Las delegaciones del Gobierno Nacional de Colombia y las Fuerzas Armadas de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP)anunciaron este miércoles en La Habana que llegaron a un Acuerdo Final, integral y definitivo, sobre la totalidad de los puntos de la Agenda del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera en Colombia. Vea la ceremonia completa, momentos memorables para América Latina y el Caribe que se ratifica como Zona de Paz.
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martes, 30 de agosto de 2016
lunes, 29 de agosto de 2016
Entrevista a Noam Chomsky: ”El lavado de cerebros en libertad es más eficaz que en las dictaduras”
El escritor Noam Chomsky de los EEUU habla de los mecanismos detrás de la comunicación moderna, un instrumento esencial de gobierno en los países democráticos, tan importantes para nuestros gobiernos como la propaganda es a una dictadura.
– Empecemos por el asunto de los medios de comunicación. En Francia, en mayo del 2005, con ocasión del referéndum sobre el tratado de la Constitución Europea, la mayor parte de órganos de prensa eran partidarios del ”sí”, y sin embargo 55% de los franceses votaron por el ”no”. Luego, la potencia de manipulación de los medios no parece absoluta. ¿Ese voto de los ciudadanos representaría también un ”no” a los medios?
– El trabajo sobre la manipulación mediática o la manufactura del consentimiento hecho por Edgard Herman y yo no aborda la cuestión de los efectos de los medios en el público [1]. Es un asunto complicado, pero las pocas investigaciones que profundizan en el tema sugieren que, en realidad, la influencia de los medios es más importante en la fracción de la población más educada. La masa de la opinión pública parece menos tributaria del discurso de los medios.
Tomemos, por ejemplo, la eventualidad de una guerra contra Irán: 75% de los norteamericanos estiman que Estados Unidos debería poner fin a sus amenazas militares y privilegiar la búsqueda de un acuerdo por vías diplomáticas. Encuestas llevadas a cabo por institutos occidentales sugieren que la opinión pública iraní y la de Estados Unidos convergen también en algunos aspectos de la cuestión nuclear: la aplastante mayoría de la población de los dos países estima que la zona que se extiende de Israel a Irán debería estar completamente despejada de artefactos de guerra nuclear, comprendidos los que poseen las tropas norteamericanas de la región. Ahora bien, para encontrar este tipo de información en los medios, es necesario buscar mucho tiempo.
En cuanto a los principales partidos políticos de los dos países, ninguno defiende este punto de vista. Si Irán y Estados Unidos fueran auténticas democracias en cuyo interior la mayoría determinara realmente las políticas públicas, el diferendo actual sobre lo nuclear ya estaría sin duda resuelto. Hay otros casos así.
En lo que se refiere, por ejemplo, al presupuesto federal de Estados Unidos, la mayoría de norteamericanos desean una reducción de los gastos militares y un aumento, por el contrario, en los gastos sociales, créditos otorgados a las Naciones Unidas, ayuda económica y humanitaria internacional, y por último, la anulación de las bajas de impuestos decididas por el presidente George W. Bush a favor de los contribuyentes más ricos.
En todos estos asuntos la política de la Casa Blanca es totalmente contraria a los reclamos de la opinión pública. Pero las encuestas que revelan esta oposición pública persistente raramente son publicadas en los medios. Es decir, a los ciudadanos se les tiene no solamente apartados de los centros de decisión política, sino también se les mantiene en la ignorancia del estado real de esta misma opinión pública.
– Cuando se les pregunta a los periodistas, si sufre presiones responden inmediatamente: ”Nadie me ha presionado, yo escribo lo que quiero. ” Es cierto. Solamente, que si tomaran posiciones contrarias a la norma dominante, ya no escribirían sus editoriales. La regla no es absoluta, desde luego; a mí mismo me sucede que me publiquen en la prensa norteamericana, Estados Unidos no es un país totalitario tampoco. Pero cualquiera que no satisfaga ciertas exigencias mínimas no tiene oportunidad alguna de alcanzar el nivel de comentador con casa propia.
El sistema de control de las sociedades democráticas es muy eficaz; instila la línea directriz como el aire que respira. Uno ni se percata, y se imagina a veces estar frente a un debate particularmente vigoroso. En el fondo, es mucho más rendidor que los sistemas totalitarios.
No olvidemos cómo se impone siempre una ideología. Para dominar, la violencia no basta, se necesita una justificación de otra naturaleza. Así, cuando una persona ejerce su poder sobre otra -trátese de un dictador, un colono, un burócrata, un marido o un patrón-, requiere de una ideología que la justifique, siempre la misma: esta dominación se hace ”por el bien” del dominado. En otras palabras, el poder se presenta siempre como altruista, desinteresado, generoso.
Fuente-Iniciativa debate
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Informa Reinaldo Carvalho, secretario de relaciones internacionales del Partido VIDEO: Comunista de Brasil, a los asistentes al encuentro de Partidos Comunistas y Revolucionarios de América Latina y el Caribe
Informa Reinaldo Carvalho, secretario de relaciones internacionales del Partido Comunista de Brasil, a los asistentes al encuentro de Partidos Comunistas y Revolucionarios de América Latina y el Caribe
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Jacinto Suarez :" NICARAGUA VOLVERÁ A VENCER..."
Lo asegura Jacinto Suarez, ex Guerrillero, Secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista, actual Diputado por el FS LN y candidato en su país para las elecciones de noviembre, en entrevista concedida a Nuestra Bandera en el marco del encuentro internacional de Partidos Comunistas y Revolucionarios celebrado en Lima entre el 26 y el 28 de agosto del 2016 Jacinto Suarez llega a nosotros acompañado por la embajadora de su país, Marcela Pérez Silva, y acepta de buen agrado responder algunas preguntas nuestras. Veamos…
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Por Gustavo Espinoza M.
Lo asegura Jacinto Suarez, ex Guerrillero, Secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista, actual Diputado por el FS LN y candidato en su país para las elecciones de noviembre, en entrevista concedida a Nuestra Bandera en el marco del encuentro internacional de Partidos Comunistas y Revolucionarios celebrado en Lima entre el 26 y el 28 de agosto del 2016
Jacinto Suarez llega a nosotros acompañado por la embajadora de su país, Marcela Pérez Silva, y acepta de buen agrado responder algunas preguntas nuestras. Veamos…
NB. ¿Cuáles son sus impresiones del encuentro que tiene lugar en Lima, compañero?
J:S.. Pienso que aquí se REGISTRA un movimiento unitario de la izquierda. Tiene, por ahora, un camino común y está definiendo un proceso. Es un camino que ya comenzó y que debe continuar. Es lo deseable.
No hay, ni ha habido un América Latina un sólo proceso de avance que transite por la ruta de la división. La unidad, es la única ruta viable. Todos han recorrido el camino de la unidad para afirmar sus avances.
Eso ocurrió también en el Perú. Aquí tuvieron una experiencia valiosa en el pasado -la Izquierda Unida-, y con ella alcanzaron victorias. Cuando la unidad se quebró, vinieron las derrotas. Esa, es una experiencia que ustedes están viviendo.
Perú es un país muy importante en América Latina. Tiene un muy fuerte arraigo nacional, historia, cultura milenaria, un pueblo maravilloso, pero también grandes retos y enormes dificultades. A traviesa por un proceso muy complejo que sólo los peruanos pueden resolver.
Para que haya un gobierno progresista, será necesario que la izquierda gane la voluntad ciudadana. Y eso, solo será posible cuando forje su unidad
Y si en el Perú surge algo bueno, eso será bueno para Amé rica Latina. Ahora que el imperialismo agrede, e s muy importante la unidad.
La unidad de los comunistas –como se plantea aquí- es muy importante, pero es insuficiente. Hay que unir a sectores muy amplios
NB. ¿Cómo ve el escenario político de su país en el marco de las elecciones nacionales pre vista para noviembre de este año, compañero?
J.S.. Hemos podido ya en este encuentro explicar lo que ocurre en Nicaragua. Es una situación excepciona.
En mi país hubo una dictadura –los Somoza- que derribamos. Y llegamos al Poder mediante la lucha armada. Construimos, a partir de allí un Poder Popular que se ha mantenido y se mantiene. En u n momento –en 1990- perdimos las elecciones y con eso perdimos el gobierno, pero no perdimos nunca realmente perdimos el Poder. Por eso, cuando ganamos nuevamente el 2007, recuperamos el paso y continuamos el camino de la reconstrucción de Nicaragua. En eso estamos.
En los últimos diez años, Nicaragua ha vivido un proceso muy grande de cambios y reconciliación, de reconstrucción y unidad nacional
La economía crece anualmente a un ritmo sostenido del 4.5 y 4.6%. Es la más estable de la región. Y en el país, se afirma la seguridad nacional, la paz y la tranquilidad pública.
El Gobierno practica una política independiente y soberana cuyo propósito esencial es encarar y resolver los problemas de la población. Y eso, lo entiende claramente la ciudadanía, que rechaza cualquier propuesta de corte neo liberal.
En las elecciones de noviembre está planteado así el tema: O Nicaragua sigue el derrotero que se ha planteado, o retorna al “modelo” neo liberal que ha sumido en una crisis profunda a muchos países y que en Nicaragua misma, hizo mucho daño.
El desenlace de esa contradicción es enteramente previsible. Las encuestas le otorgan al Sandinismo el 65% de las preferencias electorales.
Aquí se confirma la idea de que los pueblos, nunca atentan contra ellos mismos. En un momento, hasta se pueden equivocar, pero nunca atentan contra sí mismos.
Hoy, en Nicaragua el Sandinismo está más vivo que nunca. Nicaragua es un país que avanza
NB. La campaña del enemigo formula dos objeciones contra el escenario político de Nicaragua de hoy: la inclusión de la compañera Rosario Murillo -esposa del Comandante Daniel Ortega en la fórmula presidencial del FSLN- y la deposición de un grupo de congresistas que fue retirado del Parlamento por haber cambiado de bancada ¿Cómo responde el Sandinismo a eso?
J.S. El caso de la compañera Rosario, es muy claro. Ella es una personalidad muy fuerte en el escenario de Nicaragua. No asomó hoy. Trabajó y luchó desde los años 70, contra a dictadura. Hizo un trabajo político y militar intenso. Y se ganó la más amplia simpatía de la población.
Hoy tiene un apoyo popular inmenso. Está en la fórmula presidencial no porque sea la esposa del Presidente, sino por su propia valía, por lo que ella misma significa con su trabajo y con su aporte a la vida nacional. Y no hay ninguna disposición legal que cuestione su derecho a ser candidata.
