Elecciones en Honduras
UNA VICTORIA ANUNCIADA
Han transcurrido ya 12 horas del cierre de urnas en las elecciones generales en Honduras de este 24 de noviembre. Los resultados aun son muy preliminares, aunque la tendencia aparentemente favorece al candidato del partido de gobierno Juan Orlando Hernández. Pero ningún partido opositor reconoce plenamente esos resultados.
Conforme al Tribunal Supremo Electoral (TSE), después de reportar el 54% de las urnas presidenciales, las cifras actuales ofrecen los siguientes porcentajes: Partido Nacional (derecha en el gobierno) 34.26%, Partido Libertad y Refundación –LIBRE- conformado por las fuerzas opositoras al golpe de Estado y movimientos sociales, 28.78%, Partido Liberal, tradicional de derecha con un candidato ligado a la ortodoxia católica y al Opus Dei, 20.91%, Partido Anti Corrupción –PAC-, de derecha pero con un discurso propuesta de adecentar el manejo de los asuntos públicos, de reciente creación y postulando a un reconocido hombre de la televisión, 15.52%, Partido Innovación y Unidad –PINU- 0.16%, la alianza Unificación Democrática –UD (creado en 1990 como partido de izquierda ahora aliado de la derecha) con el Frente Amplio Popular Electoral en Resistencia –FAPER (surgido después del golpe de Estado como una escisión del Frente Nacional de Resistencia Popular) que lanzo como candidato a un antiguo defensor de derechos humanos venido a menos por hacerle el juego a la derecha, solo logra un 0.11%, Partido Democracia Cristiana (aliado del Partido Nacional) 0.17%, y la Alianza Patriótica (AP), fundado recientemente por el general Romeo Vásquez, jefe de las Fuerzas Armadas que perpetró el golpe de Estado del 2009, alcanzo un 0.20%.
Por las cifras se identifica que el bipartidismo está roto, surgen nuevas fuerzas políticas: LIBRE y PAC, mientras que UD, FAPER, DC, AP y PINU corren el riesgo de ser desinscritos si en los resultados finales no alcanzan el 2% de los votos emitidos. Según la tendencia estadística es lo que debería suceder.
Los Partidos Liberal, LIBRE y PAC, no han reconocido los resultados preliminares ofrecidos por el TSE, incluso LIBRE, por su vocero el ex presidente Manuel Zelaya Rosales, denunció que les han “robado” el triunfo de la candidata Xiomara Castro de Zelaya, mientras Salvador Nasrala del PAC, habla de resultados inconsistentes y Mauricio Villeda, del Partido Liberal, considera que no se pueden reconocer resultados cuando existen 1,500 actas, que representan un 20% de las urnas, cuyos datos no se han introducido al sistema de computo de la máxima autoridad electoral. En la población, particularmente quienes participan en LIBRE, se habla de fraude.
Para entender la inconformidad, es necesario hacer algunos apuntes de antecedentes:
En primer lugar, el TSE solo está integrado por el Partido Nacional, Partido Liberal y la Democracia Cristiana. Los demás partidos políticos no tienen representantes y solo participan en un recientemente creado Comité Técnico Consultivo.
Tal como lo demostró el proceso electoral del 2009 y las elecciones internas de los partidos en el 2012, los fraudes no se producen en las mesas, sino en la manipulación de los resultados en el TSE.
El TSE, y el Congreso Nacional bajo la presidencia del candidato por el Partido Nacional, no aceptaron las reformas electorales encaminadas a establecer el voto electrónico como mecanismo de transparencia en la votación y en la transmisión de los resultados.
Ante la presión por el voto electrónico, desde hace un año, por LIBRE y PAC, aceptaron la transmisión de datos electrónicamente, pero luego alegando falta de recursos, optaron por el “escaneo de actas”, es decir hacer una imagen digital del acta y transmitirla vía internet al TSE con copia a todos los partidos políticos (aun cuando se sabe que aproximadamente 1,000 centros de votación no contarían con servicios de electricidad o de internet). Es decir, los partidos políticos recibieron la misma información que el TSE y realizan su propio cómputo.
