A tres años de distancia se repite en Paraguay el mismo escenario de
golpe de Estado practicado en Honduras, en junio de 2009. En los dos
casos, un órgano del poder, que había quedado en manos de representantes
de la clase dominante, destituye a un presidente elegido
democráticamente.
El
golpe de Estado respeta las apariencias de legalidad. En un análisis
redactado en 2009, el CADTM denunciaba el golpe de Estado de Honduras,
las complicidades que los golpistas tenían en Washington. La última
frase del artículo anunciaba lo que acaba de pasar en Paraguay: «El caso
hondureño tiene el riesgo de ser una puerta de entrada a golpes de
Estado realizados por el ejército con el aval de algunas instituciones
estatales como el Parlamento o el Tribunal Supremo».[2]
Desde 2009, la gran prensa internacional concedió un sostén pasivo o activo a los golpistas hondureños y el diario Libération (Francia)
está reproduciendo, en caliente, el mismo comportamiento. He aquí lo
que publicó respecto al golpe de Estado en Paraguay: «El presidente
paraguayo Fernando Lugo ha sido oficialmente despojado de sus funciones
este viernes, culminando así un proceso de destitución efectuado en
pocas horas en el Senado, como comprobó un periodista de AFP.» La frase
siguiente nos muestra claramente la opinión del diario: «Elegido en 2008
con el apoyo de una amplia coalición de una veintena de partidos,
Fernando Lugo había perdido en forma progresiva una parte esencial de
sus partidarios en el Parlamento después de una serie de desacuerdos
políticos.»[3] En
realidad, Fernando Lugo, que fue elegido presidente por sufragio
universal con un fuerte apoyo popular, nunca tuvo una verdadera mayoría
parlamentaria para poder llevar a cabo satisfactoriamente su proyecto
puesto que los dos partidos tradicionales de la derecha dominaban las
instituciones parlamentarias —Partido Liberal y Partido Colorado. Este
último apoyó la dictadura de Stroessner entre 1954 y 1989, y dominó el
gobierno y el Estado paraguayo durante 62 años—. En consecuencia, Lugo
tuvo que negociar el respaldo del Partido Liberal, del que una parte
importante de sus dirigentes se habían opuesto a la dictadura de
Stroessner.[4] Por lo tanto, contrariamente a lo que afirma Libération,
Lugo no perdió lo esencial de sus partidarios en el Parlamento. Éstos,
propiamente hablando, eran muy pocos y se mantuvieron a su lado. Su
relación con Domingo Laino,[5] un
dirigente histórico del Partido Liberal (por su oposición radical al
régimen de Stroessner), y sus partidarios incluso se ha reforzado. Por
el contrario, la dirección del Partido Liberal al que pertenece el
vicepresidente Federico Franco, que acaba de tomar el poder, sólo
sostuvo a Lugo como la cuerda que sostiene a un ahorcado. Nunca formó
parte de los partidarios de Lugo. El Partido Liberal era un aliado que
bloqueaba todas las tentativas de realizar las profundas reformas
sociales y económicas que el país necesita. A pesar de ese bloqueo, las
realizaciones sociales del gobierno Lugo, aunque limitadas, fueron
innegables y la popularidad del presidente es bien real. Desde el
comienzo de su mandato, el vicepresidente Franco multiplicó sus críticas
contra el presidente desconociendo el compromiso político que lo
ligaba. Ahora, acaba de acceder a la presidencia gracias al sostén de la
oligarquía que mantuvo el control de las instituciones parlamentarias,
debido a décadas de dominación política en un país donde el clientelismo
tiene una función clave. Por otra parte, los disidentes del Partido
Liberal, Domingo Laino y el senador liberal Luís Alberto Wagner se
opusieron el 22 de junio de 2012 a la decisión tomada por el comité
político de su partido de destituir al presidente Lugo. Denunciaron la
falta de respeto a las normas internas del Partido Liberal y afirmaron
que semejante decisión sólo podía ser tomada por el directorio del
partido, una instancia superior y más amplia que su comité político.[6]
Honduras 2009
Tres años después
del golpe de Estado en Honduras, presentamos como recordatorio de los
acontecimientos y con el fin de ayudar a la comprensión de las
similitudes entre los golpes de Estado hondureño y paraguayo un largo
extracto de un artículo publicado en octubre de 2009, en nuestra web www.cadtm.org [7]:
«Cuando el presidente constitucional Manuel Zelaya fue destituido por los militares el 28 de junio, la gran mayoría de los media declararon,
