– ¿Cuándo se prevé llevar el Programa al Campo?
Bueno, uno de los grandes retos del programa y uno de los planteamientos que se han hecho en la medida que ha venido avanzando, este es un programa para zona urbana. Pero ya muchas compañeras que están en comunidades, están planteando que ya ellas quieren tener ese financiamiento. Pero el programa en este momento está en zonas urbanas y ese es uno de los grandes retos para el futuro y a presentarse en la medida que haya más financiamiento, por supuesto, a presentarse ante el Consejo Nacional del Programa.
– ¿Cada crédito implica una capacitación, qué tipo de capacitación reciben las beneficiarias del Programa y cómo las socias lo han asimilado?
Las capacitaciones van por el número de créditos. En el primer crédito se dan unos contenidos, en el segundo otros contenidos hasta llegar a créditos que ya tienen cinco créditos con diferentes contenidos.
En el primer crédito se plantea desde qué es la solidaridad, qué es un grupo solidario, qué es una fianza solidaria, cómo ellas pueden llevar el control de sus ingresos y egresos; van temas de higiene de los alimentos, hasta llegar a temas de cómo ellas en su familia tratan a sus hijos, cómo cuidan a sus hijos.
El tema de capacitación se ha vuelto un momento, les decía a las compañeras, de las mujeres. Un momento en que la mujer, porque ahí hay mujeres jóvenes, no tan jóvenes y compañeras ya adultas, eso es un momento en que las mujeres intercambian experiencias, ya no sólo relacionadas con su negocio, sino también con su entorno en la familia. Los hijos, cómo debemos de criarlos, cuál ha sido la experiencia de una, cuál ha sido la experiencia de otra, además de los temas que tienen que ver cómo voy a comercializar mis productos, cómo debo atender al cliente.
Entonces, cada crédito implica un contenido diferente, que se les va dando a las compañeras para que ellas vayan mejorando el negocio, pero también que esas experiencias familiares puedan ser intercambiadas y ellas también puedan mejorar en su familia.
– ¿Asociatividad, Solidaridad y ahorro, cómo se conjugan esas palabras en el desarrollo de Usura Cero?
La asociatividad se ve, este es un programa donde las compañeras se juntan en un grupo, no llegan a ser una cooperativa pero sí son compañeras que se conocen entre sí y que están dispuestas a asociarse para presentarse ante el Gobierno y solicitar un financiamiento para un negocio. Ahí se ve la asociatividad.
La solidaridad se refleja cuando algunas de las compañeras están enfermas y hoy toca la cuota, entonces otras compañeras la asumen, mientras esta compañera está enferma, o incluso si algunas compañeras están enfermas pues se van a ver cómo se pueden ayudar unas a las otras.
O usted la ve también cuando si tienen algún problema con su mercadería y no la han logrado vender, porque de repente usted se encuentra en el grupo hay dos compañeras que venden ropa, pero una tiene pegada la mercadería, entonces la otra le ayuda a vender. Y ese ahorro que ellas poco a poco lo van haciendo y lo van reinvirtiendo en el negocio, o van creándose mejores condiciones porque una ventaja que tienen con el programa es que ellas en tanto paguen, como grupo solidario, ellas tienen su siguiente financiamiento.
Por consiguiente, ello les está permitiendo también planificar qué van a hacer con su siguiente crédito, qué van a aumentar y qué van a hacer con la ganancia.
– ¿Más allá de ser solo beneficiarias, las socias de Usura Cero tienen un rol activo de participación y aportes en las iniciativas que desarrollan? Cómo se expresa eso en la práctica. ¿Podría comentar algunas experiencias?
Bien, en la práctica ella son parte del Programa, ellas día a día nos van diciendo qué les gusta más del Programa; qué debemos mejorar del Programa. Por ejemplo, nosotros empezamos emitiendo recibos de caja manual. Un día nos dijeron: 'Pero por qué ustedes no tienen computadora, y en el sistema ya nos llevan nuestras cuentas'. Efectivamente, fuimos trabajando en esa línea, ahora ya vamos, por lo menos en Managua, tenemos bastante las cajas automatizadas y en algunas cabeceras departamentales. Ese fue un planteamiento de las compañeras cómo mejorar el programa para que su atención fuera más rápida.