Siempre hizo un gran trabajo y ese trabajo hoy, está dando excelentes resultados.
El otro tema, el de los diputados cuestionados por los organismos constitucionales, también es claro. Se usa para atacar a Nicaragua, pero eso no tiene fundamento alguno y revela la hipocresía de nuestros adversarios.
En El Salvador, hace algunos años, 84 diputados fueron privados de su mandato parlamentario. Y nadie dijo nada. Hoy se hace escándalo con el tema en Nicaragua para atacar al país y a su gobierno.
El tema es simple: se trata de un conflicto o que surgió en otro Partido. Una cantidad de sus parlamentarios decidieron emigrar y f fundar un otro partido. La ley establece en Nicaragua que cuando un diputado abandona el Partido en el que fue electo, pierde su mandato y es automáticamente reemplazado por su alterno que se mantiene en el mismo Partido.
No ha disminuido el número de diputados. Tampoco ha cambiado la correlación de fuerzas en el congreso. El gobierno cuenta con u determinado número de parlamentarios que lo apoyan y hay otro numero de congresistas que hace la oposición. Las cifras se mantienen iguales. Han cambiado personas, porque a ley prohíbe el transfuguismo. Y eso, lo sabían los que renunciaron a su partido y constituyeron otro. Pero aun así, la crisis se ha resuelto y todas las partes han aceptado la realidad.
NB. Hay quienes reivindican la existencia de supuestos “sandinistas disidentes”, el Movimiento de Renovación Sandinista, creo que así se llama, ¿cómo es ese asunto?
J.S. Cuando surgió ese movimiento contra el FSLN, en 1990, el Frente Sandinista obtuvo el 35% de los votos. Y ellos obtuvieron el 0.35%.
El llamado MRS responde a una operación burbuja. No tiene ningún apoyo ciudadano. Es una “fuerza” mediática, no real.
Su dirigente, viajó recientemente a Washington para pedir, en Estad os Unidos, que se aplique contra su país, la llamada “Carta Democrática”. Así lo solicitaron al señor Almagro, de la OEA. ¿qué autoridad pueden tener?
NB. Finalmente, compañero, cómo ve usted el proceso político centroamericano?
J.S. .En Centroamérica, la situación es, por cierto, complicada. En algunos países se han REGISTRADO notables avances. En El Salvador, por ejemplo, donde el FMLN ganó las elecciones. En Honduras, donde no había realmente una fuerza popular grande, ahora la hay, luego del golpe que derrocara a Manuel Zelaya. La gente se ha organizado, y lucha. En Guatemala, ha crecido también la conciencia política de la gente. En Costa Rica, el Frente Amplio, tiene 9 parlamentarios en una Cámara de 48. No es poca cosa. Pero hay problemas.
Estados Unidos se mete en todo y busca quebrar la acción progresista de pueblos y gobiernos. Tiene en sus manos instrumentos poderosos para someter y doblegar. Y tiene contactos serios a nivel de casi todos los gobiernos.
Hoy, hace una campaña muy dura contra El Salvador. Allí la oligarquía -que es poderosa- se ha llevado capitales y está saboteando la economía. Y hay un problema social muy serio con las “Maras”, que son bandas delictivas exportadas por los Estados Unido a Salvador y que crean conflictos muy serios en el país.
Todo eso, genera un clima de inestabilidad que alienta el gobierno de los Estados Unidos y aprovecha la oligarquía. Por eso , la situación es difícil, pero los pueblos sabrán salir adelante.
NB. Muchas gracias, compañero Jacinto y muchos éxitos a ustedes
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jueves, 25 de agosto de 2016
Teorizando un poco Ucrania. Por Tamer Sarkis Fernández
“Pueblo de Ucrania” pasó a ser un ente en sí en el imaginario romántico de nuestro indignado cuando todo Pueblo es en realidad el producto del conjunto de sus relaciones sociales operativas sobre sí mismo
Por Tamer Sarkis Fernández
- EL ESPEJISMO DE LO ESPONTÁNEO
Da asco haber tenido que oír durante más de dos años a una masilla de
indignados patrios empatizar con la turba de indignados ucranianos.
“Denunciamos el curso que ha tomado el movimiento, pero apoyamos el
hecho de la rebelión popular ucraniana”. Que es tanto como decir: “Estoy
contra el curso tomado por la bala que asesinó a aquel niño desarmado,
pero a favor de que la bala saliera del cañón. No en vano, esa pistola
podría haber sido apuntada y disparada, en cualquier otro lugar, contra
algún bellaco”.
Pero resulta que las balas no toman curso ni salen ellas de los
cañones, lozanas. Ni tampoco las pistolas podrían haber estado en otro
lugar más que justo en aquél donde fueron colocadas por unas precisas
correlaciones de poder. El curso tomado era algo determinado a priori
por las características del acto. Lo demás no son más que engaños del
lenguaje; aunque -es curioso- la expresión misma se integra también como
parte de lo denunciado: nótese “engaño del lenguaje”. De esta
especie de síndrome del sujeto-espejismo (“irrumpe el trueno”, “el
relámpago resplandece”, “pienso lo que quiero”, “la bala sale del
cañón”, “la bala está tomando curso”, “el movimiento se mueve por
derroteros lejanos a los suyos propios”…) nos alerta Nietzsche en Genealogía de la Moral, 1er Tratado.
Para el caso, “Pueblo de Ucrania” pasó a ser un ente en sí en el
imaginario romántico de nuestro indignado, cuando todo Pueblo es en
realidad el producto del conjunto de sus relaciones sociales (materiales
e ideológicas) operativas sobre sí mismo (Marx, Tesis sobre Feuerbach). Sin embargo, nuestro indignado no se conforma con pensar una caractereología metafísica (un “ser Pueblo” en sí).
Además –y he aquí lo grave- al traducirse para sí como “rebelión
popular” las fragmentarias imágenes que le llegan del espectáculo, el
espontaneísta ibérico vuelve a dejarse llevar por la fantasía del sujeto
espectral e identifica al adjetivo “popular” con un sujeto actor en
lugar de tasarlo en su justa medida, esto es, en tanto que sujeto
actuado: agente y vehículo del proceso.
Pues lo actuante (lo motriz y lo in-formante al agente) es,
como no podría ser de otro modo, materia social políticamente ordenada y
así habilitada para tornarse conciencia en el seno del sujeto agente
(cierta parte de la población ucraniana) a través de propiciar la
codificación ideológica de éste. Puede tratarse de una u otra
codificación: funcional a la producción soberana de vida social en
dialéctica con los factores productivos insertos en el medio físico, o
bien funcional a los expoliadores del grupo humano y del medio físico. Y
en Ucrania, ¿de qué codificación hablamos?. ¿Quiénes han ido poniendo
en juego materia social deliberadamente orientada hacia el fin ideado (y
logrado)?: recursos, dinero, “personalidades”, megafonía, armas,
hombres importados, periodistas, respaldos diplomáticos y presiones,
organización, aprendizaje táctico, una estrategia y metodología de
acción…
- RACIONALIDAD E IDEOLOGÍA ACTUANTES SOBRE EL SUJETO AGENTE
¿Desde qué racionalidad pusieron todo eso en juego?: ¿desde una
racionalidad tendente a avanzar en una apolaridad mundial o desde la
racionalidad de apuntalar el Hegemonismo estadounidense?. ¿Desde una
racionalidad de la Soberanía Nacional y la convivencia pacífica entre
los pueblos, o desde la racionalidad de escala bélica contra la
competencia rusa?. ¿Desde el No-Alineamiento o desde la OTAN?. ¿Desde
una racionaliad de re-definición horizontal de las relaciones
productivas y mercantiles entre naciones, o desde un deseo de extender a
Ucrania el saqueo financiero, la Ley imperialista de los Intercambios
Desiguales y el trazado euro-alemán sobre la división regional del
trabajo?.
¿A través de qué ideología han podido ser amalgamadas y orientadas
las fuerzas materiales invertidas hacia la consumación de la
racionalidad directriz?: ¿ideología comunista o anticomunista?;
¿ideología patriótica?, ¿o ideología del “camino individual de la vida
optimizando gratificaciones a través de la relación práctica con los
demás y con una sociedad-objeto de lo individual” (darwinista)?;
¿ideología de la liberación nacional y de los pueblos oprimidos, o
ideología (por lo demás alucinatoria) de entrar en un Club VIP para ser
parte de los depredadores y no de “los parias” de la Tierra aun a costa
de esos “parias”?. ¿Memoria de la heroica guerra de Crimea y de las
glorias de Stalingrado, donde juntas las gentes agredidas dieron muerte
al invasor?, ¿o resentimiento anti-ruso que vuelve bajo la forma de
colaboracionismo con el IV Reich, tal y como hubo sido en otros tiempos
colaboracionismo con el IIIº?.
En Maidan se pusieron a ondear las banderas de las ratas anti-sirias
contra un país, Siria, que ha resistido al conato ultra-violento de su
secuestro por el jinete apocalíptico de la deuda externa y por la Bolsa
de Chicago. En Maidan se pusieron a ondear banderas israelíes y las
azules de ese IV Reich franco-alemán, contra la roja bandera de la
famélica legión internacional que ellos parasitan y que tratan de seguir
criando, hundiendo y repelando. Banderas del viejo orden parasitario
contra el presente emerger de los países y su disidencia, que deja
desnudos a los ladrones y a tanto “triunfador” por cuenta ajena.
Desde Maidan no resonó, más que en las Repúblicas Populares
declaradas al Este del país, un futuro de la dignidad común de poder al
fin pensar lo que uno quiere hacer y poder hacer –materializar- lo que
uno piensa y planifica, sin que terceros alienen el sentido de los
proyectos colectivos. O enajenen el producto de ese trabajo colectivo.
O, en fin, impidan la socialización del producto colocando a éste un
precio enemigo de las necesidades del semejante. En el cambio kievita sí
resonaron, ante banderas ponzoñosas saludadoras, las peroratas de un
Bernard Hénry-Levi vestido de color “liberal-futuro” para la ocasión, y
no ya de negro-“islamista moderado” como cuando estuvo en Siria en 2011.
Hénry-Levi relatando ante la Plaza el cuento de la lechera del Oeste de
Libertad que deja hacer al individuo en su épica personal hacia “lo más
alto” mientras le entretiene con gran glamour y oportunidades de pasar
buenos ratitos. “Bienestar”, “consumo”, “Ego”, “y que le dejen a uno en
paz”, “hágame yo y perezca el mundo si el mundo no se espabila”. Es ése
el Horizonte de la muchedumbre atomizada que ejecutó la rebelión
ucraniana, mientras el rebaño aún se auto-complace en aparentar creer
que la protagoniza. ¿Rebeldes contra qué y conformistas o anhelantes con
qué?. Si eres joven y rebelde, coca-cola te comprende.