deformando totalmente la verdad, que los militares habían reaccionado a
la voluntad del presidente de modificar la Constitución con el fin de
mantenerse en el poder. Muchos medios agregaban que así seguía el
ejemplo de Hugo Chávez, presentado como un dirigente populista
autoritario. En realidad, Manuel Zelaya sólo proponía a sus
conciudadanos pronunciarse a favor de la organización de elecciones
generales para una Asamblea Constituyente, que habría representado un
verdadero avance democrático en ese país. Este hecho está muy bien
explicado por Cécile Lamarque y Jérôme Duval, a la vuelta de una misión
del CADTM a Honduras: «El golpe de Estado tuvo lugar el mismo día en
el que Manuel Zelaya organizaba la «consulta», de carácter no
vinculante, donde se preguntaba a los hondureños si deseaban, o no, la
convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, después de las
elecciones previstas para el 29 de noviembre de 2009. La pregunta era la
siguiente: ¿Está usted de acuerdo con que en las elecciones
generales de noviembre 2009 se instale una cuarta urna para decidir
sobre la convocatoria a una asamblea nacional constituyente que apruebe
una nueva Constitución política? Si esta consulta hubiera recogido
una mayoría de «sí», el presidente habría sometido un decreto a la
aprobación del Congreso para que, el 29 noviembre, los hondureños se
pronunciaran formalmente sobre la convocatoria de una constituyente, en
una «cuarta urna» (las tres primeras estaban reservadas para la elección
de presidente, de diputados y de alcaldes, respectivamente). Para darle
un matiz de legalidad al golpe de Estado, el Congreso y el Tribunal
Supremo, aliados con el golpe, decidieron que la consulta era ilegal y
dictaminaron que el presidente Zelaya había «violado la Constitución» al
intentar modificarla «para poder pretender un nuevo mandato», como un «aprendiz de dictador chavista». Sin
embargo, Manuel Zelaya no buscaba, por la vía de esta consulta, renovar
su mandato presidencial en las próximas elecciones legislativas, ya que
éstas se realizarían en el marco de la actual Constitución, que prevé
mandatos presidenciales de cuatro años no renovables. Por lo tanto,
Zelaya no podía ser candidato a su propia sucesión.»[8]
»Mientras que los
movimientos populares de oposición al golpe de Estado multiplicaron las
huelgas y manifestaciones en julio, agosto y septiembre, los grandes
medios periodísticos les dedicaron apenas unas líneas. Las pocas veces
que los grandes diarios dedican un artículo de fondo a la situación en
Honduras, continúan practicando una política denigratoria con respecto
al presidente constitucional, en el caso en que no presenten
directamente a la acción de los militares como un golpe militar
democrático. Por ejemplo, The Wall Street Journal decía en su editorial del 1 de julio de 2009: «el
golpe militar ocurrido en Honduras el pasado 28 de junio y que llevó al
exilio al presidente de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, es
extrañamente democrático». El editorial agregaba que «las autoridades legislativas y judiciales permanecieron intactas»tras la acción militar. Por otra parte, y de forma más matizada, el conocidísimo diario francés Le Monde participó
también en esta campaña. He aquí un ejemplo: El 12 de septiembre de
2009, Jean-Michel Caroit, su enviado especial en Honduras, citó las
palabras de una francesa expatriada en ese país y a continuación agregó
la mentira sistemáticamente repetida sobre las malas intenciones
atribuidas a Manuel Zelaya. «Para los hondureños el retorno de Zelaya es
inaceptable ya que significaría 20 años de dictadura a la [Hugo]
Chávez», exclamaba Marianne Cadario, refiriéndose al presidente de
Venezuela, quien —como su aliado Manuel Zelaya pretendía hacerlo—
modifico la Constitución para poder ser reelegido. Madame Cadario, una
francesa instalada en Honduras desde hace 30 años, dice estar «súper asombrada por la reacción de la comunidad internacional», que ha condenado el golpe.»[9]El tono de diarios como Le Monde y Libération comenzó
a cambiar a finales de septiembre, después de que los golpistas
subieran algunos grados en la represión. Dicho esto, Libération merece
un premio por la utilización de eufemismos. En efecto, el 28 de
septiembre de 2009 (justamente tres meses después del golpe),
subtitulaba con «Perfume de dictadura» (subrayado por Toussaint) un
párrafo en el que se explicaba que el gobierno golpista había decretado:
«la prohibición de “toda reunión pública no autorizada”, detención de “cualquier persona que ponga en peligro su vida o la de los demás”, “evacuación” de locales ocupados por manifestantes e interferencias de “la emisión por cualquier medio de los programas que traten de alterar la paz”».[10]|,[11]
El régimen surgido
del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 se benefició de la
complacencia incluso del sostén activo del gobierno de Obama. El CADTM
informó de la resistencia del pueblo hondureño y analizó la actitud de
Washington que significaba incitar a otros candidatos golpistas en
América Latina. He aquí lo que se publicó en la web del CADTM en
diciembre de 2009:
«Mientras que el
presidente Manuel Zelaya, que había entrado clandestinamente en su país
el 21 de septiembre de 2009, encontró refugio en la embajada de Brasil
en Tegucigalpa, la capital hondureña, los golpistas continuaban
reprimiendo violentamente las manifestaciones de los partidarios del
presidente constitucional y decretaron, el 27 de septiembre, un estado
de sitio de 45 días de duración.[12]. Hubo un comentario del número dos de Washington en la OEA, Lewis Amselem: «el retorno de Zelaya es irresponsable».[13] Por
su parte, Hillary Clinton no condenó el prolongado toque de queda. El
acuerdo al que se llegó el 30 de octubre de 2009, bajo los auspicios de
Washington, entre los representantes de Manuel Zelaya y los de Roberto
Micheletti estipulaba expresamente que las partes se comprometían a no
hacer un llamamiento directo o indirecto a la convocatoria de una
asamblea constituyente o a cualquier otra consulta popular (punto 2 del
acuerdo). Además, no preveía explícitamente el retorno de Manuel Zelaya a
la presidencia del país para terminar su mandato. Roberto Micheletti y
sus partidarios habían decidido no devolver la presidencia a Zelaya
quien, en consecuencia, pidió a la población que no participase en las
elecciones generales previstas para el 28 de noviembre de 2009. El
principal candidato de la izquierda a la presidencia, Carlos Reyes, así
como una centena más de candidatos de diferentes partidos (entre los
cuales un sector del Partido Liberal),[14] decidieron
por lo tanto retirar sus candidaturas. El 10 de noviembre de 2009,
Washington anunció que reconocía el resultado de las elecciones. A pesar
de que en la víspera de las elecciones las organizaciones de defensa de
derechos humanos habían contabilizado más de 20 oponentes políticos
asesinados desde el golpe de Estado, así como 211 heridos durante las
acciones de represión, cerca de 2.000 detenciones ilegales, dos
tentativas de secuestro y 114 prisioneros políticos acusados de
sedición. Los medios de comunicación opuestos al golpe fueron cerrados o
acosados. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización
de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, la Unión de Naciones
Sudamericanas (UNASUR),[15] los
países miembros del Grupo de Río y del ALBA habían decidido no enviar
observadores. Los cálculos del porcentaje de electores que habrían
participado en el escrutinio oscilan según las fuentes. Pero seguramente
no se llegó a la mitad del padrón electoral. A pesar de ello, el
portavoz del Departamento de Estado, Ian Nelly, vio las elecciones como
«un necesario e importante paso adelante».[16] Washington
reconoció la elección a la presidencia de Porfirio Lobo, del Partido
Nacional, un representante duro de la oligarquía, de los terratenientes y
de la derecha que organizó el golpe de Estado. El embajador de Estados
Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens, declaró que las elecciones habían
constituido una «gran celebración de la democracia» y afirmó que los
Estados Unidos trabajarían con Porfirio Lobo, de sobrenombre Pepe: «Pepe
Lobo es un hombre de una gran experiencia política», indicó a la radio
HRN. «Yo le deseo buena suerte y Estados Unidos trabajará con el
presidente para el bien de nuestro país…Nuestras relaciones serán muy
fuertes». Respaldar un proceso salido de un golpe de Estado y actuar a
favor del reconocimiento internacional de las autoridades que lo
perpetraron y de las que surgieron del mismo, da aliento a los
candidatos golpistas que se colocan políticamente en el campo
estadounidense.»[17]
Prosiguiendo el
análisis, en enero de 2010, en la web del CADTM, se podía leer la
descripción del golpe de Estado en preparación en Paraguay, golpe que
finalmente tuvo lugar el 22 de junio de 2012.