Una vez cerradas las urnas y realizado el escrutinio, cada mesa inicio la transmisión de sus actas y ya solo dependía del TSE para dar a conocer los resultados preliminares, ofrecidos en primera instancia para las 6:45 pm, que no sucedió sino hasta la 8pm y un segundo resultado preliminar a las 11 pm. A las 8pm, los partidos ya tenían también sus propios resultados, Xiomara Castro (LIBRE) se declara ganadora, igual que Juan Orlando Hernández (Partido Nacional) Creándose un ambiente de confusión, desconfianza, acusaciones de fraude e inconformidad.
Los partidos que no reconocen los resultados aseguran que el TSE ha manipulado las cifras a favor del partido en el gobierno. Sostienen que intencionalmente seleccionaron aquellas actas donde gana Juan Orlando Hernández para hacer consolidados y establecer tendencias, dejando sin ingresar datos de actas donde las cifras cambian sustancialmente. El partido LIBRE ha señalado que existe un fraude, porque el TSE no solo dejo de ingresar datos, sino que las actas donde ganan han sido trasladadas al departamento de auditoría por considerar que presentan inconsistencias, pero que esto es solamente un procedimiento dudoso para ofrecer resultados favorables al partido de gobierno. Aseguran que en su computo, con las mismas actas recibidas en el TSE, ganan con 3.5% de diferencia sobre el candidato oficialista. LIBRE ha denunciado que están recibiendo presiones de grupos económicos poderosos para obligarles a reconocer los resultados preliminares y al virtual ganador del partido nacional.
Los partidos con mayor votación, a excepción del Partido Nacional, coinciden en que las actas que el TSE no ha ingresado al sistema de cómputo, variarían los resultados preliminares. Se habla de que el TSE ha remitido a auditoria entre 1500 y 1800 actas, que significarían un 20% del total nacional de actas presidenciales. Las razones que sostiene el TSE para esa medida, es que las actas presentan inconsistencias tales como: no se distinguen adecuadamente los datos en la imagen escaneada, faltan firmas y/o sellos. Por ello tendrían que compararse las imágenes con el acta original que las recibirá el Tribunal hasta dentro de una semana cuando regresen a Tegucigalpa las maletas electorales. Es decir, cuando ya no hay nada que alegar y den por ganador a Juan Orlando Hernández como presidente electo de Honduras. Es probable, incluso, que cuando cotejen esas actas, este bien colocada en el imaginario popular la idea de que el candidato nacionalista es el presidente y ya nadie se interese por los resultados finales que seguramente los ofrecerán hasta en enero 2014, puesto que la ley le da al TSE 30 días hábiles para anunciar esos resultados.
Aparentemente los partidos de oposición no tienen más recursos que denunciar esta manipulación de datos, puesto que el TSE se mantendrá firme en decir que las actas, no ingresadas al cómputo, presentan inconsistencias. Se descarta la posibilidad de emprender acciones legales contra el TSE. Hace apenas unos 3 meses, el Congreso Nacional bajo la presidencia del supuesto ganador de las elecciones, destituyó, de manera ilegal y controversial, al Fiscal General y al Fiscal Adjunto del Ministerio Publico, colocando en su lugar a personas afines a sus intereses. Un año antes, también de manera controversial, el Congreso Nacional había destituido a los/as magistrados/as de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. O sea, cualquier acción legal puede ser desestimada o mínimamente retrasada por los operadores de justicia. Es más, el propio Partido LIBRE, que es quien cuenta con mayor capacidad de convocatoria por ser expresión electoral del Frente Nacional de Resistencia Popular, deberá reflexionar sobre la conveniencia de llamar a su militancia a la protesta pública, pues está a la vuelta de la esquina la posibilidad de represión militar. Justamente, en el transcurso de los últimos meses, el ya tan mencionado Congreso Nacional, creo la Policía Militar del Orden Publico, argumentando luchar contra la delincuencia, pero que obviamente se trata de un órgano de represión que tal como lo denunciaron, oportunamente, LIBRE y PAC, es una fuerza militar especializada en represión para el caso de protestas por los resultados electorales.
