Por Pedro José Madrigal Reyes
El sujeto al que algunos han llamado el Nikola Tesla de nuestro tiempo ha fallecido, y como si de un virus informático se tratara, la noticia ha invadido todas las comunidades virtuales y no pocos email…, todas esos mensajes se expresan con compungida pena… sobre la perdida de quien ha hecho grandes aportes al desarrollo de la informática, nuevas tecnologías, comunicaciones… etc. Pero Jobs inventó poco o nada, sus patentes –dicen que alrededor de 300- son ideas recicladas sobre un producto con mercados establecidos, y sobre un aparato que él no inventó. En ese sentido, Apple tiene el mayor número de demandas por violación de patentes.
Sin embargo, su verdadera cara es olvidada en esas muestras de “dolor”, pues Jobs dirigía un imperio de explotación de mano de obra -especialmente asentado en oriente-, uno que se nutre del trabajo de niños Chinos, Taiwaneses, Filipinos, Singapurenses, Tailandeses y Malayos, etc., que construían sus artilugios para deleite del “mundo occidental” y de sus bolsillos… (Reconocido por Apple)
¿Y como olvidar el Coltan por el que se desangra el Congo, imprescindible para esa industria?
Así, hay dos cosas que deben de ser tomadas en cuenta y que resultan en verdades incuestionables: primero, la vida es un proceso que termina en la muerte, es para todos; segundo, no solo desaparece un “creador” de tecnología, sino que hoy tenemos un explotador-imperialista menos por el mundo. Si no, pregúntelo a los niños y demás trabajadores de las cadenas de ensamblaje… de los cacharros de la manzana.
Cacharros porque simplemente se trata de objetos baratos, en envoltorios bonitos, a precios desorbitados; o lo que es lo mismo “mercadotecnología” especulativa.
Así que recordemos a Steve por lo que era, mediocre creador (puede que plagiador), buen empresario, y un terrible capitalista explotador y depredador…
Militante del FSLN
Comité de Solidaridad Sandinista
Casa Sandino
PLOMO
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