Por: Gustavo Robreño
El anuncio de Kofi Annan, enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para lograr una solución pacífica al conflicto sirio, de que pondría fin a sus funciones el próximo 31 de agosto y no solicitará su prórroga, representa la culminación de un oscuro proceso de maniobras sucias y sabotajes por parte de Estados Unidos y sus socios en la agresión contra Siria.
Desde que el diplomático ghanés y ex secretario general de Naciones Unidas aceptó asumir las funciones mediadoras que le fueron asignadas por decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y la Liga Árabe, siendo asimismo aceptadas y alentadas por el gobierno sirio, se hizo evidente que por parte de las potencias agresoras que buscan en Siria una intervención militar directa tipo Libia, tal mediación no era más que una simple cobertura para ganar tiempo, reforzar por todos los medios a los grupos agresores de mercenarios armados e introducir por las fronteras con Turquía, Líbano y Jordania una mayor cantidad de armamentos y equipos que permitieran el más rápido derrocamiento del actual gobierno sirio presidido constitucionalmente por Bachr Al-Asaad.
Simultáneamente con el inicio de la gestión mediadora de Kofi Annan, Estados Unidos y sus socios en la agresión crearon el titulado "Grupo de amigos de Siria", cuya tarea públicamente admitida siempre fue obstaculizar la misión de Annan y de los observadores de la ONU desplazados sobre el terreno, cuyas apreciaciones fueron generalmente desfavorables para los agresores y entraron en contradicción con las informaciones brindadas por los consorcios mediáticos estadounidenses, europeos y árabes, encargados de llevar a cabo la "guerra de comunicados", incluyendo imágenes falsas de los enfrentamientos.
Mientras Rusia, China, Irán y la propia Siria apoyaban las gestiones de Annan y la misión de observadores, los grupos mercenarios armados y sus patrocinadores se dedicaron a hacer todo lo posible por hacerlas fracasar y tomar ese fracaso como pretexto para incrementar el terrorismo y la agresión, tal como ha sucedido en las semanas más recientes.
Por otra parte, a medida que las operaciones del Ejército Sirio han resultado militarmente exitosas en las ciudades de Damasco y Aleppo, impidiendo su ocupación por parte de los grupos armados -que muestran síntomas de no poder sostener ningún territorio del país firmemente en sus manos- el llamado "Grupo de Amigos de Siria" intensifica desesperadamente el apoyo material y financiero a los terroristas.
El hecho cierto es que el pueblo, el ejército y el gobierno sirios han resultado un hueso más duro de roer de lo que en un principio ilusionaron Estados Unidos y sus socios en la agresión, a quienes la prepotencia imperial hizo desestimar esas posibilidades y confiaban en aplicar aún con mayor brevedad el "guión libio".
En este caso, Siria ha demostrado que no está sola y que junto al heroísmo y firmeza de su pueblo hay factores internacionales de importancia acompañándolos en esta resistencia, pues para nadie es un secreto lo mucho que aquí está en juego y el precedente que sentaría la culminación de una agresión de este tipo.
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