- EL MITO ESPONTANEISTA COMO CATARSIS PARA EL ESPAÑOL PASIVO
Tal vez sea también auto-complacencia lo que se esconde tras las
ensoñaciones del españolito simpatizante con los rebeldes ucranianos.
Una especie de sublimación de la impotencia propia delegando
(inconscientemente) en lo ajeno fetichizado: “Ya que yo estoy cosificado
hasta en mi cobardía y pasividad, me consuelo al menos idealizando en
otros lo que yo debería hacer por cuenta propia”. Ésta es la lógica
honda del espectáculo, que alimenta las imágenes mediáticas que vuelven
acto seguido al espectador, generándose y volviéndose a generar
recíprocamente oferta y demanda, demanda y oferta. Ese abrazo del
espectáculo, donde el mentiroso –también el espectador- se miente a sí
mismo hasta el delirium.
¡Pero sea usted, por una vez en su vida, honesto con su figura: señor
Juanico, señor Josele, señora Tere…!. Si lo de Ucrania ha venido
resumiendo un espléndido estallido de la espontaneidad, sólo a
posteriori corrompida o “secuestrada”, que había tomado pistolas,
escopetas perdigoneras, granadas de mano y escudos anti-bala…, contra la
opresión: ¡¿por qué no toma usted entonces ese camino, señor Juanico,
señor Jozele, señor parado, señor precario, señor timado, señor
ensuciado, dirigido, de país anulado por el Hegemonismo yankee y sus
euro-enanoides, culo del Mundo?!. ¿Acaso están los ucranianos hechos de
otra pasta?. ¿Los tienen cuadrados, de plomo?. ¿Son ellos parientes de
Atila y ustedes tan civilizados que no pueden más que protestar del
“hecho social” en días extraordinarios de catarsis sindicalmente
seleccionada o parloteando en la cola de la pescadería o del
supermercado?.
La ensoñación del españolito antes con Libia, Siria, y ahora con
Ucrania, es de una bajeza y fariseísmo tales que casi da ganas de poner
al orden del día otra vulgar bajeza; eso de que “tenemos lo que nos
merecemos”. Su paja mental es típica del esclavo que necesita
compensarse inventando trasmundos imaginarios y “viviéndolos” con
esperanza puesta. En corolario, el españolito no puede más que desdoblar
artificialmente, aquello que es en realidad un proceso unitario, en una
metafísica de “rebelión-rebelión” originaria (jovial, generosa, mozalba
e ingenua, retrato de ese “pueblo” abstracto estereotipado) fatalmente
pervertida por una “física del Poder filtrado” (siempre un caso tras
otro: ¡qué casualidad…!).
- ESPECTÁCULO DE LAS REBELIONES Y REBELIONES PRO-ESPECTÁCULO EN UNIDAD RETROALIMENTADA
Todo discurrir desdoblamiento y contraposición entre ingeniería
político-social anglo-sionista (externa) e intersubjetividad en
movimiento (interna), significa nulo comprender que, en el actual
estadio hiper-desarrollado de Potencia política hegemonista yankie para
producir acontecimientos, lo de Ucrania o Venezuela son síntesis de
laboratorio donde rebelión popular (de un sector poblacional más o menos
cuantioso) y reacción conducida centralizadamente desde el epicentro
Hegemonista, son lo mismo. Son los polos dialécticos conformadores de
una Totalidad preparada. La producción ingenieril de cambios políticos
no es magia y chistera; necesita su vehículo, su sujeto actuado, su
carne de cañón. Y la carne sería nada más que carne amorfa –ni tan
siquiera se origina como “carne de cañón”- si no fuera por los cañoneros
y por el cañón que toman en sí a esa carne para apuntarla y dispararla.
Igual que la bala que da inicio a este artículo, y que no ha sido en
modo alguno “manipulada”, “desviada” o “perversamente usada por la
pistola o el pistolero”. ¡¡Sólo desde una metafísica grosera puede ese
trozo de materia ser nombrado “bala” considerada aisladamente a ese
artefacto y a ese artificiero precisos, que tomando a ese pedazo
objetual en su racionalidad lo están produciendo socialmente como
bala!!. Antes, no había nada.
En libre paráfrasis a Dani Estulin, podemos decir que los despliegues
Hegemonistas de agitación y Golpe o de segmentación contra países y
sistemas políticos desobedientes, no son cuatro viejos babosos con kipá
conflagrando desde una lejana torre de marfil. Son, en cambio, una densa
y compleja red de relaciones extendiéndose desde el epicentro a las
periferias. Es una fuerza objetiva produciendo lo subjetivo y tomándolo
en su seno, incluida la subjetividad “Pueblo”, su cabreo y su
“rebelión”. Por supuesto que hubo en las calles ucranianas una
subjetividad moviéndose cargada de razones –reales algunas de ellas-
para “su” “propio” estar-en-la-calle. Yanukovich no fue del Pueblo: ¡¿y
qué?!. Tal banalidad no explica un ápice de la realidad objetiva
desenvuelta sobre Ucrania e impuesta a ese país. Hay rebelión, y por
ella se consuma la reacción. Hay un plan reaccionario, y es su
materialidad política, logística, ideológica y armamentística aquello
que engendra la rebelión.
A fecha de 2016, no podemos seguir repitiendo dogmáticamente y en
abstracto aquella gran verdad revolucionaria del Presidente Mao: “La
rebelión se justifica”. Eso era en sí verdad en vida de Mao. Incluso al
inicio del presente siglo. Pero en unos años, el propio hiper-desarrollo
ingenieril del Hegemonismo anglo-sionista ha jubilado esa gran verdad.
“Sólo conocemos una ciencia: la ciencia de la historia” (Marx). Hoy, la
rebelión se justifica… o no. Hoy “la rebelión se justifica” tout court
se ha transformado en un Mito abstracto con cuya invocación
“izquierdista” el propio Hegemonismo no hace otra cosa que justificar
sus Operaciones posesivas sobre distintas sociedades civiles. Fracciones
poblacionales posesas por el espectáculo de la “rebelión” y de la
“libertad occidental” que el Hegemonismo despliega, y que acaban
imitando con movimientos reales al espectáculo referencial. Y este
paroxismo hegemonista hasta llega a encarnarse personificándose como
perfecto rebelde-reaccionario: Hénry-Levi, Salim Idris, Alba Rico,
Esther Vives, Leopoldo López, las Femen, los indigenistas y sus
indígenas contra Correa, Timoshenko, Madonna o Beyonce.
El autor es vicedirector de DIARIO UNIDAD
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martes, 23 de agosto de 2016
Spot Encuentro de Partidos Comunistas y Revolucionarios de AL en Lima 2016 (VIDEO)
#EncuentroEnPerú todos invitados al acto inaugural de este encuentro internacional, donde las izquierdas, los comunistas y revolucionarios de América Latina y el Caribe nos daremos cita para seguir enfrentando la ofensiva de las derechas y el imperialismo.
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La ideología y los sueños húmedos de la derecha nicaragüense
Entre los restos del naufragio de la oposición de derecha al gobierno
sandinista de Nicaragua es difícil distinguir algún asomo de programa
económico independiente de la ideología imperialista en bancarrota de
los Estados Unidos. El académico y ex embajador de Nicaragua en los EEUU
y Canadá, Arturo Cruz, trató de mitigar un poco esa limitación
mostrando algún vestigio de rigor intelectual en un ensayo de 2013
titulado "La reforma política en Centroamérica: ¿Está en riesgo la institucionalidad democrática?". Hace poco, Cruz revivió sus argumentos en una serie de charlas con el título de “La caja chica se complica”.
En síntesis, el argumento de Cruz explica el éxito ampliamente
reconocido de la gestión del Gobierno Sandinista como el resultado de su
habilidad para combinar unas políticas de libre mercado sanas con su
capacidad para satisfacer las crecientes demandas, tanto de las propias
bases sandinistas, como las de los amplios sectores del pueblo que antes
apoyaban a los partidos de la derecha liberal, en un sistema que Cruz
etiqueta como "populismo responsable". Sin embargo, dice Cruz, con el
virtual colapso de la ayuda Venezolana a causa de la crisis económica y
la caída de los precios del petróleo, al Gobierno Sandinista ya no le
alcanza la "caja chica", necesaria para hacer funcionar el sistema, lo
que podría dar lugar a un período en el que su control del poder
político sería puesto a prueba. El académico se ve obligado a hacer una
serie de omisiones a la hora de probar su punto; en realidad, su serie
de charlas debería haber llevado el título de "Yo, haciendo de tripas
corazón".
El argumento de Cruz sirve como una apología de la clase capitalista
de Nicaragua y su expresión política derechista en un período histórico
en el que las clases populares empobrecidas han emergido como sujetos
económicos, además de políticos e ideológicos. En 200 años de historia
independiente, las élites capitalistas centroamericanas han sido
incapaces de formular un proyecto político propio y soberano,
dependiendo mayormente de las redes imperiales de influencia política y
económica. Ahora la derecha política de Nicaragua necesita argumentos
contra la emergencia de una sociedad revolucionaria y soberana. Los
argumentos de Cruz ofrecen un alibi poco convincente para ese fracaso
histórico de la burguesía, tanto en lo político como en lo intelectual.
Cruz tiene una visión elitista de las mayorías empobrecidas del pueblo
nicaragüense como una masa de "clientes" con poco sentido de la
ciudadanía y cero conciencia estratégica de sus necesidades. Este es un
extracto de lo que Cruz escribía allá por el año 2013:
"Hoy, las expectativas de consumo de los nicaragüenses son
indiscutiblemente modestas (lo que debería facilitar la repartición de
aquello que es escaso), pero también son inmediatas, ancladas al
presente, con poca consideración para el futuro, sin capacidad para un
mínimo de abstracción. El cliente -- contrario al ciudadano, que espera
mucho de su gobierno, pero no lo que él puede resolver con su ingreso
familiar - -, esta atento a lo más básico, a la libra de frijoles, a la
lamina de zinc, convencido que la función principal del gobierno es
servirle de muleta."
