Por Claudia Fonseca Sosa
"El pueblo de Vietnam es lo más parecido que he visto a una colmena en la que las abejas no paran de trabajar". Esas fueron las primeras impresiones de Susana, una amiga que recientemente visitó la nación indochina, donde —según me dijo— "los logros de más de dos décadas de Renovación están reflejados en la sonrisa de sus niños".
Al igual que mi compañera de estudio, varios colegas me han comentado cómo el proceso de Renovación o "Doi Moi" que se implementa en Vietnam desde el año 1986 ha permitido reconstruir un país devastado por la guerra y convertirlo en una de las economías más fuertes del Sudeste asiático, que cosecha además importantes éxitos en cuanto al desarrollo humano.
En las últimas dos décadas el Producto Interno Bruto (PIB) de Vietnam ha crecido como promedio un 7,0 % anual. Calculando comparativamente con respecto a 1986, la economía se ha multiplicado más de 3,5 veces y el PIB per cápita ha aumentado más de 3,2 veces.
Ciudades como Hanoi, Ho Chi Minh, Hai Phong, Quang Nam, Da Nang, Binh Duong, Dong Nai y Ba Ria-Vung Tau muestran el esplendor de la nueva patria vietnamita, mientras que otras localidades menos adelantadas han mejorado su situación sistemáticamente a partir de acciones locales, programas de desarrollo de infraestructuras y la cooperación económica interregional que impulsa el "Doi Moi".
La nación de los anamitas —como decía nuestro Martí— ha cumplido con cinco de los ocho objetivos de desarrollo del Milenio y se encuentra en el camino para materializar tres objetivos más para el año 2015, de acuerdo con fuentes diplomáticas.
La tasa de familias pobres se ha reducido de 58 % en el año 1993 a casi un 8 % a finales del 2013, con algo más de 30 millones de personas que han logrado salir de la pobreza.
Además, los indicadores de bienestar social en Vietnam superan a los de algunos países con igual o superior nivel de ingreso, tal como lo reconocen distintos organismos de las Naciones Unidas.
Pero, ¿en qué ha consistido el "milagro"? De acuerdo con Jesús Aise Sotolongo, exembajador de nuestro país en Hanoi, la Renovación en Vietnam ha buscado constantemente promover las fuerzas productivas y liberar todas las potencialidades de la sociedad para el desarrollo, así como utilizar con eficiencia las oportunidades de la globalización para la inserción internacional.
En otras palabras, el país ha adecuado las reglas del mercado con orientación socialista a sus necesidades concretas y al momento histórico.
Según la opinión de políticos y académicos del país asiático, los atributos de la economía mercantil no son exclusivos del capitalismo, sino que son una conquista de la humanidad y, por tanto, en la transición al socialismo constituyen un elemento necesario para el establecimiento de relaciones de intercambio de equivalentes entre componentes de la estructura económica con diferentes niveles de desarrollo.
No obstante, agregan, para el buen desempeño de las relaciones mercantiles como instrumento de la política económica, se hace necesario que el Estado utilice mecanismos de regulación y control macroeconómicos.
El VI Congreso del Partido Comunista de Viet¬nam (PCV) fue el punto de partida de las reconceptualizaciones acerca de los métodos y las formas de conducir los procesos económicos que han tenido lugar en la nación indochina.
Según la vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Nguyen Thi Kim Ngan, lo acordado en ese cónclave marcó un viraje en el desarrollo del país. "Esa es la Renovación y ante que todo, de la mentalidad, sobre todo de la mentalidad económica, el cambio del modelo de desarrollo, de mecanismos de gestión económica y, al mismo tiempo, la práctica de la democratización integral en todos los aspectos de la vida, con el objetivo de superar los obstáculos del desarrollo, promover las fuerzas productivas y liberar todas las potencias de la sociedad para el desarrollo".
En los años siguientes continuó perfeccionándose el proceso iniciado en 1986. Así por ejemplo, en el 2001, el IX Congreso del PCV determinó los objetivos de la industrialización y modernización hasta el 2010. Entonces se acordó "…sacar nuestro país de la situación subdesarrollada (…), crear condiciones para que en el año 2020 nuestro país básicamente se convierta en un país industrializado orientado a lo moderno", de acuerdo con los documentos oficiales.
Asimismo, se reconoció el concepto "economía del conocimiento" como uno de los contenidos básicos en las líneas del desarrollo económico y se ubicó a la educación, la ciencia y la tecnología entre las fuerzas motrices de la industrialización.
El XI Congreso, efectuado en febrero del 2011, realizó una nueva actualización de las políticas económicas en Vietnam. La cita partidista reconoció que la Renovación es un proceso revolucionario profundo, radical y de una compleja lucha entre lo viejo y lo nuevo, que atravesará por un periodo de tránsito prolongado, con muchas etapas de desarrollo y formas de organización económica y social que se entrelazan, señala Aise Sotolongo en su artículo La Renovación Económica en la República Socialista de Vietnam.
En ese sentido, el informe político del XI Congreso expresa las limitaciones auscultadas al "Doi Moi" en su primer cuarto de siglo. "El desarrollo económico todavía no es sostenido; la calidad, eficiencia, competitividad son bajas y no están al nivel de la potencialidad, oportunidad y exigencia del desarrollo del país; algunas metas no han sido cumplidas".
El documento también destaca que a raíz de la crisis financiera internacional del 2008 la economía vietnamita sufrió, como muchas otras, una relativa desaceleración.
No obstante, este 2013 los indicadores macroeconómicos muestran señales muy positivas. Concretamente la inflación se logró contener en niveles bajos. La producción industrial registró crecimientos importantes, sobre todo en el sector de la industria de procesamiento y la manufactura. Las exportaciones también aumentaron y la balanza comercial se comportó con una tendencia positiva.
La pasada semana, y según un reporte de Vietnam Plus, el primer ministro Nguyen Tan Dung urgió a resolver las dificultades en la producción y negocios, impulsar el crecimiento de los sectores de agricultura, industria y servicios y obtener este 2014 un crecimiento del PIB de 5,8 %.
Hizo hincapié en la necesidad de adoptar con eficiencia medidas para mejorar la calidad crediticia y promover el desembolso en inversión, además de realizar una reestructuración económica en las empresas estatales, bancos comerciales y agricultura.
El jefe del Gobierno orientó a seguir implementando las políticas de garantía de bienestar social, reducción de la sobrecarga en hospitales, creación de empleos, disminución sostenible de la pobreza, desarrollo de educación y fomento de protección ambiental.
Respecto al plan de desarrollo socioeconómico en el 2015, Tan Dung se mostró optimista y pidió a sus connacionales esforzarse para lograr un crecimiento anual del PIB de 6,2 %, controlar la inflación en un 5 % y reducir la tasa de hogares pobres de entre 1,7 y 2 %.
Y es que —como comentó mi amiga Susana— el éxito de Vietnam radica en la tenacidad. "Cuando recorres los campos y las ciudades en Vietnam puedes verlos trabajando, nunca se cansan. Su victoria en esta batalla económica está garantizada".
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