Por Francisco G. Navarro *
Managua (PL) -Hambre Cero, Plan Techo, Usura Cero, Merienda Escolar,
Bono Productivo y Casas para el Pueblo son programas sociales del
Gobierno de Nicaragua, que en su conjunto atacan el flagelo de la
pobreza en este país centroamericano.
Así lo confirmó la reciente encuesta de Medición de Nivel de Vida
2014, dada a conocer por el Instituto Nacional de Información de
Desarrollo (Inide) y fruto de una pesquisa que comprendió siete mil 570
hogares de la capital, las zonas del Pacífico, Central y la Costa
Caribe.
El sondeo estableció que la pobreza general decreció en la etapa
estudiada (2009-2014) de 42.5 a 29.6 por ciento, en tanto la calificada
como extrema mermó de un 14.6 a 8.3 por ciento.
En este momento el 70 por ciento de los nicaragüenses clasifica en la
categoría de no pobre, reafirma la investigación estadística, asesorada
por el Banco Mundial (BM).
Ovidio Reyes, presidente del Banco Central de Nicaragua, comentó en
el propio acto de presentación de la muestra que tales resultados son
consecuencias de las políticas sociales y económicas implementadas por
el gobierno y centradas en la familia como protagonista.
De ahí que el presidente Daniel Ortega mantenga una alta aceptación
entre la población, como lo demostró otro sondeo más cercano en el
tiempo, el de la firma M&R Consultores, que situó el beneplácito a
la gestión del gobierno en un 71,6 por ciento.
Al avaluar la lucha frontal contra la pobreza muchos actores
económicos y políticos coinciden en señalarlo como, tal vez, el logro
más sobresaliente de la gestión del actual mandatario nicaragüense.
Así lo atestiguan el expresidente de la Asamblea Nacional, Luis
Humberto Guzmán; el presidente de la Cámara de la Micro, Pequeña y
Mediana Empresa, Gilberto Alcocer, y el diputado del Parlamento
Centroamericano y legislador nacional Douglas Alemán, entre otros.
Guzmán argumentó que el tema de la reducción de la pobreza ha sido un
problema crónico en las sociedades latinoamericanas, Nicaragua
incluida, lo cual confirma que cuando un gobierno lo enfrenta y ofrece
soluciones a través de políticas públicas, el éxito es posible.
El presidente (Ortega) confiere prioridad en su gestión al alivio de
la pobreza en que fue hundido el país por tres administraciones
neoliberales, comparó el ex parlamentario.
Nicaragua avanza (en el combate a la pobreza) gracias al modelo de
diálogo y alianza, una de las líneas directrices de la administración,
sostiene Alcocer.
Alemán, productor agropecuario y diputado por la bancada sandinista,
piensa que la reducción de la pobreza en el caso específico del sector
rural responde a la validez del programa del Bono Productivo
Alimentario.
En áreas del departamento de Chontales (centro), de donde es
originario, el legislador refirió la existencia de muchas familias que
pasaron de no tener nada a ser parte de la cadena productiva de sus
asentamientos.
Hoy esos pequeños núcleos de población, además de producir para su
sustento alimentario, logran un excedente y venden huevos, leche o
cuajadas frescas, géneros que resultan de la crianza de gallinas y vacas
(entregadas como parte del módulo del Bono Productivo), explicó.
Mejor distribución de la riqueza y énfasis en el ser humano y la
familia implican que en Nicaragua pueda hablarse de desarrollo humano en
lugar del simple crecimiento de la macroeconomía, constituye una
valoración recurrente de los analistas.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) reconoce en diversos documentos que, de 1990 a 2014,
Nicaragua logró reducir el índice de la población subalimentada de la
mitad (50.5 por ciento) a un 16 por ciento.
De tal manera el país centroamericano arribó antes de la fecha límite
(2015) a la consecución del inciso inicial de la primera de las ocho
metas trazadas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio: reducir a la
mitad la proporción de personas que sufren hambre.
El cumplimiento incluye al propio tiempo el compromiso fijado por la
Cumbre Mundial de la Alimentación, celebrada en Roma a mediados de
noviembre de 1996 con la participación de 112 jefes de Estado y
Gobierno.
La coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario
Murillo, subrayó la validación otorgada por el BM, organismo
especializado del sistema de Naciones Unidas, a la reciente encuesta.
Luis Constantino, representante del BM en Nicaragua, reconoció la
estrategia de la actual administración nicaragüense en sus políticas
públicas para conseguir este resultado. Para Carlos Sobrado,
especialista en pobreza de la propia organización, con la reducción de
la penuria, la población nicaragüense aumentó sus niveles de consumo en
el período estudiado.
En el último quinquenio el consumo per cápita de los nicaragüenses
creció en alrededor de ocho mil córdobas (290 dólares aproximadamente al
cambio oficial a la fecha), un incremento del 33,8 por ciento, precisó
el funcionario.
Al ejemplificar el impacto de los programas sociales en el tema de
estudio, el experto internacional señaló que de haber desaparecido la
mochila y la merienda escolar hubiera significado la elevación del nivel
de pobreza en dos puntos porcentuales.
La clásica guinda del pastel a la evaluación de la línea económica
del modelo político nicaragüense la puso la Comisión Económica para
América Latina y El Caribe (Cepal), al proyectar para este año un
crecimiento del Producto Interno Bruto por encima del 4.3 por ciento,
dato que concuerda con las estimaciones previas del gabinete del
gobierno a cargo de esa área.
*Corresponsal de Prensa Latina en Nicaragua.
Fuente: Prensa Latina |
https://twitter.com/DifusionRebelde
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