Más claro, echarle agua: Le importa un comino que las familias
empobrecidas vivan en la miseria más deshumanizadora, lo importante,
segín Cruz, es que miren más allá de su hambre y de sus techos con
goteras y que se comporten como "verdaderos ciudadanos". A decir verdad,
éste argumento de Cruz explica en gran medida por qué el apoyo a los
partidos de derecha en Nicaragua ha colapsado.
Lo que Cruz hace es refritar una distorsión hace ya tiempo
desacreditada acerca del uso que hace Nicaragua del financiamiento para
el desarrollo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
Si hay algo que ese financiamiento para el desarrollo no es, es
precisamente una "caja chica" para tapar agujeros, sino más bien un
marco bien regulado para el comercio justo basado en principios
solidarios. Parte de ese marco implica que la mitad de las importaciones
nicaragüenses de petróleo venezolano son pagadas al contado mientras
que el resto es pagado a lo largo de 20 años a una tasa de interés
concesional, liberando así recursos para combatir la pobreza. Hasta el
FMI se vio obligado a admitir que el financiamiento al desarrollo del
ALBA no aumenta las obligaciones de deuda soberana del país. El
financiamiento del ALBA a Nicaragua ha sido estructurado de una manera
equivalente a un programa de gasto deficitario (deficit spending)
imposible de realizar dentro de los mecanismos de ayuda al desarrollo y
deuda dominantes en Occidente.
Ideólogos académicos como Arturo Cruz, tal vez de manera deliberada,
omiten reconocer que la compleja estrategia socialista de redistribución
de la riqueza y de reducción de la pobreza del Gobierno Sandinista es
un proyecto dirigido a fortalecer las bases económicas del país así como
el ingreso nacional. Esta estrategia ha creado un creciente mercado
interno para las empresas nicaragüenses al mismo tiempo que ha generado
muy necesarias inversiones productivas, por ejemplo, para acabar con la
dependencia de Nicaragua del petróleo para la generación de
electricidad. Lo más probable es que el propio Cruz conozca esto muy
bien, y que la élite que representa, que por años se ha beneficiado de
estas políticas, también lo sepa. Lo que les molesta es la amenaza a su
averiada ideología de libre mercado que representa la democratización
económica implementada por el gobierno del Presidente Daniel Ortega. De
ahí su reconfortante, auto-justificador pero en última instancia fallido
recurso a una falsa distinción entre clientes y ciudadanos.
La oposición derechista de Nicaragua se reconforta de manera perversa
con las intratables dificultades que Venezuela está enfrentando gracias
a la dramática caída de los precios del petróleo, la guerra económica
del imperio y errores propios (que, por ejemplo, discutimos aquí),
las que no son un secreto para nadie. Sin embargo, en el caso de
Nicaragua, una de las prioridades políticas de la Segunda Fase de la
Revolución Sandinista iniciada a partir del año 2007, fue precisamente
la de diversificar las relaciones comerciales y de desarrollo. Esa
política partía de la experiencia de los problemas derivados del bloqueo
económico de los Estados Unidos en los años 80s del siglo pasado, por
ejemplo, la excesiva dependencia de la ayuda de la Unión Soviética y sus
aliados. Comprometido con el principio de un naciente mundo multipolar,
el Presidente Daniel Ortega, desde el inicio de su segunda presidencia
en 2007, desarrolló relaciones independientes con un muy diverso
conjunto de naciones dispuestas a llevar adelante proyectos de
desarrollo en el país. Esa política también creó mercados de exportación
que las clases capitalistas nunca antes habían tenido.
Pero la omisión más importante sobre la economía realmente existente
en Nicaragua que hace gente como el ex-embajador Cruz, es la de su
democratización, el papel jugado por gente común y corriente que se
organiza económicamente a nivel de base. A pesar de haber perdido el
poder político en 1990, la Primera Fase de la Revolución Sandinista tuvo
un impacto económico muy significativo para el país en términos
históricos. La Revolución no solo extirpó el tumor económicamente
debilitante del imperio de la familia Somoza, sino también, de manera
efectiva y dramática, llevó adelante la redistribución de la riqueza. Ni
la pérdida del poder político en 1990 ni el subsecuente período de
gobiernos neoliberales disfuncionales entre 1990 y 2007 pudieron
eliminar esos logros históricos. Bajo el régimen de Somoza, las
propiedades de 50 manzanas o más constituían la mitad de la tierra
arable del país. Hoy, ese número es sólo de el 18%, el resto
permaneciendo en las manos de pequeños agricultores y cooperativas,
tanto de sandinistas como de ex-contras.
La unidades familiares, asociativas y cooperativas en Nicaragua,
referidas como una "economía popular, no-capitalista" son uno de los
principales actores económicos en el país, contribuyendo con cerca de un
53% del PIB calculado según la producción (y con más del 60% del PIB
basado en el ingreso disponible), a la vez que emplea a un 70% de la
fuerza de trabajo. En Nicaragua, donde 90% de los alimentos consumidos
son de origen nacional, 85% de la comida es producida por cooperativas.
En el sector servicios, actividades como el transporte público están
totalmente controladas por cooperativas. Con 50,000 socios, el banco
cooperativo CARUNA se ha convertido en un importante recurso financiero,
independiente del sector financiero privado. En el comercio minorista,
los mercados populares son los principales distribuidores de bienes
importados a la población. En esos mercados, los comerciantes
organizados trabajan codo a codo con las autoridades (por ejemplo,
combatiendo movidas especulativas o garantizando la seguridad en todos
los sentidos) a la vez que concentran la mayor parte de las remesas
familiares que los nicaragüenses fuera del país le envían a sus
familiares, haciendo así una realidad de la vieja consigna
revolucionaria de "¡Solo el pueblo salva al pueblo!"
Como lo escribe el científico social nicaragüense Orlando Núñez, "si
el socialismo es definido como el control de los productores asociados
sobre la economía, entonces Nicaragua cuenta con una fuerte base para
emprender el camino" de construir dicho orden social. (1)
Esas son las realidades que académicos de derecha como Arturo Cruz
ignoran cuando hablan acerca del futuro de la economía nicaragüense. Le
esquivan el bulto al fracaso estratégico de la oposición derechista
derivado de la evidente realidad de que el libre mercado capitalista
excluye a las mayorías empobrecidas del país. Por el momento, la clase
empresarial de Nicaragua, siguiendo el dinero, continúa apoyando el
exitoso programa de democratización económica inclusiva del Gobierno
Sandinista, con más diversificación del comercio exterior y un ritmo
sostenido de inversión en infraestructura de todo tipo. Los argumentos
de Cruz, esencialmente son una pobre disculpa por las políticas que
destruyeron la economía de Nicaragua durante 17 años hasta que Daniel
Ortega llegó al gobierno por segunda vez en enero de 2007 y le dio
vuelta al país. Ahora, junto con la de su socio del ALBA, Bolivia,
Nicaragua consistentemente se ubica entre las economías con mejor
desempeño en América Latina.
(1) “La tempestad política de la izquierda latinoamericana”, Orlando Núñez Soto, Revista Correo #44, March-April, 2016.
Tortilla con Sal, 22 de agosto 2016
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sábado, 20 de agosto de 2016
DOCUMENTAL: Mulukukú 1984
Documental elaborado en 1984 por el Sistema Sandinista de Televisión y la Dirección Política del Ejercito Popular Sandinista (E.P.S.) sobre el entrenamiento militar que recibían los jóvenes que iniciaban el Servicio Militar Patriótico (S.M.P.) en la Centro de Entrenamiento Militar CEM de Mulukukú.
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viernes, 12 de agosto de 2016
Transfiguración hebrea del monoteísmo pre-existente y deformación supremacista por medio de la Torah
“No es extraño que, por su parte, los hebreos “abrazaran” a El con bastante tardanza: pues concebir a El es el correlato de sedentarización y agricultura, y, con ellas, de la dependencia productiva y social-reproductiva respecto del cielo y sus fenómenos”
Tamer Sarkis Fernández
I. Introducción
El Yahvé de los hebreos en los primeros tiempos yahvíticos, en tanto
que modo tribal de aludir al “hemisferio” fértil de El, Il… (voz con que
el campesino neolítico del Levante Mediterráneo designó “Aquello que
posee Elevación”; aún hoy en el árabe moderno “aali” se refiere a “alto,
elevado”), equivale por ejemplo al (muy anterior) Enki sumerio y a su
relación respecto de En o An (Dios). Enki era Dios en su lado generativo
vital, siendo contracción fonética de, literalmente, “Maestro del Agua”
en un sentido sintético dual de dueño y señor, dominador, del agua,
tanto como de maestro en sabiduría y capacidad -que rige el agua, que la
domina. Percátese uno aquí del solapamiento conceptual de “agua” y de
“vida” en el mismo significante Ki.
Debo aclarar, respecto de la semántica de En, que la L levantina pasa
a ser N en la fonología sumeria ya “semitizada” por la adopción del
acadio como lengua “usual de expresión” entre gentes del pueblo,
mientras el sumerio quedaba como lengua culta-escrita y empleada para la
transmisión educativa, a la vez que como lengua burocrática, académica,
escolar y para los volúmenes de las bibliotecas. De modo que “AN/ANU”
sumerio y “EN” sumerio-acadio es “EL” amorrita-levantino. Volviendo a
Enki, re-aparece luego en Egipto (Ankh, “vida”).
También re-aparece entre asirios (Shaamash, “sol”), correspondiéndose
semánticamente a Hadad-Enki, y a partir de cierto momento designando
una cualidad sobresaliente y esplendorosa del Hadad (Dios en su
hemisferio de fertilidad y generatriz o productor). Así: el nombre de
uno de los Emperadores asirios, el amorrita Shamsii Hadad (“Vida
soleada” o “Vida resplandeciente, luminosa”).
Es probable que en relación a este devenir del término Hadad en
sinonimia con el término asirio “propio” Shaamash, no sea razón ajena la
“inyección” e irradiación paulatina entre los asirios de la variante
lingüística caldea desprendida del arameo. Esta variante diatópica se
había preservado en el antiguo reino arameo de Caldea y había
“subsistido” al dominio imperial asirio, siendo así que, cuando la
lengua aramea se vuelve hegemónica en buena parte del Creciente Fértil
como reflejo de la preponderancia comercial de los arameos y de sus
ciudades-Estado, llega un momento en que hasta el imperio asirio la hace
su lengua (el caldeo en concreto) comercial, estatal, diplomática y
teológica. Y de ahí la confusión que subyace a algunos arqueólogos e
historiadores cuando atribuyen a los más trascendentes Emperadores
asirios el erróneo epíteto de “caldeos” (como al decir con equivocación
“el caldeo Ashurbanipal”).