«En el caso de
Paraguay existe una parte de la derecha que retomó la ofensiva. En
diciembre de 2009, el senador liberal Alfredo Luís Jaeggli hizo un
llamamiento al derrocamiento del presidente Fernando Lugo que acusa,
como se hizo con Manuel Zelaya, de imponer un modelo chavista del
«socialismo del siglo XXI». Jaeggli, cuyo partido constituye el
principal «apoyo» parlamentario del gobierno, afirmaba siguiendo la
marcha de los acontecimientos que el golpe de Estado realizado en
Honduras no había sido tal: el derrocamiento de Manuel Zelaya y la
acción llevada a cabo desde ese momento por el régimen de facto serían
perfectamente legales.[18] Este
senador incluso pide al parlamento paraguayo que intente un proceso
político contra Lugo con el objetivo de destituirlo y reemplazarlo por
el vicepresidente de la república, el liberal de derecha Federico
Franco. El senador Jaeggli reprochaba a Lugo de no tomar el ejemplo de
los países que habían tenido éxito en la reforma económica como Chile,
con los cambios que había comenzado Pinochet, y la Argentina de Carlos
Menem. Evidentemente, el caso hondureño tiene el riesgo de ser una
puerta de entrada a golpes de Estado realizados por el ejército con el
aval de algunas instituciones estatales como el Parlamento o el Tribunal
Supremo »[19]
El 22 de junio de
2012, luego de un proceso expeditivo, el Senado paraguayo controlado por
la oligarquía descontenta por las políticas de Fernando Lugo destituyó
al presidente elegido democráticamente por sufragio universal en 2008.
El 23 de junio de 2012, un amplio frente de la resistencia se comenzó a
organizar para obtener el restablecimiento de la democracia. El 24 de
junio, siete países latinoamericanos retiraron o llamaron a sus
embajadores en Paraguay (Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Perú,
Ecuador y México). Cinco anunciaron que no reconocían al nuevo gobierno:
Venezuela, Bolivia, Ecuador, El Salvador y Nicaragua. El MERCOSUR, del
que la economía paraguaya tiene una fuerte dependencia por sus
intercambios comerciales, decidió no invitar al nuevo régimen como
representante de su país en la reunión que se celebrará en Mendoza,
Argentina, el 29 de junio de 2012. En Paraguay la movilización popular
en defensa de la democracia se está organizando. Es importante que se
pueda respaldar sobre un máximo de apoyo internacional.
En Honduras,
pasaron tres años desde el golpe de Estado perpetrado contra el
presidente Zelaya y contra el pueblo hondureño que lo había elegido. El
país está hundido en una crisis sin precedentes. La violencia ha
aumentado considerablemente contra aquellas u aquellos que resisten para
defender las libertades y los derechos fundamentales del pueblo y para
denunciar la orientación ultraliberal del gobierno de Porfirio Lobo, a
sueldo de la oligarquía y de las transnacionales cómplices del golpe.
Los sindicalitas, militantes asociativos y de derechos humanos,
feministas, homosexuales, miembros de comunidades indígenas y
afrodescendientes, periodistas de oposición, etc. sufren presiones,
intimidaciones, acosos y agresiones —en el caso de que no caigan bajo
las balas—, por el poder del Estado pero también por parte de grupos
paramilitares y de milicias privadas que actúan con total impunidad. En
la región de Aguán, la represión continúa contra las comunidades
campesinas en el marco del conflicto agrario que los opone a los grandes
terratenientes. Según Reporteros sin Fronteras, más de 40 abogados
perdieron la vida en estos tres años por haber defendido a víctimas de
abusos policiales y del ejército, y 28 periodistas fueron asesinados en
el transcurso de la última década, de los que 23 lo fueron después del
golpe de Estado.[20] Para
el 28 de junio de 2012, el Frente Nacional de Resistencia Popular
(FNRP) organiza una movilización nacional con ocasión de tercer
aniversario de ese régimen funesto.
El CADTM aporta su contribución a la solidaridad internacional con los pueblos paraguayo y hondureño.