Por ejemplo, las capacitaciones, ellas nos decían: 'Miren, si ustedes nos citan a las capacitaciones por la mañana, nosotros perdemos de vender. La mejor venta la tenemos en la mañana'. Entonces las capacitaciones son en la tarde. Cuando usted se va a lugares como Masaya y León nos dicen: 'No nos den capacitaciones en fin de semana, porque el fin de semana es cuando más vendemos porque vienen los turistas'. Entonces esas son cosas, planteamientos que ellas nos hacen para que el programa funcione mejor, como ellas lo necesitan. Este es un programa que les decimos, las recomendaciones, las sugerencias que ellas nos hace son para que el programa sea mejor, para ellas.
– ¿Cómo visualiza el desarrollo del programa para este año, que nuevos planes se incorporarán, cuál es la perspectiva de crecimiento y cobertura a nivel nacional?
Nuestro presidente ha dicho que este no es un programa electorero. Es un programa para incorporar a las compañeras que son parte de la economía de este país. Están moviendo estas compañeras en esta economía más de 200 millones de córdobas mensuales, llevamos 800 millones entregados.
El planteamiento es seguir avanzando, seguir atendiendo en los barrios y atender los municipios que tenemos pendientes y a los que no hemos podido llegar todavía. El campo es un planteamiento que se tiene que transmitir hacia el Consejo Nacional del Programa para que en su momento, si hay financiamiento adicional pues se tomarán las decisiones pertinentes.
– ¿A pesar de los logros alcanzados hasta hoy y los que se prevén para el futuro? ¿Hay aún escollos o limitaciones? ¿Cómo se preparan para superarlos?
Este es un programa que ha venido creciendo, creciendo, cada año. Sin embargo, la demanda es mayor, eso es algo que no lo podemos negar. Todas las mujeres de los barrios quieren tener financiamiento, quieren poner una actividad, quieren impulsar algo que les permita generar ingresos. Esa es una situación. Hay otros planteamientos que son las compañeras de zonas rurales que están también demandando el programa.
Nosotros tenemos muy buenos niveles de recuperación. Sin embargo, hay compañeras que se nos atrasan, no lo podemos negar, y hacemos una visita de persuasión para que ellas paguen, se acerquen a nuestras cajas. Eso es algo que hay seguirlo trabajando. Este es un programa que decimos es para ellas, es un fondo, revolvente que se ha creado para las miles de mujeres, que en la medida que se recupere va avanzando. Por eso es que se ha logrado avanzar hasta adonde hemos llegado.
– ¿Es un compromiso que ellas han asumido en la práctica?
Es un compromiso que ellas asumen, primero entre ellas y luego con el Gobierno, para que ese fondo siga llegando a las miles de mujeres o a sus vecinas, porque les digo yo, en la medida que les llega a ustedes, les llega a sus vecinas.
Un Plan que avanza, superando escollos y restituye derechos de miles de mujeres en Nicaragua
El programa Usura Cero que inició en el año 2007 como un proyecto piloto de crédito dirigido a mujeres trabajadoras, ha recorrido desde entonces un largo camino con logros visibles como parte de la política de restitución de derechos que impulsa el Gobierno Sandinista. Sus propias beneficiarias testimonian los avances del programa que se traducen en una cobertura de 144 municipios, 90 mil socias, 150 mil créditos otorgados, en más de tres mil barrios de todo el país.
Las mujeres trabajadoras que participan del Programa están contribuyendo a dinamizar la economía del país y según la directora de Usura Cero, Leonor Corea, ellas mueven más de 200 millones de córdobas mensuales y hasta la fecha se han entregado unos 800 millones de córdobas, en créditos solidarios.
Este Programa, destacó Corea, lo impulsa el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional que preside el Comandante Daniel Ortega para restituir los derechos de las miles de mujeres, pobres, que quieren trabajar, que están en sus hogares, que quieren tener un ingreso propio.
