Por Miguel Aguilar
España da un nuevo paso en su apoyo ferviente al imperialismo norteamericano permitiendo que más tropas del ejército estadounidense se asienten en la base militar de Rota, en la provincia de Cádiz.
El actual presidente del gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero, junto que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen y el secretario de defensa de Estados Unidos Leon Panetta, han confirmado el acuerdo este mismo día en una rueda de prensa, que como vienen siendo habitual en los últimos tiempos no ha permitido recibir preguntas de los medios.
El acuerdo firmado consta de la llegada de 4 buques y 1.100 militares a la base gaditana. Forma parte del proyecto de creación de un escudo antimisiles en toda Europa, una idea ambiciosa de la que el propio Rasmussen afirmó que: “Paso a paso el sistema territorial de defensa contra misiles de la OTAN se está haciendo realidad”.
Ideado por el anterior presidente, George Bush, el sistema antimisiles ha tomando el impulso definitivo bajo el gobierno de Barack Obama. Consistirá en una combinación de componentes terrestres, navales y aéreos, distribuidos en distintas regiones como Turquía, donde se situará un radar o Polonia con interceptores de medio alcance.
El elevado coste del proyecto, 20.000 millones de euros, fue una de las razones por las que el gobierno de Bush lo paralizó, algo que, parece no compartir Obama aún viviendo en tiempos de crisis económica.
La base naval de Rota ya fue anteriormente motivo de noticia al descubrirse gracias a los cables publicados por Wikileaks que el presidente Zapatero autorizó el desvío de submarinos nucleares del puerto de Gibraltar a Rota para evitar el rechazo social y de los grupos medioambientales, debido a que la geografía de la localidad gaditana haría más difícil que se descubriese la presencia del peligroso submarino.
Desde que el régimen de Franco acordase la creación de la base naval de Rota por el ejercido estadunidense, España ha sido indirectamente partícipe de las masacres e invasiones que ha perpetrado el imperialismo norteamericano a lo largo de su historia más reciente.
Sin embargo, a pesar de las continuas manifestaciones y voces en contra de la presencia de una base del ejército norteamericano en nuestras fronteras, el gobierno además de no cancelar el acuerdo no hace más que aumentar su colaboración con los responsables de millones de asesinatos por todo el mundo.
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