Traducido por Griselda Pinero
[1] Eric
Toussaint, profesor en la Universidad de Lieja, es presidente del CADTM
Bélgica (Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org)
y miembro del consejo científico de ATTAC Francia. Aconsejó al
presidente Fernando Lugo y a su gobierno en 2008 y 2009 respecto al
tratado de Itaipú con Brasil, así también como en materia de deuda
pública.
[2] Véase
el artículo en inglés: Eric Toussaint, “The U.S. and its unruly Latin
American ’backyard’”, 26 de enero de 2010 “Clearly, Honduras can easily
become a dangerous precedent as it opens the door to military coups
condoned by some state institutions, such as the parliament or the
Supreme Court.” http://www.cadtm.org/The-U-S-and-its-unruly-Latin
[4] Lugo,
que no pertenecía a ningún partido político, consiguió reunir alrededor
de su candidatura a un amplio espectro de partidos y movimientos
sociales, reagrupados en el seno de la Alianza Patriótica para el Cambio
(APC), una coalición que va desde el Partido Liberal Radical Auténtico
hasta grupos de izquierda más radicales.
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Domingo_La%C3%ADno Domingo
Laino , nacido en 1935, luchó contra la dictadura de Stroessner y por
ello fue expulsado del país. Estuvo en el exilio entre 1982 y 1987.
Después, fue varias veces el candidato liberal a la presidencia de
Paraguay (obtuvo el 32,1 % de los votos en 1993 y el 42, 6 % en 1998).
Su último mandato de senador lo realizó en el periodo legislativo
2003-2008. En 2010. fue nombrado por el presidente Lugo administrador de
la empresa pública Itaipú.
[6] http://www.abc.com.py/nacionales/liberales-luguistas-maniobran-para-frenar-el-juicio-417353.html
Véase también: http://www.youtube.com/watch?v=WgTZvjWKm5o&;noredirect=1
[7] Véase Eric Toussaint «Venezuela, Honduras, Perú, Ecuador : “pequeños” olvidos y “grandes” mentiras http://www.cadtm.org/Venezuela-Honduras-Peru-Ecuador
[8] Cécile Lamarque y Jérome Duval, «Honduras: Pourquoi le coup d’État?», 17 de septiembre de 2009, www.cadtm.org/Honduras-Pourquoi-le-coup-d-Etat
[11] Fin
del extracto del artículo de Eric Toussaint «Venezuela, Honduras, Perú,
Ecuador: “pequeños” olvidos et “grandes” mentiras» 5 de octubre de 2009http://www.cadtm.org/Venezuela-Honduras-Peru-Ecuador
[13] Lewis
Amselem, representante permanente adjunto de Estados Unidos en la OEA,
fue acusado por organizaciones de defensa de los derechos humanos por
rechazar asistencia y por difamación respecto a su compatriota Dianna
Ortiz, una religiosa progresista estadounidense de la orden de las
Ursulinas, que fue torturada y violada varias veces por elementos de las
fuerzas de seguridad guatemaltecas en 1989. En esa época Amselem
trabajaba en la embajada de Estados Unidos en la capital de Guatemala,
como funcionario encargado de los derechos humanos. http://www.kaosenlared.net/noticia/representante-ee.uu-oea-encubrio-torturadores
[14] Véanse los análisis de Maurice Lemoine: http://www.monde-diplomatique.fr/carnet/2009-11-27-Honduras
[17] Véase
Eric Toussaint «Du coup d’Etat au Honduras aux sept bases US en
Colombie: la montée de l’agressivité de Washington», 7 de diciembre de
2009, http://www.cadtm.org/Du-coup-d-Etat-au-Honduras-aux
[18] Jaeggli
declaró en una radio pública argentina: «El presidente hondureño asumió
la presidencia con un mandato liberal, pero lo traicionó y se alistó en
el socialismo del siglo XXI. Lo que pasó en Honduras [Jaeggli se
refiere claramente al golpe de Estado del 28 de junio de 2009], para mí,
y me excuso, es totalmente legal». La versión audio de la entrevista
está disponible en Internet http://www.radionacional.com.ar/audios/el-senador-del-partido-liberal-habla-sobre-fernando-lugo-y-los-presuntos-planes-de-derrocamiento-en-paraguay.html
[19] Eric Toussaint, “The U.S. and its unruly Latin American ’backyard’”, 26 de enero de 2010 http://www.cadtm.org/The-U-S-and-its-unruly-Latin
[20] http://fr.rsf.org/honduras-la-fidh-et-reporters-sans-25-06-2012,42869.html
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