Anoche mismo, la embajadora de los Estados Unidos, manifestó su conformidad por las elecciones en Honduras, felicitando al pueblo por el civismo y dando su confianza al TSE. En similares términos se manifestaron los representantes y observadores de la Unión Europea. Esto ha sido prácticamente una bendición al proceso electoral.
Efectivamente, las elecciones transcurrieron más o menos tranquilamente, con mucha concurrencia. Con los datos oficiales a este momento, se puede deducir que se redujo considerablemente el abstencionismo y que el comportamiento de los/as ciudadanos/as y representantes a las mesas electorales fue ejemplar.
Aunque hubieron algunos hechos lamentables: la noche anterior a las elecciones, dos activistas de LIBRE, hombre y mujer, fueron asesinados en la aldea El Carbón, municipio de San Juan de Flores, departamento de Francisco Morazán. Eran dirigentes campesinos y se supone que su muerte se produce a causa de conflictos por tierras, pero se da en pleno contexto electoral. Por otro lado en desde el municipio de El Paraíso, departamento de Copan, políticos del partido en el gobierno vinculados al narcotráfico, impidieron la participación de representantes de LIBRE en las mesas electorales retirándoles del lugar con amenazas e intimidación. En este pueblo, el partido LIBRE no contaba con miembros en las mesas electorales, por lo que hizo llegar 69 representantes de otros lugares, esto lo permite la ley, pero su labor fue obstaculizada por narcotraficantes. Las denuncias provenientes desde ese lugar, además que las personas perjudicadas las presentaron a las autoridades competentes, aseguran que la vida de estos/as representantes estuvo seriamente amenazada. Circunstancias similares y por las mismas razones fueron denunciadas desde la aldea de Locomapa, municipio de Yoro en el departamento del mismo nombre. Si bien estos hechos son graves, no fueron la generalidad de las elecciones realizadas ayer en Honduras.
La “victoria” de Juan Orlando Hernández del Partido Nacional, es un hecho anunciado, algo que se previa en las actuales circunstancias donde su partido ejerce un control absoluto sobre las diferentes instancias del Estado y sus fuerzas represivas. Su discurso electoral se resumía al lema de “haré lo que tenga que hacer” y aunque decía que se refería a controlar la inseguridad que vivimos en el país, todos/as entendíamos que el mensaje subliminal era hacer lo que considerara necesario para ganar las elecciones. Esta es la primera vez que su partido, después de 33 años de gobiernos civiles, gana dos procesos electorales consecutivos. Quizás sea de las cosas que resalte en la moral de sus simpatizantes, aun cuando venimos saliendo de un gobierno con pésimos resultados económicos y sociales.
Como se supone que ya es un hecho consumado, lo que nos espera son 4 años más de corrupción, de entrega de recursos naturales a inversores nacionales y transnacionales, aumento de la pobreza y la emigración, más concesiones y privatizaciones de servicios públicos, desabastecimiento de medicamentos en los hospitales estatales, confrontación con el magisterio, dificultades para el pago de salarios a los empleados públicos, especialmente a maestros, médicos y enfermeras, represión y criminalización de las luchas sociales, deterioro de las condiciones de vida. La propuesta de gobierno del candidato ganador jamás expuso como mejorar la situación económica, no presentó propuesta para solucionar el grave déficit fiscal, la deuda interna y externa alarmante. El 27 de febrero 2014 recibirá un gobierno en bancarrota a la que ha contribuido desde la presidencia del Congreso. En definitiva, su elección constituye la consolidación del modelo neoliberal que no ha solucionado, ni solucionará, los problemas estructurales que generan las condiciones de inequidad, inseguridad jurídica y ciudadana, la miseria, el desempleo y la injusticia social en Honduras.
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