“Paralelamente”, entre los amorritas establecedores de Babilonia (2300-2100 a.C.), “Shaamash” llegará a atesorar el sentido esencial de “La Justicia”. Hasta Shaamash alarga su mano el mismo Amurabi (el Amorrita) para recoger de su don las varas de medir, símbolos de Autoridad y de Justicia. El lector se preguntará sobre este doble salto geográfico y civilizatorio del término, pero recordemos al respecto que fueron los amorritas pobladores de las estepas norteñas de Mesopotamia quienes establecieron en Ashur a sus dinastías regentes -véase el temprano Shamshii Hadad, 1814 a.C.- , y de ahí la presencia de Shaamash tanto en Asiria como en Babel.
II. Adopción hebrea del monoteísmo cananeo y apropiación particularista
No es extraño que, por su parte, los hebreos “abrazaran” a El con
bastante tardanza: pues concebir a El es el correlato de sedentarización
y agricultura, y, con ellas, de la dependencia productiva y
social-reproductiva respecto del cielo y sus fenómenos; y lo cierto es
que los hebreos de linajes abrahámicos se sedentarizan “bastante tarde”
(en torno a 1000 a.C., en Canaan).
A partir de cierto punto transitivo hacia el sedentarismo, hay
constancia de que los hebreos, quienes llegaban cargados de politeísmo
previo (tal y como suele corresponder a las comunidades cazadoras,
recolectoras y pastoriles: la misma voz “eebri” alude a nomadismo),
gustan empezar a auto-denominarse “israel”. Tal punto de inflexión
ideológica fue mitificado en las tradiciones orales hebreas, y luego en
la Torah, con el pasaje del re-nombramiento divino de Jacob (Israel).
La voz “Israel” albergará en ese punto una cuádruple connotación, estando, por lo demás, interconectado el sentido de cada elemento:
“Familia de Dios” (en un sentido parenteral amplio: Osra-El);
“El que ha combatido con Dios” (junto a Dios);
“El que ha combatido con Dios” (el que se ha enfrentado a él, el que le ha desobedecido, el que le ha desafiado);
“Guerrero de Dios” (esta acepción entronca estrechamente con la primera de “familia”, pues la función “militar” es dimensión inseparable del sistema de relaciones en que se vinculan los miembros de la comunidad gentilicia, así que ser “familiar” de alguien significa indiscerniblemente ser su “guerrero” y “protector”).
No faltan las interpretaciones que sitúan la interiorización
teológica de El (Hadad-Mot) entre hebreos, en pleno periodo nómada
pastoril caracterizado por los varios itinerarios de cruce entre
extensiones peninsulares. Tampoco faltan -vistas las transformaciones
escritas posteriores que forman parte del acervo judaico-, las imágenes,
las metáforas, las expresiones…, que avalarían esta hipótesis (el
cordero de Dios, la relación obviamente pastoril entre el Dios-Pastor y
su pueblo-Rebaño, el “remanso de paz” buscado, los requerimientos
sacrificiales de una cabeza de ganado transcritos ya en los primeros
pasajes de la Torah, el ritual ancestral hebreo del holocausto,
consistente en quemar rebaños enteros como acto sacro -sacrificio-
conciliatorio, etc.).
Para dar todavía un giro de tuerca a la incógnita, no podemos dejar de recordar la inexistencia de consenso científico respecto del motivo material-subsistencial de la entrada hebrea en Canaan, afirmando, algunos investigadores, que los hebreos de “Abraham” habían llegado a recolectar, mientras otros los caracterizan, a su llegada al “Levante” mediterráneo, como bandas -y no tribus- de “puros” cazadores-recolectores ajenos a pastoreo por aquel entonces.
III. Hebreos: ¿un pueblo?
Recalco el epíteto de “abrahámicos”, o “de Abraham”, porque no son
extraños los filólogos y los etimólogos postulantes de la siguiente
tesis: “hebreo” designaba lingüísticamente, en principio, nada más que
una condición social-gregaria y “de modo de vida”. Al decir de estos
investigadores, se era “hebreo” -en un principio de significación- con
arreglo a practicar colectivamente unas u otras artes de subsistencia
(caza, recolección, domesticación y pastoreo…) ligadas al nomadismo y al
despliegue ocasional o estacional de campamentos, en “contraposición” a
un entorno marcado ya desde antiguo por el poblado y luego por la
ciudad (Ugarit no es ya un mero poblado neolítico sobre el 8700 a.c., y
por ahí andan Urshalem, Jericó y otras ciudades. Alepo -la Yamhad de los
amorritas-, no tarda mucho en desarrollarse y complejizar su
estructura…).
Por tanto -y siempre al hilo de estas tesis-, quienes fueron llamados
en un principio “hebreos” no conformaban UN “pueblo” y ni mucho menos
coincidían en UN conjunto de rasgos de idiosincrasia, ni idiomáticos
tampoco. Habrían encarnado, por el contrario, un concepto “difuso”
referido a tribus, agregaciones y bandas en muchos casos sin ninguna
relación entre sí, ni objetiva ni inter-subjetiva (ni de origen, ni de
distribución de producto, ni tampoco de paso por itinerarios comunes…).
Era el ojo del “ciudadano”, del poblador o del aldeano sedentario
aquello que los “unificaba” en el imaginario social, al contrastarlos
con el “umran hadari” propio (Ibn Jaldun) y al no pocas veces ver en
ellos y en sus rebaños “irrumpidores” una “distorsión” o una “ruptura”
de apacibilidad y de orden.
Debido a todo esto, me gusta precisar adjetivizando con mención al
mito “abrahámico”, cuando hablo de las comunidades hebreas que se
instalaron en Canaan, pues la realidad “hebrea” fue más amplia y sobre
todo fragmentaria.
Sea como fuere, la genealogía de noción de Dios Único, al que se alude evocando su “elevación”, está, entre los semitas primero levantinos y más tarde mesopotámicos, tanto como entre los sumerios no semitas hasta su auténtica fusión de descendencia con los acadios, eminentemente ligada a la aparición de la agricultura. Lo que no obsta en modo alguno para que los hebreos, quienes permanecerán pastores nómadas aún por milenios, pudieran haber adaptado esa Super-Estructura teológica a su cosmovisión referencial.
En cualquier caso, la etimología de “hebreo” reside en “los que
cruzan; los que atraviesan”, pura alusión a nomadismo (obsérvese
“cruzar, atravesar”: “aabara/iabiru” en árabe moderno, respectivamente
pretérito y presente de la 3ª persona del singular, siendo aabri el
participio activo).
Mientras “Abraham” a su vez, nombre mítico donde los halla, alude a “Quien los cruza; Quien los conduce a través de”, tradición recogida en la suposición torahica de viaje desde Ur (Sumeria) a Canaan -siglos XI o X a.C.-, tránsito en el que puede haberse desarrollado ya ideología de relación con El, transfigurada en esos manuscritos babilónicos como relación con Yahvé o Jehová (JHV en las estelas hebreas halladas en moabita, alfabeto que los hebreos aprendieron en Canaan). En este aspecto teológico hebreo de El o Il, toda la tradición, toda la “memoria” re-contada y toda la efusividad rabínica, no valen lo que vale el testimonio de una fría “huella” escrita o material-representativa, siendo lo cierto que no las hay relacionadas con aquel presumido “viaje desde Ur” (y ni tan siquiera las hay respecto del propio “viaje” bíblico desde Sumeria, y no digamos ya de la pre-existencia hebrea en Ur -inverosímil para pastores y recolectores-, por mucho que se detalle en la Biblia el paso de Abraham por Alepo).
Mientras “Abraham” a su vez, nombre mítico donde los halla, alude a “Quien los cruza; Quien los conduce a través de”, tradición recogida en la suposición torahica de viaje desde Ur (Sumeria) a Canaan -siglos XI o X a.C.-, tránsito en el que puede haberse desarrollado ya ideología de relación con El, transfigurada en esos manuscritos babilónicos como relación con Yahvé o Jehová (JHV en las estelas hebreas halladas en moabita, alfabeto que los hebreos aprendieron en Canaan). En este aspecto teológico hebreo de El o Il, toda la tradición, toda la “memoria” re-contada y toda la efusividad rabínica, no valen lo que vale el testimonio de una fría “huella” escrita o material-representativa, siendo lo cierto que no las hay relacionadas con aquel presumido “viaje desde Ur” (y ni tan siquiera las hay respecto del propio “viaje” bíblico desde Sumeria, y no digamos ya de la pre-existencia hebrea en Ur -inverosímil para pastores y recolectores-, por mucho que se detalle en la Biblia el paso de Abraham por Alepo).
Obsérvese, respecto de esa última derivación onomástica, que el
participio activo (quien realiza la acción) es artificialmente
“actualizado” como “aabri” en idioma árabe moderno según un patrón
estándar (-aa-i) de aplicación al verbo. Pero en las sucesivas variantes
levantinas (cananeo y sus dialectos fenicio, ugarítico, hebreo…) del
tronco lingüístico semita, este sonido de “A larga” había sido realmente
“Ee” para muchísimos vocablos. Y lo continuó siendo con la
extensificación del árabe y su aprendizaje, preservándose esta
pronunciación hasta hoy y siendo audible por ejemplo en el árabe de
Líbano, palestino y sirio-litoral.
De todos modos, Abraham es “Ibrahim” en árabe, siendo aquí el lexema “Ibra” un participio activo, y, a su vez, siendo el sufijo de 3ª persona plural, “-him”, alusivo a “ellos” (quienes son cruzados, llevados), mientras que la palabra árabe “ibra” significa hoy “inyección” (que atraviesa la dermis). Por su parte el castellano, pleno de influencia léxica árabe, presenta la palabra “enhebrar”, referente a atravesar con el hilo el ojo de la aguja, así como la palabra “hebra” de hilo (para coser, en el tejido…).
El mencionado “encuentro” hebreo de El (aconteciera éste durante la
sedentarización o bien desde antes) será condición permisiva para el
posterior desdoblamiento de Dios en Yahvé (dios de la lluvia, de la
bonanza estacional, del crecimiento de los cultivos…), paso ideológico
que, como ya explico arriba, había sido dado antes por varios otros
Grupos Humanos peninsulares, y que parte de recoger la dialéctica
primigenia Hadad-Mot y re-formularla, re-nombrarla…
Quizás la diferencia/disrupción que los hebreos representaron en este aspecto, resida en haber conferido a El una identidad particularista, en “virtud” de la cual El pasaba a ser concebido como benefactor, interventor, censor, castigador, director, salvador, conductor, Pastor… de “su Pueblo” y para su Pueblo. Es decir: los hebreos llegan a renegar de la premisa de -por así llamarla- “Universalidad” de El, enunciando que éste es SU Dios porque a ellos ha elegido.
