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martes, 20 de marzo de 2012

NICARAGUA: Cero analfabetos! Retos y propuestas para la juventud. Por María Julia Mayoral

Nicaragua inicio un nuevo curso académico el 13 de febrero con dos desafíos a la vista: elevar el índice de escolaridad nacional a sexto grado de primaria y eliminar el flagelo del analfabetismo.



Por primera vez en 2011, el país incorporó a más de tres millones de habitantes a los estudios regulares, pero eliminar los rezagos culturales demandará tiempo y esfuerzo, sobre todo en el campo, donde reside aproximadamente el 80 por ciento de la población. A fines del año anterior, cifras oficiales dieron cuenta de un millón 807 mil 906 alumnos en los subsistemas de preescolar, primaria, secundaria y enseñanza universitaria; 905 mil 307 en educación técnica y 532 mil 641 alfabetizados que continuaban estudios. "Eso nos da una gran fe y una gran esperanza de que Nicaragua va a seguir venciendo, va a seguir superando los problemas, va a seguir dando la batalla para erradicar el analfabetismo, el hambre, el desempleo y la pobreza", dijo el presidente Daniel Ortega el pasado 15 de septiembre.



Pero las metas del gobierno para nada serán fáciles de conseguir: en el recién concluido V Congreso de la Juventud Sandinista 19 de Julio, el mandatario consideró que "la Revolución tiene una deuda histórica" por los altos grados de analfabetismo en áreas rurales. Hemos avanzado mucho en las ciudades; incluso, en algunas ya se acerca a cero el número de iletrados, "pero todo esto se ve afectado, cuando buscamos un promedio", sopesó el estadista. "En la montaña, en el campo, en algunas zonas de la región del Caribe, los índices de analfabetismo siguen siendo extremadamente elevados", comentó. "Y ahí se plantea otra gigantesca tarea para la juventud nicaragüense, para la Juventud Sandinista 19 de Julio. Y estoy seguro, muchachos, que ustedes sabrán cumplir con esta tarea de culminar la alfabetización hasta que no quede un solo analfabeto", subrayó.



EMPEÑOS TRUNCOS

Hasta finales de los años 70 del siglo XX, este país sustentó su desempeño económico en un modelo agroexportador que aseguró el crecimiento sostenido del Producto Interno Bruto; pero resultó incapaz de proporcionar más instrucción a la mayoría de los ciudadanos. La tasa de analfabetismo comprendía entonces al 51,2 por ciento de la población mayor de 10 años de edad, según reconoce la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). No en balde, la Revolución Popular Sandinista en 1979 asumió la alfabetización como batalla insoslayable: 1980 fue el año de la Cruzada para enseñar a leer y escribir, cuyos resultados merecieron el premio Nadezka Kruskaya de la UNESCO. Luego de la experiencia de Cuba en 1961, Nicaragua se convertía en el segundo territorio de América Latina y el Caribe en desplegar un proceso político-pedagógico de tal naturaleza, a partir de la movilización del pueblo, fundamentalmente de sus jóvenes.



Sin embargo, el empeño quedó truco con el ascenso a partir de 1990 de tres sucesivas Administraciones neoliberales. Solo en enero de 2007, con el retorno del Frente Sandinista de Liberación Nacional a la dirección del Ejecutivo, es que Nicaragua retomó el problema educativo como máxima prioridad del Estado.



SOÑAR EN GRANDE

Prensa Latina dialoga sobre el tema con el viceministro de Educación José Treminio, una voz reconocida en la materia. A juicio del experto, los adversarios de la revolución sandinista suelen tener escasa memoria: tratan de asociar los retrasos educacionales a un fenómeno reciente. Pasan por alto que, cuando triunfó la revolución en 1979, el analfabetismo superaba el 52 por ciento, a la altura de 1990 se había reducido a 12,9 y en 2007, luego de 16 años de neoliberalismo, nos encontramos un país en retroceso, evaluó el especialista




Para 2007, ilustró, la proporción de analfabetos había subido a casi 30 por ciento, con cotas superiores en municipios de las dos regiones caribeñas, así como de los departamentos de Jinotega y Matagalpa, donde el registro sobrepasaba el 40 por ciento. El 11 de enero de ese último año, un día después de la toma de posesión para el período 2007-2012, Ortega decretó el restablecimiento de la educación gratuita. "En apenas dos años, ¿qué logramos? En agosto de 2009 el país fue declarado territorio libre de analfabetismo, al reducirse el índice de iletrados a 3,56 por ciento, con la inestimable ayuda de Cuba, de su gobierno, profesores y metodólogos", expuso Treminio. La UNESCO, la Organización de Estados Iberoamericanos y académicos de las universidades públicas y privadas verificaron aquel resultado, recordó.