Pero más allá de las cifras y los montos, el Programa está contribuyendo decididamente a cambiar la vida de sus beneficiarias, mejorando su nivel de vida, experiencia que se ha irradiado a sus familias y a sus comunidades.
En una amplia entrevista con El 19 Digital, Corea señala que aún falta por hacer, porque lógicamente la demanda es mayor que los recursos de los cuales se dispone y esa es una realidad que no se puede negar, porque todas las mujeres tienen en mente proyectos que les generen ingresos y cuentan con la disposición de hacerlos realidad con un apoyo financiero, en condiciones favorables.
A pesar de los avances también se tiene el reto grande de llevar este programa de restitución de derechos históricos de las mujeres, al campo, una posibilidad que está en la agenda por resolver.
– En primer lugar, ¿cómo evalúa usted el desempeño del Programa Usura Cero desde que inició, cómo se fue desarrollando y en qué punto está en estos momentos, no sólo en términos de cifras y beneficios, sino también en cuanto a la restitución de derechos de las compañeras mujeres que participan del programa?
El Programa ha venido avanzando paso a paso, barrio a barrio, municipio a municipio, desde el año 2007. Este es un programa, como todos sabemos, dirigido especialmente a las mujeres, sólo mujeres, ese es un planteamiento que nos hacen algunos compañeros, por qué no hay hombres, pero ese es un planteamiento para las mujeres, para contribuir, dar una herramienta, para restituir los derechos de las miles de mujeres, pobres, que quieren trabajar, que están en sus hogares, que quieren tener un ingreso propio.
Empezamos en los barrios de Managua como un proyecto piloto, a ver cómo nos iba. Recuerden es la primera experiencia del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional en términos de un programa de créditos. Se les planteaba el reto a las mujeres, de que es un crédito y hay que pagarlo.
Luego se fue extendiendo hacia el lado de León, Masaya, luego Granada y poco a poco hemos ido cubriendo los municipios del país, de tal manera que en estos momentos estamos hablando de 144 municipios atendidos por el Programa Usura Cero con más de 90 mil compañeras, con más de 150 mil créditos otorgados y con más de 3 mil barrios atendidos a nivel nacional.
Empezamos con una oficina dependiendo del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC) y poco a poco se fueron abriendo delegaciones en todas las cabeceras departamentales, de tal manera que en este momento, también, como parte de la organización del programa, están las oficinas principales en Managua, pero en cada departamento hay un pequeño equipo técnico que está para atender los municipios y a las mujeres de esos municipios, que conforman esos departamentos.
Las mujeres, obviamente con este crédito, ellas están avanzando en su economía, hay muchas compañeras en este programa, no pedimos prendas, garantías prendarias, es una confianza y por eso nosotros en el programa, desde el inicio el Consejo Nacional del Programa planteó que las mujeres eran socias del programa.
Había un reconocimiento a ese trabajo que hacen todos los días miles de mujeres y ellas ante el Programa se presentan como un grupo solidario y su prenda es el compromiso de ellas, de que ese crédito es para trabajar, esa es su fianza, la fianza que presentan ante el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.
– ¿Cómo se expresa la restitución de derechos para las compañeras del campo y la ciudad en la realidad? Usted ha constatado en el terreno esas experiencias, podría comentarnos algunos casos emblemáticos o particulares.
Mire, las mujeres poco a poco van avanzando y efectivamente en estos momentos podemos decir que el programa va acompañando a estas compañeras en ese crecimiento económico que implica un cambio de la familia.
Recientemente estaba en una entrega en Managua y les preguntaba: ¿Bueno, cómo van? ¿Qué han hecho con este crédito? Y es interesante ver cómo de un crédito a otro, las compañeras van mejorando su nivel de vida. Me decía una compañera: 'Bueno, antes yo tenía una pequeña comidería y mis ingresos eran 100 pesos diarios, máxime 150 pesos diarios, ahora yo le inyecté más capital a mi negocio, y ahora estamos hablando que diario a mí me quedan entre 400 y 500 córdobas. Ya mis hijos, tengo dos hijas son madres solteras, ya les puedo dar otra facilidad a mis hijos. Si van a la escuela, ya les doy más para la merienda de la escuela'.