Llegados aquí hay que advertir: esta creencia particularista no debe ser confundida con la posterior tergiversación rabínica introducida desde Babilonia tras la migración de la élite israelita desde Palestina. Aquello que los rabinos introducen desde “su exilio” es la idea de “Pueblo Elegido” en un sentido Supremacista y de Destino dominador reservado por Dios a su Pueblo si este último sabe cumplir virtuosamente con su voluntad y plegarse a “lo que debe”.
Mientras que, en cambio, para los hebreos, la relación particular establecida -la Alianza- no había significado, en un principio, Supremacismo, sino la delimitación de una relación exclusiva con SU dios (sin entrar ni salir en la cuestión de deidades terceras y de la relación particular que ellas pudieran establecer con Grupos Humanos terceros). Se hubo tratado, pues, de un particularismo no monoteísta estricto sensu, sino “de monolatría”, pero que, en cualquier caso, irá cambiando en el intervalo histórico entre el “tiempo de los Profetas” y el “tiempo de los Jueces” (Rabinos), y culminando en la invención sacerdotal (rabínica) de una vengativa especie de “particularismo hegemonista”.
IV. La noción de El colonizada por la noción de Jehová
Por otra parte, en medio de este tránsito entre periodos había tenido
ya lugar en la conciencia colectiva de los hebreos, la identificación
(con-sociación) entre Yahvé y El, siendo así que aquella deidad que
había sido concebida como, por así definirla, “la mitad de El”, llega a
tomar su lugar en la conciencia y a ser representada Dios (en tanto que
tal). De modo que el cambio teológico experimentado por los hebreos
puede secuenciarse, a muy grandes rasgos, como sigue:
1) Nomadismo y correlativamente politeísmo, con toda probabilidad totémico.
2) Interiorización de El y auto-percepción gentilicia como “isra-El”
(el parentesco, o la gens, de Dios) y en lo sucesivo como “benei israel”
(hijos de “israel”): exlusivismo o particularismo NO hegemonista
respecto de otros Grupos Humanos. Puesta de El (“el que posee elevación;
el que está elevado”) en su duplicidad de Hadad (Yahvé) y Mot
(probablemente Moloch en principio, y luego Shitán).
3) Identificación de Yahvé con Dios (equivalencia Yahvé-El).
Yahvitismo pre-judaico (continuidad del paradigma de exclusivismo NO
investido de “vocación” dominadora: Yahvé, o JHV, es el Dios
“identitario” y diferencial de Israel).
4) Ruptura de la divinidad: divorcio del polo “entrópico-negativo” de
Dios respecto de Dios mismo (en otras palabras, Yahvé, o JHV, deja de
ser también Shitan en sí mismo). Así pues, el Principio de esterilidad
(Mot) re-aparece en la Torah como anti-divinidad; ángel caído. Aun con
ello, obsérvese la reminiscencia de la concepción dialéctica “unitaria”
precedente: pues Shitan es presentado al fin y al cabo como antiguo “ser
de Luz”, y además el más luminoso (en la Torah, Génesis: “el que porta
luz”, “el envuelto de luz”, que la refleja, “el que brilla”) de entre
todos los ángeles (“ángel”: “ankh-El”, o “vida de Dios”).
Pero lo más importante de este periodo de judeo-supremacismo incipiente es que: se opera un cambio diametral en la forma de concebir el particularismo de relación entre Dios y “el Pueblo de Dios”. Puesto que tal particularismo había aflorado y se había desarrollado como antítesis al “universalismo” inherente a El tal y como había sido concebido por los Pueblos que lo habían interiorizado antes. Tal particularismo, o exclusivismo, poseía unas repercusiones y unas vinculaciones puramente endógenas, es decir, para los mismos israelitas.
Por el contrario, el particularismo tal y como se expone en el
judaísmo primitivo (Torah), es un particularismo de vínculos universales
con la humanidad (particularismo jerarquizador): gentiles de un lado, y
judíos de otro, quedan vinculados por la estructura política de
subordinación que articula sus Destinos respectivos. Por eso los
requerimientos y exigencias dispuestos por Yahvé son de orden muy
distinto en función de ser judío o de ser gentil. Pues también difiere
cualitativamente aquello que Yahvé dispone para a los unos y para los
otros, y, aunque un gentil pueda hallar salvación, siempre y solamente
la hallará: primero, de acuerdo a un Destino servil ante el judío en el
orden terrenal futuro “paradisíaco” para los judíos, y, segundo, si ha
servido en vida a la consumación de los propósitos judaicos (tanto
profanos y nada “trascendentales” como post-Armaghedon) y ha obrado
“para bien del judío”. Ateniéndonos a lo expuesto y expresando el
proceso como secuencia dialéctica, la cosa queda así:
TESIS: Universalidad de El, Il, Elah, Aali, Il.lah, En, Anu… para los Grupos Humanos del Creciente Fértil.
ANTÍTESIS: Exclusivismo hebreo de tipo endógeno (El, Dios de su “osra”, o “israel”, y luego Yahvé o Jehová (JHV).
SÍNTESIS: exclusivismo judeo-testamentario (Torah) con proyección universalista, pues se trata de un particularismo que se pretende Principio ordenador de la estructura de relaciones en el seno la humanidad según el dualismo político judío/gentil.
V. Complejización de la totalidad dialéctica Hadad-Mot en el imaginario gentilicio de la región
Los sumerios desdoblarán aquella dimensión productiva/ germinadora/
afloradora/ exuberante/ arrolladora/ turbulenta (Hadad, o Enki para
ellos), parte de lo divino, en dos sub-dimensiones consecutivas,
respectivamente femenina y masculina: Inana-Damuzi.
Inana será evocada como Ishtar en Babilonia y por los cananeos como
“Astarté”, al tiempo que Damuzi (contracción fonética de Damu-zi-Abzu,
literalmente “el buen hijo del Agua”) es el Baal de los cananeos
(fenicios) y fue quizás de los ugaríticos antes que de nadie. Baal:
deidad de la lluvia, de los cauces torrenciales, del relámpago, de la
tormenta… (“El Auriga de las nubes”, “Maestro de la tormenta, lluvia y
tierra”), “aunque” es al mismo tiempo deidad solar (fuerza del sol,
capacidad fecundadora, irradiación vital y “educación” sobre la vida en
expansión, etc.). Todos ellos, atributos en coherencia con el papel que
el imaginario contextual le reserva: subdimensión masculina del Hadad,
mientras a Astarté se le atribuye el reverso “no tempestuoso” de
florecimiento, templanza, equilibrio, calidez, fertilidad, etc.
Dicha subdimensión masculina del Hadad-Enki, subdimensión “encarnada”
en Sumeria por Damuzi (“el buen hijo”), será llamada Tammuz por mera
derivación fonética en Acadia. También, por extensión de influencia, en
Babilonia, donde An sumerio (Dios) es Marduk. Varios siglos después,
ciertas localidades costeras cananeas (caso de Gib’ el) desarrollan para
esta misma noción el nombre “Adon”, de quien los griegos harán
transfiguración mitológica (Adonis). Desconozco en qué medida las tribus
hebreas acogieron a Adon en su propia cosmología, pero, presente ya en
la Torah, sí pasará a formar parte del judaísmo (Adonai: Adon-ai, “Mi
Señor” o “Señor Mío”).
Hay que señalar, sin embargo, que la concepción de Baal atraviesa
unas modificaciones que culminan en su asimilación con El. Este proceso
último ha dejado registro onomástico, siendo, por ejemplo, el mismo
nombre, tanto el nombre arameo “Manuel” -Ma/nu/El: “Con nosotros sea
Dios”-, como el nombre cananeo Manibaal -Ma/ni/Baal: “Con nosotros sea
Dios”. En un caso más del modelo de cambio del fonema “a” por “e” en
extensiones enteras del arco mediterráneo levantino, Baal era
pronunciado Bel por cananeos y otros pueblos litorales, siendo que hoy,
sin ir más lejos, en las zonas costeras sirias y de la cordillera
litoral, el citado “Manibaal” se pronuncia “Manibel”. Igualmente, los
nombres cananeos luego hebraizados acabados en -bel como Isabel,
Jezabel, Anabel, hacen por supuesto nombramiento a Baal.
Más adelante, “Baal” será incorporado en Asiria: así “Ashuurbanipal”, o Ashuur-bani-Baal (“Asirio, hijo de Baal”, donde Asirio = A-sirio = El sirio. Por tanto, “El sirio, hijo de Baal”). O también “Ashuurnasripal”, esto es, Ashuur-naaser-Baal (“Asirio Baal Salvador”, o tal vez “Asirio que da a Baal la victoria”). Más tarde aún, vemos preservarse en la colonia fenicia de Cartago la noción fenicia de Baal indistintamente asimilado a Dios. Así: “Anibal”, o “Hanni-Baal” (“Gracia, o Dicha, de Dios”).
La aludida “colonización” de la concepción de Dios por la concepción
“holística” de Baal, portó en sí el reverso de que Baal “proliferara” en
la conciencia colectiva mediterráneo-levantina como mil facetas divinas
distintas (aunque esto no deba confundirse con politeísmo). Así, Baal
Zebaab (Dios Señor de las moscas, el Demonio Belzebub o Belzebú en la
inversión valorativa típicamente judeo-cristiana posterior). O Baal Bek
(Dios Señor del valle de Beca).
Muy anteriormente, al Oriente septentrional de Mesopotamia El, An, En
hubo sido nombrado Ashuur, que proviene del vocablo “shar” (señor), al
que la aposición prefijada “a” o “al”, que queda fonéticamente adherida
como “as”, determina a la vez que resalta y provee majestuosidad,
quedando de ese modo Ashuur como “El Maestro”, “El Señor”. Los asirios
llevarán el nombre que a Dios dan, hacia su propia auto-denominación
(asirio, ashuur), así como a la tierra que pueblan y dominan (el país de
Ashuur, de Assur o de Athur: el país de Dios, y, por extensión, de los
asirios, ashuuri, señores).
Puede hoy desgranarse aquella raíz “shar” de entre significantes como: “shar” (poeta), “saaiyed” (señor), “saiid” (feliz), “asiira” (tribu, comunidad gentilicia), “ashiira” (“señora de”, compañera afectiva, quien se incorporaba en su presencia, y aún llega a incorporarse, a la familia o al parentesco del marido por la institución antropológica de patri-localidad), Ashuuria (Asiria, es decir, As-siria, La-Siria) o, sin ir más lejos, Suuria, Suriia (Siria).
