Mientras la mayoría de los hondureños de las ciudades urbanas se regocijaban por las fiestas navideñas, paseando en los centros comerciales o viajando a sus lugares de origen, miles de campesinos del sector del Bajo Aguán pasaron las festividades en zozobra por la militarización de la zona.
Los operativos urbanos y rurales en el Aguán continúan así como la delincuencia común, el narcotráfico, los asesinatos, problemas de tierra, etc. Sin que los elementos policiales y militares hayan logrado controlarlo, si es que alguna vez ese fue el objetivo.
Santos Echenique, abogado, miembro del cuerpo legal del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (Muca) informó que lo único que se ha incrementado es el constante asedio de militares y policías a las organizaciones campesinas, así como la impunidad de los guardias de seguridad contratados por terratenientes, quienes se pasean por el sector en vehículos de doble tracción, encapuchados y mostrando públicamente sus armas de grueso calibre a vista y paciencia de las autoridades.
El integrante del Muca, se refirió a la preocupación que tienen los campesinos, ante el temor de que los militares hayan colgado su uniforme, para vestirse de civil y se estén infiltrando en las organizaciones campesinas, que solo exigen tierras para cultivar.
“El gobierno aseguró la existencia de tres mil nicaragüenses, quienes estarían entrenando campesinos para una eventual lucha armada, pero hasta el momento no hay armas confiscadas, ni nicaragüenses detenidos”, aseguró Echenique.
Armas y Narcotráfico
El sector del Aguán también sirve de ruta para que los narcotraficantes hagan una estación desde Sudamérica y luego continúen hacia Estados Unidos. A inicios de 2010, el gobierno utilizó esta tesis para militarizar la zona. Sin embargo, después de varias semanas de militarización las autoridades de seguridad todavía no han reportado la captura de ningún narcotraficante.
Lo que sI se logró detener fueron los posibles enfrentamientos armados, entre campesinos y guardias de seguridad, mediante la firma de un pacto entre el Muca y el gobierno.
No obstante, a finales del 2010, nuevamente cuatro campesinos fueron masacrados después que agentes privados los atacaran con armas de fuego. El gobierno reaccionó militarizando nuevamente la zona, esta vez, bajo el argumento que reportes fidedignos de inteligencia aseguraban la existencia de mil Ak 47 y M16 en manos de campesinos.
Pero a casi dos meses de presencia militar en el Aguán con miles de efectivos policiales y militares, el gobierno aún no ha encontrado las supuestas armas que denunció tenían los campesinos.
“Aquí las armas las tienen tres grupos bien definidos: los militares y policías, los guardias privados y los grupos del crimen organizado. Los campesinos lo que tienen son machetes y otros instrumentos para cultivar la palma africana y una que otra escopeta que las venden en la armería o en el mercado negro”, dijo Echenique al tiempo que preguntó al Presidente Porfirio Lobo Sosa, ¿Dónde están las mil Ak 47 y M16? Solo que ellos mismos las pongan se respondió el entrevistado.
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