Entonces estos son algunos de los ejemplos, cómo las compañeras han integrado a sus maridos ya en sus negocios. Tenían una pequeña pulpería, que tal vez el ingreso era de 100, 150, 200 córdobas, y ahora ya ellas andan vendiendo alrededor de mil córdobas diarios, cuando ya están con su cuarto o quinto crédito.
– ¿Ese cambio se irradia a la comunidad?
Efectivamente, cuando ya en un barrio se va haciendo uno, dos, tres, cuatro… y de repente usted se encuentra en un barrio que hay 50 mujeres que están en diferentes grupos, ya ellas se juntan, y ya no sólo miran lo de su grupo sino que están tratando de ver lo de su comunidad, lo de su barrio. Y tratando de incidir y de solucionar los problemas de su comunidad. Ya hay compañeras aquí en Managua, cuando son 40, 50 compañeras, y van a hacer gestiones para mejoría de su comunidad.
– ¿Cuándo se prevé llevar el Programa al Campo?
Bueno, uno de los grandes retos del programa y uno de los planteamientos que se han hecho en la medida que ha venido avanzando, este es un programa para zona urbana. Pero ya muchas compañeras que están en comunidades, están planteando que ya ellas quieren tener ese financiamiento. Pero el programa en este momento está en zonas urbanas y ese es uno de los grandes retos para el futuro y a presentarse en la medida que haya más financiamiento, por supuesto, a presentarse ante el Consejo Nacional del Programa.
– ¿Cada crédito implica una capacitación, qué tipo de capacitación reciben las beneficiarias del Programa y cómo las socias lo han asimilado?
Las capacitaciones van por el número de créditos. En el primer crédito se dan unos contenidos, en el segundo otros contenidos hasta llegar a créditos que ya tienen cinco créditos con diferentes contenidos.
En el primer crédito se plantea desde qué es la solidaridad, qué es un grupo solidario, qué es una fianza solidaria, cómo ellas pueden llevar el control de sus ingresos y egresos; van temas de higiene de los alimentos, hasta llegar a temas de cómo ellas en su familia tratan a sus hijos, cómo cuidan a sus hijos.
El tema de capacitación se ha vuelto un momento, les decía a las compañeras, de las mujeres. Un momento en que la mujer, porque ahí hay mujeres jóvenes, no tan jóvenes y compañeras ya adultas, eso es un momento en que las mujeres intercambian experiencias, ya no sólo relacionadas con su negocio, sino también con su entorno en la familia. Los hijos, cómo debemos de criarlos, cuál ha sido la experiencia de una, cuál ha sido la experiencia de otra, además de los temas que tienen que ver cómo voy a comercializar mis productos, cómo debo atender al cliente.
Entonces, cada crédito implica un contenido diferente, que se les va dando a las compañeras para que ellas vayan mejorando el negocio, pero también que esas experiencias familiares puedan ser intercambiadas y ellas también puedan mejorar en su familia.
– ¿Asociatividad, Solidaridad y ahorro, cómo se conjugan esas palabras en el desarrollo de Usura Cero?
La asociatividad se ve, este es un programa donde las compañeras se juntan en un grupo, no llegan a ser una cooperativa pero sí son compañeras que se conocen entre sí y que están dispuestas a asociarse para presentarse ante el Gobierno y solicitar un financiamiento para un negocio. Ahí se ve la asociatividad.
La solidaridad se refleja cuando algunas de las compañeras están enfermas y hoy toca la cuota, entonces otras compañeras la asumen, mientras esta compañera está enferma, o incluso si algunas compañeras están enfermas pues se van a ver cómo se pueden ayudar unas a las otras.
O usted la ve también cuando si tienen algún problema con su mercadería y no la han logrado vender, porque de repente usted se encuentra en el grupo hay dos compañeras que venden ropa, pero una tiene pegada la mercadería, entonces la otra le ayuda a vender. Y ese ahorro que ellas poco a poco lo van haciendo y lo van reinvirtiendo en el negocio, o van creándose mejores condiciones porque una ventaja que tienen con el programa es que ellas en tanto paguen, como grupo solidario, ellas tienen su siguiente financiamiento.
