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viernes, 4 de noviembre de 2011

Nicaragua: Voto por el Frente Sandinista, por “Alianza Unida, Nicaragua Triunfa”. Por Pablo Emilio Barreto

 Voto por el Frente Sandinista, por “Alianza Unida, Nicaragua Triunfa” y por Daniel Ortega Saavedra y su fórmula Omar Hallesleven Acevedo
  • Pablo Emilio Barreto Pérez
Mi voto, los votos de más de un millón de sandinistas nicaragüense, los votos de quienes tenemos alma de patriotas y comprendemos claramente que Nicaragua no debe caer  nuevamente en las garras de vendepatrias feroces, ni de neoliberales ultraconservadores, que en 16 años de las décadas del 90 y 2000, hasta enero del 2007, dejaron Nicaragua en banca rota, con apagones de hasta  14 horas diarias, en hambre, con éxodo masivo hacia el exterior; con la salud, educación, telefonía y electricidad privatizadas.
Sí, nuestros votos deben depositarse por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, por la “Alianza Unida, Nicaragua Triunfa” y por sus candidatos Daniel Ortega Saavedra y Omar Hallesleven Acevedo.
Al menos a mí, y a no menos de tres millones de nicaragüenses, no se nos olvidará que los tres pasados gobiernos neoliberales, cuyos gobernantes eran como juntas administradoras al servicio de la oligarquía local y del gobierno imperialista de Estados Unidos, fueron los causantes de que Nicaragua casi cayera al fondo del abismo económicosocial, y que como Nación casi nos hacen desaparecer.
El gobierno de doña Violeta Barrios viuda de Chamorro, quien se vestía como “angelito”, fue el causante de la desaparición de 550 empresas del Estado, incluyendo el Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua y la Lechería de Chiltepe, del despido de más de medio millón de nicaragüenses de sus puestos de trabajo dejados por el gobierno revolucionario sandinista; del éxodo masivo de trabajadores nicaragüenses desempleados hacia Costa Rica, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, España y México;  y de que desaparecieran la Reforma Agraria, que se persiguiera por deudas a los productores, que judicial y policialmente se instaurara una cacería contra los poseedores de lotes, casas y tierras, protegidas por las Leyes 85, 86 y 88.
Además, en el período neoliberal ultraconservador de doña Violeta Barrios viuda de Chamorro fueron desaparecidos hasta los casi cinco mil Centros de Desarrollo Infantil para los hijos de trabajadores. Es decir, fueron arrojados al fondo del abismo clasista burgués todos los beneficios sociales, económicos, políticos, legales, educacionales, de salud y de Soberanía Nacional, dejados por el gobierno revolucionario, encabezado hasta 1990  por el comandante Daniel Ortega Saavedra.
Inclusive, Violeta Barrios viuda de Chamorro se atrevió, como todo pelele, traidor y vendepatria, a declarar, sin tener facultad alguna, que le perdonaba al gobierno criminal de Estados Unidos la deuda de 17 mil millones de dólares, fijados por Sentencia firme, sin posibilidad alguna de apelación, por la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas (ONU), ubicada en La Haya, en aquel mes de junio de 1986.
Fue funesto, horrible, decepcionante, atroz, ese período de gobierno de Barrios viuda de Chamorro, pues ofreció “más empleo”, construcciones masivas  de casas, mejorar la educación, progreso económico para Nicaragua, y fue todo lo contrario, porque centenares de miles de nicaragüenses tuvieron que emigrar en busca de empleo, y su régimen neoliberal fue el punto de partida de la destrucción de un Estado que avanzaba fuerte con el gobierno revolucionario sandinista.
Funesto, desastroso, deshonesto, corrompido en extremo fue el gobierno de don Arnoldo Alemán Lacayo, quien comenzó como “Alí Babá y sus 40 ladrones” en la Alcaldía de Managua, donde fundó su Partido Liberal Constitucionalista, continuó con el fraude colosal de las elecciones de 1996, pues las boletas electorales con los votos del Frente Sandinista de Liberación Nacional aparecieron en barriles de basura, en cauces, potreros, en caminos y hasta en oficinas de algunos de los funcionarios gubernamentales, que contaron con la complicidad descarada de doña Rosa Marina Zelaya, quien fungía como presidenta del Consejo Supremo Electoral.
Alemán Lacayo ofreció construcción de 50 mil casas nuevas, 150 mil empleos nuevos, convertir a Nicaragua en “el granero de Centroamérica”, pero en realidad los recursos financieros del Estado nicaragüense, achicado o reducido ya por órdenes del Fondo Monetario Internacional y el gobierno criminal de Estados Unidos, mediante “Ajustes Estructurales” superdañinos y clasistas, fueron atracados, asaltados por Alemán Lacayo y su banda de bandidos, que parecían sultanes en hoteles de lujo, en bodas opulentas en Miami, llevando el dinero robado en aviones de Seminoles y en helicópteros con tufos a drogas, y quedó demostrado en juzgados criminales de Managua que don Arnoldo Alemán y sus compinches que se robaron, del Presupuesto Nacional de Nicaragua, más de 600 millones de dólares.
La otra y última “Huaca” desalmada de 17 mil millones de córdobas, fue la de don Enrique Bolaños Géyer, terrateniente al mejor estilo patriarcal feudal esclavista, ultraconservador, infiltrado en el Partido Liberal Constitucionalista de Alemán Lacayo, y aliado don “Churruco” masayense con su compinche oligarca Eduardo Montealegre Rivas, echaron inicialmente una “cortina de humo” moralista con sus acusaciones a don Arnoldo Alemán Lacayo y “sus 40 ladrones”, pues resultó que este gobierno de Bolaños, también enlodado con fraude electoral, fue el protagonista principal para terminar de venderse a sí mismos y a sus aliados de clase, la energía eléctrica, las telecomunicaciones, profundizar la privatización en todo  los sentidos, y profundizaron también su calidad de vendepatrias, traidores y peleles.