VI. Algunas especulaciones socio-lingüísticas
Cabe preguntarse si la raíz asiria no habrá llegado de algún modo
hasta el castellano (señor) y el inglés (sir). También si acaso la raíz
no mantendrá cierta relación con la raíz sánscrita primigenia (ar:
“señor”) quizás de la mano de inter-conexión lingüística sumeria (la
lengua sumeria parece ser indo-europea). No en vano, la voz “Ashuur” fue
también la voz “Athur”, “At-hur”, mientras la raíz védica y ario-irania
resuena directamente en las lenguas germánicas antiguas como el sajón,
habiendo anclado por supuesto en la lengua alemana moderna (her:
“señor”).
También se halla “ar” en la médula de designaciones alusivas a
comunidad gentilicia territorial entre pueblos de lengua indo-europea
(véase “ar-io”, véase el céltico “Eire” o véase Irán). Aunque es
sobradamente conocida la historia del predicador Arrio y su tarea de
cristianización primitiva, bien puede tratarse de un nombre mítico, y lo
cierto es que los primeros germanos cristianizados se llamarán
“arrianos” (creyentes del Señor), siendo posteriormente declarados
herejes por la Iglesia en plena campaña sacerdotal de deificación de
Cristo (aunque la misma oración católica del Credo había sido primero un
rezo del arrianismo).
Por otro lado, quizás pueda establecerse “shar” en el núcleo etimológico de la voz indoeuropea-latina “Ser” en sus acepciones filosóficas de substancia o de coseidad, tanto como de esencia material objetiva de la existencia (ya he señalado que, a propósito de todo esto, quizás fuera el sumerio indo-europeo primitivo el elemento activo influyente en la fragua de la raíz “shar”).
VII. Ritualidad, simbolismo y más derivaciones socio-lingüísticas
El rito babilonio de fertilidad consistente en celebrar el
acogimiento-contención-comprensión-inseminación-fecundación de Ishtar
(Inana) por Marduk (An) será figurado en forma de estrella (estrella de
Ishtar), donde el triángulo con vértice único ascendente representa a
Marduk y el triángulo con vértice único descendente representa a Ishtar.
Este símbolo “viajará” a Canaan como estrella de Astarté, y los hebreos
no la adoptarán hasta milenios después (cuando su sedentarización ya
avanzada en Canaan), junto a muchos otros componentes culturales y
religiosos cananeos (ya “fenicios” en la voz lingüística griega).
Así, por ironías de la historia (y sobre todo de la historia política e ideológica), la estrella de Ishtar-Astarté, “interiorizada” en tiempos del Rey israelita David (una prueba más del sincretismo imperante en el yahvitismo pre-judaico), ha pasado a verse como patrimonio judío por antonomasia.
Paralelamente, el sufijo “-Ki” sumerio añadido a En (El) y designador
(Enki) del aspecto productivo, fértil, de riego, de lluvia, creativo,
inseminador, fecundador-conceptivo…, dentro de la dialéctica interna de
lo divino, es una partícula que pareciera haberse incorporado hasta al
japonés (donde Ki es energía vital). Recordemos que el japonés es un
idioma uralo-altaico, y que, en cualquier caso, los sumerios, llegados a
la Mesopotamia meridional desde los valles caucásicos y la Persia
Extremo-Septentrional, hablaban una lengua No semita.
Sin embargo, es obligado hacer notar aquí que podemos estar ante un
caso de mera homofonía, pues la concepción en torno a la energía de la
vida (Chi) perteneciente a la cosmovisión china tiene todos los números
para ser el regazo del Ki japonés (probada es la honda influencia
histórica de China sobre Japón en campos variopintos, entre ellos el
filosófico, la comprensión del cuerpo y de su relación con las fuerzas
rectoras de la vida, etc.).
Y, aun así, es lícito preguntarse si acaso el Chi no hubo bebido por
su parte del planteamiento sumerio que identificaba como agua la Physis
organizativa de lo real, habiendo sido China “mera” bisagra entre
Mesopotamia y Japón. Al fin y al cabo, la Fuerza Productiva matricial
común fue el agua y la necesidad de apurar su potencial de
abastecimiento social-reproductivo. Fue éste el ariete material a partir
del que va engarzándose la estructuración social de la producción (Modo
de Producción llamado despotismo asiático o hidráulico). La
representación mesopotámica centrada en un Principio vital fluido,
auto-conformador y polifacético, que todo lo atraviesa y en todo queda
(Ki), debió sin duda de entroncar con facilidad en ese otro contexto más
oriental, donde también era el agua -su encauzamiento y gestión
organizativa- la base de la continuidad social (y por extensión “de
todo”, “del mundo”, en el imaginario de las comunidades cuyo ser social
mismo dependía de la socialización del agua). Quizás esta idea
deslizante de Ki se deslizara hacia China (el Chi del taoísmo), y
fluyera luego con el curso de la historia imperial continental hasta
empapar a Japón regando el afloramiento del concepto de Ki como la
fuerza, el espíritu, el ánimo ínsito al movimiento de la materia, que se
sucede como Karma, o auto-determinación de causas-consecuencias.
VIII. Hebreos abrahámicos: realidad y fabulación testamentaria
No se sabe a ciencia cierta si Abraham existió con tal nombre, o si
el suyo es la denominación mítica cuyo sentido he diseccionado antes.
Puede que no designe “más” que al típico mito de origen (épico o
epónimo), al uso entre muchos Grupos Humanos nómadas tanto pastores como
cazadores-recolectores, y que se centra en un héroe quien “contra
viento y marea” vence una serie de obstáculos interpuestos, procurando
la fundación de la comunidad y asegurando su pervivencia. Este tótem
(constante antropológica para estos grupos en una u otra parte del
mundo) encarna la totalidad de la comunidad y a sus relaciones
(presentes o pasadas) de fraternidad genuina afirmadas sobre la base
material de la no separación social de clase.
Sea como fuere, las tribus hebreas “abrahámicas” pisaron Canaan y se
asentaron en esa tierra a caballo entre los siglos XI y X a.C., es
decir, muy posteriormente a los indicativos cronológicos que se reflejan
en la Torah (2000-2100 a.C según algunos interpretadores), y que
tuvieron sin duda la intención falsificadora de presentar una
“confluencia” entre la presencia hebrea y la civilización cananea
anterior, haciendo parecer que los hebreos hubieran sido una de las
“fuentes aportativas” a la maduración de esa civilización.
Por lo demás, los hebreos en sedentarización más o menos inicial no
pudieron haber sumado más de unos cientos de personas, tal y como enseña
la Constante antropológica relativa a las formas de agregación
inter-tribal nómada (Constante determinada por factores materiales como
ecología/demografía, movilidad, recursos, Fuerzas Productivas tales como
el ganado, etc.).
En Canaan -y contra el mito de la “pureza de sangre”, de la endogamia
y tal…, que el judaísmo testamentario ha cernido sobre los antiguos
hebreos-, estos se mezclaron con moabitas, amonitas, amorritas,
cananeos, arameos, edomitas…, validándose así la institución
antropológica de “toma de mujeres” e incorporación de éstas a la gens
como acto -de don, de ofrenda o de intercambio- que inaugura la relación
humana de socialidad entre comunidades gentilicias distintas.
Contra la creencia común de “hebraicidad”, Raquel (Raq-El, “delicadez de Dios” o “claridad de Dios”, o “ternura de Dios”, o “simpatía de Dios”, o “compadecimiento -en sentido de solidaridad- de Dios”) , Sara, Rebeca, Ana (Hana, “Gracia”, “felicidad”), Elisabeth (“El salve a nuestra casa”)…, son nombres arameos, aunque incorporados al acervo hebreo dado la práctica de unión con mujeres arameas. La Torah misma habla del caso de Sara y de cómo Abraham la hizo su esposa. Recuérdese también que Moisés se casa con la hija del sacerdote cananeo Ra’ u’ el, quien -siempre según la propia narrativa de la Torah- lo acoge en la ciudad de Mediah cuando Moisés llega prófugo de Egipto, hasta que el hebreo decide volver al país de los Faraones.
Se cuenta en la Torah que Abraham y sus tribus llegaron a poner pie
en Jerusalén (la cananea Salem, tal y como la ciudad es nombrada en esas
páginas), hallando ceremonioso recibimiento de pan y vino por parte de
su Rey Melchizedek, quien bendijo a Abraham. Este monarca, atesorador de
altas funciones teocráticas, es presentado por la Torah literalmente
como “el Sacerdote del Supremísimo Dios” (o sea, de El), mención que por
sí nos muestra reminiscencias de la extendida creencia en El, Il,
pervivientes hasta en la Torah.
Con el paso del tiempo, los hebreos aprenderían de los cananeos
escritura, numeración, idioma (el hebreo, como el fenicio, no es otra
cosa que un derivado dialectal del cananeo), aspectos de cultura
material como la producción con metales…, y por supuesto el fondo
religioso característico de Canaan.
Parece, como mínimo, “poco verosímil” que ese escaso número de seres hubiera podido jamás “forzar” su implantación espacial en medio de un contexto material y guerrero muy superior al suyo propio, y todo indica que “se les dejó estar”. Arraigaron por siglos a lo ancho de un área cifrada por la ciencia arqueológica en 16 km2, llegando con el tiempo a fundar un reino unificado (Judea al sur e Israel al norte) no mucho más extenso durante este periodo de unión política.
Desde luego, la realidad cae aquí muy lejos del “fabuloso” (de fábula) Israel bíblico, descrito en la Torah como extensión desde el Negev al sur y lindando al norte con el llamado “país de los cedros y el incienso” (Líbano) para englobar incluso ciudades como Sidón y Tiro.
No digamos ya si la realidad se compara con la fantasía de “Salomón
Rey de Reyes” llegando a dominar y a obtener supeditación desde el Sinaí
al oeste y Elam al este hasta Sheva (Sava) al sur, pasando por Asiria.
Con este cuento los Jueces escritores de la Torah pretendieron sin duda
dar “carta de naturaleza material” al mito de la promisión yahvítica del
“Eretz Israel” a Abraham en el monte Sión, dándose a entender que
durante un tiempo histórico interrupto la “herencia” había ya empezado
ha hacerse realidad.