Por consiguiente, ello les está permitiendo también planificar qué van a hacer con su siguiente crédito, qué van a aumentar y qué van a hacer con la ganancia.
– ¿Más allá de ser solo beneficiarias, las socias de Usura Cero tienen un rol activo de participación y aportes en las iniciativas que desarrollan? Cómo se expresa eso en la práctica. ¿Podría comentar algunas experiencias?
Bien, en la práctica ella son parte del Programa, ellas día a día nos van diciendo qué les gusta más del Programa; qué debemos mejorar del Programa. Por ejemplo, nosotros empezamos emitiendo recibos de caja manual. Un día nos dijeron: 'Pero por qué ustedes no tienen computadora, y en el sistema ya nos llevan nuestras cuentas'. Efectivamente, fuimos trabajando en esa línea, ahora ya vamos, por lo menos en Managua, tenemos bastante las cajas automatizadas y en algunas cabeceras departamentales. Ese fue un planteamiento de las compañeras cómo mejorar el programa para que su atención fuera más rápida.
Por ejemplo, las capacitaciones, ellas nos decían: 'Miren, si ustedes nos citan a las capacitaciones por la mañana, nosotros perdemos de vender. La mejor venta la tenemos en la mañana'. Entonces las capacitaciones son en la tarde. Cuando usted se va a lugares como Masaya y León nos dicen: 'No nos den capacitaciones en fin de semana, porque el fin de semana es cuando más vendemos porque vienen los turistas'. Entonces esas son cosas, planteamientos que ellas nos hacen para que el programa funcione mejor, como ellas lo necesitan. Este es un programa que les decimos, las recomendaciones, las sugerencias que ellas nos hace son para que el programa sea mejor, para ellas.
– ¿Cómo visualiza el desarrollo del programa para este año, que nuevos planes se incorporarán, cuál es la perspectiva de crecimiento y cobertura a nivel nacional?
Nuestro presidente ha dicho que este no es un programa electorero. Es un programa para incorporar a las compañeras que son parte de la economía de este país. Están moviendo estas compañeras en esta economía más de 200 millones de córdobas mensuales, llevamos 800 millones entregados.
El planteamiento es seguir avanzando, seguir atendiendo en los barrios y atender los municipios que tenemos pendientes y a los que no hemos podido llegar todavía. El campo es un planteamiento que se tiene que transmitir hacia el Consejo Nacional del Programa para que en su momento, si hay financiamiento adicional pues se tomarán las decisiones pertinentes.
– ¿A pesar de los logros alcanzados hasta hoy y los que se prevén para el futuro? ¿Hay aún escollos o limitaciones? ¿Cómo se preparan para superarlos?
Este es un programa que ha venido creciendo, creciendo, cada año. Sin embargo, la demanda es mayor, eso es algo que no lo podemos negar. Todas las mujeres de los barrios quieren tener financiamiento, quieren poner una actividad, quieren impulsar algo que les permita generar ingresos. Esa es una situación. Hay otros planteamientos que son las compañeras de zonas rurales que están también demandando el programa.
Nosotros tenemos muy buenos niveles de recuperación. Sin embargo, hay compañeras que se nos atrasan, no lo podemos negar, y hacemos una visita de persuasión para que ellas paguen, se acerquen a nuestras cajas. Eso es algo que hay seguirlo trabajando. Este es un programa que decimos es para ellas, es un fondo, revolvente que se ha creado para las miles de mujeres, que en la medida que se recupere va avanzando. Por eso es que se ha logrado avanzar hasta adonde hemos llegado.
– ¿Es un compromiso que ellas han asumido en la práctica?
Es un compromiso que ellas asumen, primero entre ellas y luego con el Gobierno, para que ese fondo siga llegando a las miles de mujeres o a sus vecinas, porque les digo yo, en la medida que les llega a ustedes, les llega a sus vecinas.
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