Durante el transcurso del último lustro, destacó, 550 mil habitantes fueron alfabetizados, mediante el método cubano de enseñanza "Yo sí puedo" y programas diseñados por los profesores nicaragüenses. Con el nombre de Campaña Nacional de Alfabetización "de Martí a Fidel", por gesto hacia Cuba, el proceso incorporó a miles de jóvenes, quienes impartieron clases donde quiera que fue posible, en casas particulares, iglesias, centros comunales y escuelas, apreció. También pusimos en práctica el proyecto "Yo sí puedo seguir", a fin de proporcionar vías de superación a esas personas; pues sino a la vuelta de unos años, volverían al estado de analfabetos, indicó.



A finales de 2012, precisó, unos 113 mil jóvenes y adultos deben graduarse de sexto grado de primaria, a partir de la continuidad educativa para quienes habían abandonado los estudios y fueron alfabetizados en los últimos cinco años. Además, abrimos clases de habilitación laboral para hacer atractivo el aprendizaje, lo que incluye mecánica automotriz, carpintería, electricidad, servicios de belleza corporal, artes manuales y otros oficios, detalló el viceministro. "Estamos soñando en grande y una revolución es eso, un sueño construido por todo un pueblo", resumió Treminio, para comentar otros empeños no menos trascendentes.



De 2007 a 2011 la matrícula de Preescolar, Primaria y Secundaria aumentó de un millón 497 mil 544 estudiantes a un millón 647 mil 906; es decir, más niños, adolescentes, jóvenes y adultos ingresan a educación, y ello representa una primera garantía, ilustró. En 2007, explicó, de cada 100 niñas y niños de seis a 11 años de edad, aproximadamente 92 se matricularon en los niveles de la Educación Básica y en el año 2011 la relación aumentó a 95. Una comparación de lo ocurrido durante el último lustro releva, además, un ascenso de la retención escolar en Primaria de 88 a 92 por ciento, a lo que se une el incremento de la promoción de 86 a 91 puntos porcentuales, ponderó.



La enseñanza primaria, comentó, resulta fundamental para la formación y el futuro educativo de cualquier individuo, de ahí la importancia de que todas las niñas y niños estén escolarizados y finalicen esa etapa en edad oportuna. Avanzar en términos educativos, reconoció, también demandará aumentar la cantidad de maestros, su preparación profesional y el número de planteles en las áreas rurales, todavía deficitarios. Otro de los retos, señaló, es disminuir los grupos de población fuera de la edad oportuna en la Educación Primaria Regular e incorporarlos a programas de atención a adolescentes subescolarizados, sobre todo en localidades rurales y en la costa al mar Caribe. Aunque con discreta mejoría, la Secundaria también muestra una evolución favorable en cuanto a la escolarización: en 2007 de cada 100 adolescentes y jóvenes de 12 a 16 años de edad, solo unos 45 ingresaban a este nivel y en 2011 se matricularon aproximadamente 46 de cada 100, indicó. Mientras, la retención creció de 83 a 88 por ciento y el índice de promoción llegó el año pasado a 91 puntos porcentuales frente al 85 conseguido hace un lustro, expuso el experto. A la par hubo que rescatar la infraestructura: de 2007 a 2011, ejemplificó, fueron rehabilitados más de 10 mil ambientes escolares y se construyeron mil 742 nuevos, entre aulas, bibliotecas, talleres, áreas para la práctica de deportes y otras instalaciones.



Nicaragua, aseguró, tiene condiciones para concluir 2012 con una escolarización promedio de sexto grado de primaria y la proyección para 2015 es lograr el noveno; un propósito inscrito en el Plan Nacional de Desarrollo Humano. Al analizar los éxitos en educación tampoco puede pasarse por alto el restablecimiento de la merienda con un millón de raciones diarias, la garantía de libros de texto o la entrega gratuita de zapatos y útiles de enseñanza a cientos de miles de alumnos en desventaja económica. En opinión de Treminio, es un binomio indivisible: educación para cortar de raíz la reproducción estructural de la pobreza y combate contra la indigencia para que más nicaragüenses puedan ser hombres y mujeres ilustrados, sin la zozobra de la miseria a cuesta.



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