IX. Secularización pseudo-científica sionista de la ficción antiguo-testamentaria
El sionismo secular “modernizaría” esta invención a través de la
aplicación de su particular pseudo-historia, pseudo-arqueología,
pseudo-etnología…, agitándola como bandera ante mentes “no teocéntricas”
o escépticas, pues así pretendía poder dar a sus ambiciones
territoriales políticas un “fundamento” no necesariamente teológico,
sino “histórico” (si es que a tales “escépticos” podían bastarles las
ocurrencias escritas de unos rabinos, con todo el respeto para ellos,
acompañándolas, eso sí, de todo un aparataje de pseudo-investigación
pagado por el Congreso Mundial Sionista).
Para más inri, el diminuto reino atravesó por sucesivas vicisitudes
de fragmentación, en cuya relación las desavenencias teológicas jugaron
un papel no menor. Los israelitas del norte (samaritanos) valoraban, en
no pocos casos, como una farsa el supuesto “arca de la Alianza”
supuestamente sita en Jerusalén, mientras otros entre ellos exigían que
ésta fuera trasladada a su “legítimo lugar”, Samaria, negándole a
Jerusalén ser “el centro de sacralidad”.
Estos septentrionales fueron siempre enemigos declarados e irredentos
de la tribu hebrea de Yahuda (nombre masculino en honor de Yah, o JVH)
cuyos miembros tenían la hegemonía en el sur. De ahí el nombre de “su”
Reino, Judea, y de ahí también su evolución hacia el gentilicio “judío”
con que los romanos designarían a los habitantes de ciertas áreas de
Palestina, concretamente a los pobladores de la región administrativa de
Judea dentro de la Provincia romana de Palestina (dividida
administrativamente en Judea, Galilea y Samaria). Ello sin que esa
aplicación gentilicia regional significara per se -oh, gran y espeso
error, que “ha traído cola” histórica- atribuirle judaísmo de creencia a
la persona o al grupo específico.
Ambos grupos de “benei israel” (“hijos” o descendientes de “la
familia de El”; o Dios) conocieron más guerra que paz entre sí hasta que
David los “liga” en unificación política, convirtiéndose en primer Rey
del Reino de Judea e Israel (aunque se le llama “Rey de Israel”), cuyo
legado recoge y consolida Salomón (Shlom-o, o “Pacificador”).
Cuenta la Torah que Salomón mandó construir un suntuoso templo en
consagración a Jehová. Y en esas páginas mismas se cuenta que el Rey
solicitó la labor de orfebres fenicios, quienes eran además duchos en el
trabajo de ornamentación con marfil, mármol, madera… Pero lo que la
ciencia arqueológica puede decirnos de momento, difiere
substancialmente: hay Registro Material de que el famoso templo de
Salomón, hoy en el subsuelo bajo los cimientos de la mezquita de Al-Aqsa
en Jerusalén, fue consagrado a Moloch y a Baal, divinidades cananeas de
las que hemos hablado antes, y cuyo culto y creencia las tribus hebreas
habían asumido.
Esta comprobación es todo un mazazo para quienes, ya a partir de la
Torah como médula del judaísmo testamentario, establecen poco menos que
una equivalencia entre yahvitismo diferenciador e historia “evolutiva”
de la teología de los hebreos (y se trata de un mazazo redoblado si se
tiene en cuenta que en plena época salomónica la historia hebrea en
Canaan estaba ya bastante avanzadita). En cualquier caso, ahí queda el
dato.
Por supuesto, hay arqueología y arqueología, y en Palestina, hoy y
por lo menos desde la creación del Estado de Israel (1948), hay
arqueología para dar y vender, nunca mejor dicho. Palestina aloja en
nuestros días por lo menos dos veces más excavaciones, proyectos,
prospecciones, investigaciones, actividad en yacimientos…, que
cualquiera de los demás “núcleos fuertes” arqueológicos del Planeta
(China, Siria, Irak, Irán, Turquía, Asia Central, México, Andes,
Indostán, etc.). Ni que decir tiene que la abrumadora mayor parte de
esta actividad tiene lugar bajo la promoción del aparato sionista (y a
su completo servicio), o del sionismo internacional y/o de su poliédrico
“mundo académico” desplegado a lo largo y ancho del Mundo. Ellos
“demuestran” todo lo que a priori tengan establecido “hallar” y
“probar”.
Una de las “maravillas” provistas por la arqueología sionista (o cripto-sionista, o filo-sionista…) se revela en la “sustentación” del famoso “cautiverio” en Egipto y luego del famoso “éxodo” desde el país de los Faraones, “hechos” de centralidad en la Torah.
Desde luego, los egipcios, en su rivalidad con los hititas por
hacerse con la definitiva hegemonía geopolítica, penetraron en Canaan y
rebasaron Jerusalén (Ur Shalem, o “ciudad de la paz”, que hubo sido
fundada alrededor del 8000 a.C por un pueblo semita remoto, los
jebuseos). Los ejércitos faraónicos continuaron hacia el norte y
expandiéndose hacia el Este, hasta librar con los hititas la célebre
batalla de Qadesh (en torno al 1300 a.C.). Qadesh había sido una
ciudad-Reino amorrita que data por lo menos del 4000 a.C.
La contienda tuvo lugar en los rebordes (y algunos investigadores
sostienen que también sobre las aguas) de la enigmática e irrepetible
laguna verdescente homónima, emplazada en la Siria actual. Hay Registro
científico de que los egipcios hicieron prisioneros a su paso por la
región, tal vez entre los hebreos tanto como entre otras gentes. Parece
ser, por lo demás, que el rapto no fue hecho “a la avalancha”, sino
seleccionando determinados elementos, quienes serían puestos luego al
servicio del Estado.
Sin embargo, no hay constancia arqueológica (ni paleográfica egipcia
ni por parte de ningún otro “grupo protagonista” de la escena, como los
mismos hititas) relativa a lo que se dice “cautiverio”, ni a la
deportación ni presencia masivas de hebreos en Egipto. Tampoco la hay,
por ende, de “éxodo” masivo o “popular” alguno, lo que no es óbice para
que al tal Moisés y a otros posibles deportados y colaboradores en la
Corte faraónica, se les acabara dando libertad en uno u otro momento.
No cabe duda científica, principalmente, de que los hebreos hechos
reos no lo fueron en Canaan, más que nada porque desde que la campaña
egipcia se produjera, tendrían aún que transcurrir mínimo tres siglos
hasta que los hebreos empezaran a poner pie en Canaan. Esto no obsta
para que efectivamente los egipcios hubieran capturado nómadas hebreos
asentados transitoriamente en franjas más orientales de “la Siria
natural”, o inmersos en sus rutas e itinerarios de apacentamiento.
Desde luego no hay constancia, por otra parte, no ya de la apertura
en canal del Mar Rojo por voluntad de Jehová para dar paso a su “Pueblo
Elegido”, sino tampoco de la épica “travesía por el desierto” de Egipto.
Travesía que, dadas las circunstancias, pudo haber dejado algún tipo de
Registro Material en concepto de restos de cuerpos, puesto que algunos
de “los hebreos perseguidos” debieron de perecer durante la penosa huida
sin apenas agua ni alimentos (por mucho que la generosidad de
Yahvé obrara la providencial lluvia de Maná).
Yahvé obrara la providencial lluvia de Maná).
Tampoco la ciencia puede ofrecernos nada en relación a la
pernoctación colectiva a la falda del monte Sinaí, donde Moisés habría
recibido de Jehová las “Tablas de la Ley” (¿O de EL?; ¿qué pensaban de
ello en aquel entonces los antiguos hebreos (o “isra-El”?). Monte Sinaí,
o “monte de la Luna”: “Sin” era llamada la luna, y la diosa de la luna
indistintamente, por ejemplo por varias comunidades gentilicias de la
Mesopotamia meridional; aún hoy los “árabes de las marismas” pescadores
de Shat Al-arab y otras zonas próximas, decoran los tejados de sus
viviendas -de ancestral procedimiento constructivo- con símbolos
semejantes a los símbolos acadio-sumerios relacionados con Sin.
Los Jueces artífices del judaísmo testamentario, y su Torah,
valoraron el mítico “acontecimiento” de recepción de esos preceptos, en
tanto que salto cualitativo en aquello que estos rabinos habían tomado
por relación diferencial entre Jehová y su grupo selecto de mortales
diferenciales (Yahvé, dios de israel, daba a sus favoritos los preceptos
escritos para que ELLOS los cumplieran y se prepararan así, a ojos del
“Justo Censor”, hacia ver consumado su Destino de Supremacía). Con ello
no estoy afirmando, ni muchísimo menos, que las gentes hebreas durante
el extenso arco histórico pre-judaico-supremacista interpretaran así ese
mito suyo.
En lo que a este punto último atañe, la ciencia, que no ha hallado tablas pétreas sino códices jurídicos escritos de la mano del hombre durante el periodo demarcado en una de las cinco secciones de la Torah (“Reyes”), vincula contenidos legales y normativos con el legado que, en unos y otros lugares, el Código de Hamurabi había sembrado.
Aunque, véase al menos una cualitativa diferencia: si bien el
Emperador babilonio -de Dinastía amorrita “sirio-occidental” que fuera
conquistadora de gran parte de Mesopotamia (de ahí el nombre Hamurabi
referido a gentilicio)-, había escrito: buen trato con los semejantes,
en cambio los “benei israel”, desde la labranza de su exclusivismo
característico, escribieron “Amarás a tu pueblo como a ti mismo” (y NO
“a tu prójimo” en abstracto y tout court, tergiversación cristiana
posterior de esa ley mosaica).
Dicho esto, de ningún modo la generalidad de las gentes hebreas
acogió ni interiorizó el sistema de ritos y creencias desarrollado ya en
el ocaso del siglo IV a.C. por los Rabinos (auto)devenidos Jueces a la
sombra del Imperio neo-babilónico, y cuya teología esos Jueces
exportarían a Palestina apadrinados por los invasores persas de
Babilonia, con quienes habían entablado alianza.
Sirvan de ejemplo los citados samaritanos, yahvíticos pero en modo
alguno judíos por ideología/religión (ni siquiera lo eran todavía en
tiempos de Jesucristo), y contra quienes los “exiliados” se emplean con
crueldad cuando entre los siglos II y I a.C. toman Canaan “a sangre y
fuego” (son palabras textuales de la propia Torah al narrar la campaña
de Josué, quien con su trompeta asola los muros de Jericó). De hecho, el
tendencioso “retrato” que de los samaritanos hace la Torah es
marcadamente “negativo”.
El autor es vicedirector de DIARIO UNIDAD
https://twitter.com/DifusionRebelde
@DifusionRebelde