Con Bolaños abundaron los rótulos propagandísticos electorales de “más empleo”, y cuando tomó el gobierno llamó a “arremangarse la camisa”, mientras parecía estar con el látigo en la mano para descargarlo contra todos aquellos que no fuésemos terratenientes y oligarcas como él.
Con Bolaños hubo hambre, se profundizó la privatización de los servicios del Estado, los “apagones de luz” llegaron a las 14 horas diarias, la desesperación de mucha gente humilde llegó casi a niveles de locura, y dichosamente los votantes fueron a votar por la Alianza del Frente Sandinista de Liberación Nacional, y eligieron a Daniel Ortega Saavedra, como presidente y a su fórmula Jaime Morales Carazo.
De inmediato, en enero del 2007, el panorama de Nicaragua comenzó a cambiar nuevamente, como cuando derrumbamos con las armas en la mano a la dictadura somocista genocida, en julio de 1979.
Comenzaron a esfumarse los apagones de 14 horas, la gente humilde, los pobres en general, empezaron a tener esperanzas en este gobierno nuevo de Reconciliación y Unidad Nacional, encabezado por Daniel Ortega Saavedra.
En poco tiempo, con apoyo financiero y político decidido de la “Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América” (ALBA), encabezada por Hugo Chávez Frías en Venezuela, el gobierno electo mediante los votos en las elecciones de noviembre del 2006, comenzó a resolver los problemas sociales, económicos, de producción y técnicos más acuciantes, mediante programas sociales que han beneficiados a más de medio millón de familias nicaragüenses.
Retornó con pujanza la Alfabetización mediante “Yo sí Puedo”, la “Operación Milagro”, iniciaron los programas emblemáticos “Hambre Cero, “Usura Cero”, la entrega de decenas de miles de títulos de propiedad, negados desalmadamente por los tres gobierno mencionados; han vueltos los vasos de leche y meriendas a escolares en escuelas primarias y secundarias, los estudiantes universitarios tienen ahora becas por decenas de miles, los pasajes en autobuses urbanos se mantienen congelados, se subsidia a los que consumen menos de 158 kilovatios de energía en sus domicilios, se están reponiendo los autobuses viejos por nuevos en Managua, ahora se le da prioridad a casi 400,000 productores agrícolas y agropecuarios medianos y pequeños, porque ellos producen los frijoles, maíz, arroz, hortalizas y frutas; se respalda decididamente a las mujeres en la Policía Nacional, ahora sí se promueven los empleos nuevos a pesar de las dificultades económicas, ya se resolvió el problema de la energía eléctrica y a mediano plazo seremos capaces de cooperar con energía sobrante hacia otros países centroamericanos, en los hospitales ahora se atiende gratuitamente y con calidez humana, la educación hoy es gratuita otra vez como durante el régimen revolucionario sandinista de la década del 80, las exportaciones privadas y estatales han crecido de manera acelerada, a pesar de contradicciones somos aprobados como país cumplidor por el Fondo Monetario Internacional, nuestra Soberanía Nacional se ha elevado a nivel supremo como cuando Sandino y el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional con las armas en las manos expulsaron a los agresores.
El gobierno de la Alianza, Unida Nicaragua Triunfa, encabezado por el Frente Sandinista y administrado por el presidente Daniel Ortega Saavedra, con su trabajo pegado a todos los sectores sociales, especialmente ligado a los más pobres, se ha apuntado mil puntos, si lo comparamos con el accionar destructivo y deprimente de los gobiernos neoliberales anteriores, que, insisto, actuaron como juntas administradoras de los intereses de la oligarquía local, de las empresas trasnacionales imperialistas yanquis y de otros países capitalistas salvajes, y del gobierno imperialista de Estados Unidos.
Por los motivos mencionados arriba, le doy mi voto a la Alianza Unidad Nicaragua Triunfa, encabezada por el Frente Sandinista, y llamo a todos los ciudadanos conscientes, hombres, mujeres, especialmente jóvenes, a respaldar con sus votos al comandante Daniel Ortega Saavedra y su fórmula Omar Hallesleven Acevedo, porque este gobierno sí se parece al pueblo, es como un gemelo del pueblo, es como un hermano solidario siempre ubicado junto a quienes más necesitan de los recursos del Estado, del poder del gobierno y del Frente Sandinista para resolver sus problemas más apremiantes.
El Frente Sandinista es el único partido realmente progresista existente en Nicaragua. El FSLN es el único partido político revolucionario que puede conducirnos a construir el nuevo  modo de producción socialista en la Nicaragua de Rubén Darío, del General Sandino, de Carlos Fonseca Amador, de Carlos Núñez Téllez, de Eduardo Contreras Escobar, de Germán Pomares Ordóñez, de Ricardo Morales Avilés, de José Benito Escobar Pérez, de Óscar Turcios Chavarría, de Julio Buitrago Urroz, de Carlos Roberto Huembes, de Leonel Rugama Rugama, de Angelita Morales Avilés, de Arlen Siú, de Luisa Amanda Espinoza, de Óscar Danilo Rosales, de Hilario Sánchez, de William Ramírez Solórzano y de todos los Héroes y Mártires de la Revolución Popular Sandinista.
Managua, 21 de octubre del 2011.

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