“La liberación de un pueblo oprimido es parte integral de la redención total de Jesucristo”. Gaspar García Laviana.
Los teólogos de la liberación como el jesuita peruano Gustavo Gutiérrez al describir la intervención de Dios en la historia, hablan de un “momento segundo” de la acción de Dios en el universo. El momento segundo de la intervención de Dios en la historia ocurre cuando Dios se revela a Moisés en tierra de Madian como el Dios que escucha el clamor del pueblo oprimido y “he descendido para liberarlos. “
Ese momento segundo es considerado también un “momento privilegiado”. Si el momento primero es la acción creadora de Dios en el universo “En el principio creó Dios los cielos y la tierra [Génesis 1:1]; el momento segundo es cuando Dios se revela a Moisés como el Dios liberador “, 7 “Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel... “ (Éxodo 3:7-8)
El momento segundo de la intervención de Dios en la historia es también el momento en que Dios por primera vez se revela como ese verbo del que nos habla Juan “En el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios.”. (Juan 1:1), el eterno Yo soy el que Soy, el Ser o Ente de todos los Entes como lo llamaba Aristóteles.
El acto de la Liberación del pueblo de Israel en Egipto, marca el inicio de la Historia de la Salvación que tiene su máxima expresión y suprema plenitud con el nacimiento de Jesús de Nazareth “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). El peregrinar del pueblo de Israel en el desierto de Sinaí durante 40 años es parte de ese proceso revolucionario que buscaba establecer una nueva patria y un nuevo amanecer.
Las revoluciones como la israelita, la francesa, la norteamericana, la cubana o la revolución sandinista, son explosiones de rebelión popular que pugnan por romper los modelos de opresión y de dominación que aflige a las masas populares. El mensaje de Dios es inequívoco: “he oído el clamor de mi pueblo….y he descendido para liberarlos”. De esto se desprende que Salvación es Liberación entendida esta en forma integral, liberación de las estructuras sociales de pecado y liberación espiritual para la creación del hombre nuevo con nuevos valores tal como lo consignan las Sagradas Escrituras y como lo esbozo el revolucionario de América, Ernesto Che Guevara.
La Revolución Popular Sandinista sigue este mismísimo patrón del pueblo de Israel que se libero de la esclavitud en Egipto. Si los israelitas tuvieron un dirigente llamado Moisés, el pueblo de Nicaragua tuvo una vanguardia, el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Si el pueblo de Israel se rebelo contra un tirano opresor como Faraón, el pueblo de Nicaragua se rebelo contra una dictadura como la de Somoza.
El himno del Frente Sandinista habla de los “caudalosos ríos de leche y miel….” De la misma manera que Moisés les hablo a los israelitas de la tierra prometida que fluye leche y miel. Luego de soportar 430 años de esclavitud, los hijos de Israel tuvieron que pasar 40 años en el desierto. Luego de soportar 45 años de tiranía somocista, el pueblo de Nicaragua tuvo que enfrentar una guerra de agresión que duro una década y luego tuvo que andar 17 años en el desierto de la pesadilla neoliberal de tres gobiernos títeres del imperialismo norteamericano.
Durante su largo peregrinar por el desierto, el dirigente del pueblo de Israel, Moisés, tuvo que enfrentar una contra-revolución, conocida en la Biblia como la conspiración de Coré, Datan y Abiram narrada en Números 16. Así como quienes se alzaron contra Moisés Y Aarón fueron tragados vivos por la tierra como castigo de Dios, las clases opulentas de hoy pululan como cadáveres vivientes, enterrados en el basurero de la historia.
La rebelión de Coré, Datan y Abiram argumentaba que mejor estaban en Egipto y que se acordaban de la buena vida en Egipto, de los hermosos nabos y cebollas de Egipto y este hombre Moisés los saco de esa tierra que fluye leche y miel para matarlos de hambre en el desierto y que Moisés no cumplió las promesas de una vida mejor para el pueblo. Sera casualidad que los enemigos de la Revolución Sandinista sostienen que con Somoza había abundancia y que éramos el granero de Centroamérica.
Luego de sofocada la contrarrevolución de Coré, el pueblo prosigue con la meta de entrar a la tierra prometida, para lo cual había de cruzar el rio Jordán. Igualmente, el pueblo de Nicaragua, luego de derrotar militar y jurídicamente en La Haya a la contra-revolución neo somocista, retomo el poder en 2007 y ahora bajo la dirección de la pareja presidencial, Nicaragua se prepara para un despegue radical, transformando una nación pobre y dependiente en una nación moderna con la construcción del canal interoceánico.
A 34 años del triunfo de la Revolución Popular Sandinista contra la tiranía somocista, el pueblo de Nicaragua se encuentra en el umbral de la tierra prometida. El actual gobierno de Nicaragua impulsa las más ambiciosas transformaciones sociales, políticas y económicas que nos preparan para entrar a Canaan, para ingresar a una nueva etapa en donde reine la justicia.
La recuperación de derechos cruelmente despojados durante esos 17 años del Sinaí neoliberal, la consolidación del proyecto Sandinista en la conciencia popular, los proyectos sociales que auxilian al pueblo víctima de un capitalismo que nos fue impuesto a sangre y fuego durante la conspiración de los coroneles (North y Bermúdez), son señales de los tiempos que el pueblo de Nicaragua marcha irreversiblemente hacia el asalto de paraíso perdido en donde ya no habrá mas llanto, ni clamor ni dolor, porque Dios estará con nosotros, porque nosotros seremos su pueblo y el será nuestro Dios.
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