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sábado, 6 de septiembre de 2014

GANEMOS, creando PODER POPULAR. Por Javier Parra

Por Javier Parra
Sirva este texto como aportación al debate que está viviendo la izquierda transformadora en los últimos tiempos, y desde el más profundo respeto y atención hacia los distintos procesos de convergencia que las distintas organizaciones políticas, sociales y sindicales están debatiendo en este momento en toda España.
Antes de nada quiero hacer notar el estado de desconcierto y confusión que existe entre las bases de la izquierda – casi sin excepción – sobre cual va a ser el resultado de dicho debate, y sobre todo cual va a ser el resultado del proceso de convergencia y la repercusión que este va a tener sobre las distintas organizaciones. Y eso sin hablar de las dudas y expectativas  que suscitan los próximos procesos electorales, o los temores despertados fruto de una posible reforma de la Ley Electoral por parte del Partido Popular, y ya veremos si también del PSOE.
Esta reflexión pretende poner sobre la mesa una propuesta que pudiera garantizar una serie de cuestiones:
-El respeto absoluto a los distintos y diversos procesos de convergencia que se están produciendo (Barcelona, Madrid, Málaga, etc…)
-La soberanía de las distintas organizaciones y el respeto de sus tiempos, reglamentos, programas, ideologías, y por supuesto de sus miembros.
-La participación real y permanente de Movimientos Sociales, Sindicatos, colectivos ciudadanos, etc. y no sólo de Partidos y coaliciones.
-La lealtad entre organizaciones y la creación de espacios de entendimiento, no competitivos sino colaborativos.
-La coherencia de una estrategia común en un marco de múltiples y diversas realidades políticas, sociales, nacionales y culturales en todo el territorio de nuestro país.
-Que el proceso de convergencia no finalice tras los procesos electorales y evitar que las contradicciones no resueltas impliquen un proceso de divergencia y ruptura posterior.
En un artículo anterior bajo el título “Ganemos España: en la calle, con organización y un programa de mínimos”, planteaba que más allá de los procesos electorales, era necesario construir un poder desde abajo, fortaleciendo cada una de nuestras organizaciones, el tejido social y los espacios unitarios en los que todos participemos. Esta reflexión va en ese sentido.
En este momento nos encontramos ante la proliferación de no pocas iniciativas surgidas al calor de GUANYEM BARCELONA, y que en distintas ciudades nacen bajo el paraguas de la marca/consigna GANEMOS. Incluso la Ejecutiva de Izquierda Unida ha planteado apostar por los distintos GANEMOS, algo que no poca gente ha interpretado como que IU se fundirá dentro de una nueva marca.
Ahora bien, ¿qué es GANEMOS? ¿hay una definición común de lo que es o de lo que debe ser GANEMOS? No lo parece. Es esta indefinición lo que genera la confusión y el desconcierto de la que advertía al principio de mi artículo, la cual es urgente resolver cuanto antes.
GANEMOS, más que candidaturas, espacios de contrapoder
¿Debe ser la apuesta principal de GANEMOS la de impulsar candidaturas unitarias en toda España? En mi opinión no debe ser la prioridad, aunque evidentemente no debemos descartar que en determinados lugares pueda establecerse un marco de entendimiento óptimo para plantear candidaturas electorales unitarias. Lo que no debe ser, desde luego, es la aventura de grupos que actúen al margen de las organizaciones sumándose a una moda y fomentando la fragmentación de las fuerzas de izquierda.
Más allá de candidaturas, es necesario construir espacios de confluencia con vocación de convertirse en Poder, no sólo con vocación de presentarse a unas elecciones. Hablo de crear espacios de contrapoder en los que participen de manera permanente partidos, sindicatos, movimientos sociales, colectivos, etc. que no reconozcan el actual régimen como legítimo y apuesten por superarlo; por convertirse en un Poder Constituyente.
GANEMOS no tiene por qué ser una candidatura electoral, sino un espacio donde las organizaciones no se disuelven, sino que mantienen su identidad y al que se incorporan nuevas organizaciones y colectivos de manera permanente en la medida éste que va mejorando su funcionamiento y acumulando fuerza real.
De este modo pueden proliferar espacios de confluencia como GANEMOS en lugares donde haya distintas candidaturas electorales, al igual que donde haya una candidatura unitaria, siempre con la vocación de superar a las propias instituciones y a la democracia limitada de ejercer únicamente el voto cada 4 años.
Y esos espacios de contrapoder sólo pueden conformarse en base a un Programa de Mínimos que todas las organizaciones políticas, sindicales, y movimientos sociales asuman como propio, sin renunciar cada una de ellas a su programa máximo. Y como punto primero y fundamental de ese programa, la ruptura con el régimen del 78 y con un régimen político y económico al servicio de las élites económicas y del poder financiero, y la apertura de un Proceso Constituyente.
Por tanto,de esos espacios de contrapoder no pueden en ningún caso participar quienes forman parte del poder y sustentan dicho régimen, entre quienes se encuentra, desde luego, el PSOE.
La vocación de dichos espacios, llámense GANEMOS o como se llamen, debe ser la de convertirse en un Poder útil para los propios ciudadanos, y llegado el momento incluso ser capaz de asumir la representatividad máxima de la voluntad popular. Esto haría posible, entre otras cosas, que el poder político tal y como lo conocemos se viera permanentemente sometido a la voluntad popular. Y para ello será necesario dotar a dichos espacios de la capacidad de elaborar presupuestos, impulsar referéndums, tomar decisiones que influyan positivamente en la vida de la gente, y canalizando permanentemente las reivindicaciones de los trabajadores y de las clases populares que llegan a través de partidos, sindicatos o movimientos sociales.
Si las instituciones no representan la voluntad ni los intereses de la mayoría social, los trabajadores y las clases populares; si han sido despojadas de capacidad de solucionar los problemas de la gente, y pierden paulatinamente su representatividad y hasta su legitimidad, es momento empezar a transferir el poder a otros espacios más representativos de dicha mayoría social. Hablo de poner los cimientos de unas nuevas instituciones, nuestras instituciones, y de construir una democracia al servicio del pueblo. Hablo de Poder Popular.

LaRepublica.es

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